¿SIGUEN VIGENTES ESTOS MINISTERIOS?
Efesios 4: 7 Pero a
cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
8 Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio
dones a los hombres. 9 Y eso de que
subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más
bajas de la tierra? 10 El que descendió, es el mismo que también subió por
encima de todos los cielos para llenarlo todo. 11 Y él mismo constituyó a unos,
apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y
maestros,
La pregunta surge si todavía están vigentes los “cinco” ministerios aquí mencionados.
1. Apóstoles
2. Profetas
3. Evangelistas
4. Pastor
5. Maestro
El último oficio mencionado (Maestro) se puede combinar
con el oficio de Pastor. Cada uno de los ministerios mencionados tiene
un artículo que le separa del otro, por ejemplo: (1) “a unos... apóstoles”,
(2) “a otros... profetas”, (3)
“a otros... evangelistas.”, (4) “a otros... pastores y maestros”. El último ministerio presentado no separa el
oficio de ‘Pastor’ y ‘Maestro’ sino que son atribuidos a la
misma persona. La razón por la que esto
ocurre es que la manera de “pastorear”
es por medio de la enseñanza ya sea de forma didáctica por medio de la palabra
(Hechos 13:1; 1 Timoteo. 3:2; 1 Timoteo.
4:5-6, 11,13, 5:17; 2 Timoteo. 2:24; Tito 1:9; Tito 2:1, 7; Hebreos 13:7, 17)
o por ejemplo como mentores (Filipenses.
3:17; 2 Tesalonicenses. 3:9; 1 Timoteo. 1:16, 4: 12; Tito 2:7; 1 Pedro 5:2-3)
Debemos también tener en cuenta que estos no son los únicos
ministerios dados a la iglesia. Existen
otras listas en la Biblia donde se repiten algunos de los oficios y que
presentan otras variedades de ministerios y dones ministeriales dados por el
Espíritu Santo. Por ejemplo, existe otra
lista similar en:
Romanos 12: 4 Porque
de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los
miembros tienen la misma función, 5 así nosotros, siendo muchos, somos un
cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. 6 De manera que,
teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía,
úsese conforme a la medida de la fe; 7 o si de servicio, en servir; o el que
enseña, en la enseñanza; 8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte,
con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con
alegría.
Otra lista la tenemos en 1 Corintios 12 donde se mencionan los que tienen dones de “palabra de sabiduría, palabra de ciencia,
fe (doctrina), sanidades, milagros, profecías, lenguas, interpretación de
lenguas”. También aparece en este
mismo capítulo una lista muy parecida a la de Efesios 4 la vemos en la primera carta de Pablo a los Corintios:
1 Corintios 12:28 Y a
unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo
tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que
ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.
Cuando surge la pregunta de “si todavía están vigentes" estos o aquellos ministerios o
dones, tiene que ver con la realidad de
que por algún o por bastante tiempo han estado ‘ausentes’ y que algunos ahora reclaman que tales ministerios están
siendo “recuperados” porque la
iglesia los había perdido o ‘descuidado’. Es nuestra convicción que las primeras dos de
estos oficios (apóstol y profeta) ya
no son vigentes en nuestro día mientras que las últimas dos (evangelistas y Pastor y maestro) siguen
vigentes. A continuación daremos las
razones bíblicas para nuestra creencia.
No creemos que la Iglesia haya decidido quitar, olvidar o
menospreciar algunos ministerios y dejar otros.
El asunto para determinar ‘qué es
vigente’ y ‘qué no es vigente’
tiene que ver con “el propósito” de
cada don u oficio dado a la iglesia. Si entendemos cual fue la razón específica
por la que fue dado cierto don o ministerio entonces podremos entender si el
don fue fue de carácter temporal para un
periodo de tiempo específico o si el don fue dado para que fuera ejercido de
forma continua en la iglesia y si otros dones son añadidos a la lista de
acuerdo a la necesidad del pueblo de Dios.
Cuando nosotros leemos la lista de Efesios 4 observamos que el propósito de los dones está allí
establecido: “a fin de perfeccionar a
los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de
Cristo...”. El buen estudiante de la
palabra rápidamente tomará su tiempo en averiguar cuál era la tarea de cada uno
de estos ministerios para ver que se trata cada oficio.
Los Apóstoles
Primeramente tenemos el oficio de ‘apóstol’. La palabra [apostolos] en griego significa
simplemente ‘enviado’, ‘delegado’, ‘mensajero’ enviado a una tarea específica. Este término fue dado ‘especialmente’ a los doce apóstoles de Cristo.
Mateo 10: 1 Entonces
llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos,
para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. 2 Los
nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés
su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; 3 Felipe, Bartolomé,
Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo,
4 Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó. 5 A estos
doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no
vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, 6 sino id antes a las ovejas
perdidas de la casa de Israel. 7 Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los
cielos se ha acercado. 8 Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos,
echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.
En su ministerio terrenal, Cristo tenía muchos discípulos,
pero no todos los discípulos eran apóstoles sino solo ‘doce’ que el escogió con un propósito muy especial. Entre estos discípulos se encontraba Judas
quién entregó al maestro y fue reemplazado por ‘Matías’. Este ministerio era muy especial y de gran
estima ya que estos hombres fueron comisionados directamente por el Señor. Como vemos, existían ciertos requisitos para
poder ser parte de este grupo de ‘Apóstoles’
especiales:
Hechos 1:21 Es
necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo
el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, 22 comenzando
desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido
arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección. 23 Y señalaron
a dos: a José, llamado Barsabás, que tenía por sobrenombre Justo, y a Matías.
24 Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra
cuál de estos dos has escogido, 25 para que tome la parte de este ministerio y
apostolado, de que cayó Judas por transgresión, para irse a su propio lugar. 26
Y les echaron suertes, y la suerte cayó sobre Matías; y fue contado con los once
apóstoles.
La lista incluía (1)
haber sido participe del ministerio terrenal de Jesús (V. 21) desde el bautismo de Juan hasta que fue levantado al cielo (2) habiendo sido testigo de la
resurrección (V. 22). En adición a estos requerimientos la persona tenía
que (3) haber recibido “poder” para efectuar las señales del
apóstol: les dio autoridad sobre los
espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y
toda dolencia”.
Hechos 5:12 Y por la
mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y
estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón.
Algunos piensan que estas señales eran ‘comunes’ a todos los creyentes pero tal cosa no puede ser probada
por medio de la Escritura. El don de
hacer milagros lo tuvieron los apóstoles y algunos otros en la iglesia según
Dios repartía (1 Corintios. 12),
pero el hecho de haber recibido el don no le hacía automáticamente
Apóstol. Pablo de Tarso fue llamado a
ser apóstol directamente por Cristo mismo después de su resurrección. Pablo afirma:
Gálatas 1:1 Pablo,
apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre
que lo resucitó de los muertos).
1 Corintios 15:7
Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; 8 y al último de
todos, como a un abortivo, me apareció a mí. 9 Porque yo soy el más pequeño de
los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la
iglesia de Dios.
Pablo se refería a los otros apóstoles como “grandes apóstoles” (2 Corintios. 11:5; 12:11) y afirma ser
el “último de todos los apóstoles’
en ver al Señor y haber tenido las “señales”
de un Apóstol (2 Corintios. 12:12.). Todos ellos juntos son conocidos como “los apóstoles del cordero” (Apocalipsis. 21:14). En fin, ésta ‘clase’ de Apóstoles comisionados directamente por el Señor no
existe después que terminó la era apostólica con la muerte de Juan cerca del
año 96 D.C. Su labor en el tiempo del
comienzo de la iglesia del Nuevo Testamento fue limitada la una muy especial de
establecer el fundamento de la iglesia.
En Efesios leemos:
Efesios 2:20-21
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal
piedra del ángulo Jesucristo mismo, 21 en quien todo el edificio, bien
coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor.
La iglesia universal es vista como un “edificio” en construcción, como una “casa” o “templo” o “ciudad” que comienza a ser levantado
para morada de Dios por medio de Su Espíritu Santo. La tarea de los Apóstoles por lo tanto fue la
de “establecer el fundamento” de esa
edificación. Esto nos muestra de forma
clara porqué en el libro de Apocalipsis
se menciona que la iglesia tiene como base “los apóstoles del cordero”:
Apocalipsis. 21:14 Y
el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de
los doce apóstoles del Cordero.
Aunque estos apóstoles no trabajaron todos de la misma forma
ni en la misma cantidad, Pablo asegura haber trabajado más que los otros (1 Corintios. 15:10) todos ellos se
encargaron de poner la base y fundamento para la iglesia de Cristo (Mateo 16:16) poniendo a Cristo mismo
como piedra principal (1 Corintios 1:11.) Estos apóstoles por haber sido comisionados
por Cristo mismo requerían obediencia y sumisión. Sus enseñanzas (doctrinas) al ser tan ‘fundamentales’ para el crecimiento
propio de la Iglesia fueron de carácter oficial y universal y deben ser
obedecidos por todos los Cristianos en todo el mundo sin importar la época (2 Pedro 3:2; Judas 1:17;).
¿Otros apóstoles?
Junto con estos “apóstoles
de Cristo” existieron también otros varones los cuales son llamados
apóstoles en la Biblia. Tenemos a
Bernabé, Silas (Silvano) y Timoteo; también el hermano carnal de Jesús, Jacobo
(Santiago) parece haber sido llamado apóstol por Pablo.
Hechos 14:4, 14 (¿Bernabé?)
Y la gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los judíos, y otros
con los apóstoles. 14 Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron
sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces.
1 Tesalonicenses 2:6
(¿Silas y Timoteo?) ni buscamos gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de
otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo.
Lo que tenemos en estos ejemplos es que ellos fueron
llamados “apóstoles” porque fueron
enviados a realizar la labor de evangelizar al mundo y con relación a la ‘unidad’ ministerial que sostenían con Pablo. Ninguno de ellos es llamado “apóstol” por sí solo a no ser por su
cercanía al ministerio de un Apóstol. En
forma general los ‘enviados’ [apostolos] de las iglesias para alguna
tarea específica eran considerados ‘mensajeros
de las iglesias’ como leemos en 2
Corintios 8:23 de los enviados junto a Tito para recoger la ofrenda de los
santos de Corintios para traerla a los santos necesitados de Jerusalén:
23 En cuanto a Tito,
es mi compañero y colaborador para con vosotros; y en cuanto a nuestros
hermanos, son mensajeros [apostolos] de las iglesias, y gloria de Cristo. 24
Mostrad, pues, para con ellos ante las iglesias la prueba de vuestro amor, y de
nuestro gloriarnos respecto de vosotros.
Fuera de éstas menciones nada más se dice de forma positiva
en la Biblia sobre otras personas aparte de los doce que fueran llamadas “apóstoles”. Las menciones de otras personas mencionadas
como “apóstoles” son de forma
negativa para hacer referencia a algunos que ‘pretendían’ ser tenidos como ‘apóstoles’
pero que en realidad no lo eran:
2 Corintios 11:12 Mas
lo que hago, lo haré aún, para quitar la ocasión a aquellos que la desean, a
fin de que en aquello en que se glorían, sean hallados semejantes a nosotros.
13 Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan
como apóstoles de Cristo. 14 Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se
disfraza como ángel de luz.
Apocalipsis 2:2 Yo
conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a
los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los
has hallado mentirosos;
Ahora, volviendo a la pregunta, de si sigue vigente este
oficio podemos concluir que la vigencia de este trabajo aun sigue viva. Pero no significa que haya ahora nuevos “apóstoles” en esta categoría que
establezcan doctrinas, que den mandamiento y ordenen obediencia absoluta a sus
seguidores como lo hacen muchos en nuestros días sino que la obra realizada por
“los Apóstoles del Cordero” sigue
permanente en la iglesia ya que los fundamentos una vez establecidos son
inamovibles y no se les puede añadir ni volver a quitar. En un sentido 'amplio' de la palabra 'apóstoles', todos los cristianos somos
apóstoles pues todos hemos sido 'enviados'
a predicar como embajadores en el mundo. Sin embargo, en el sentido estricto de
la palabra, tal como lo indica la Biblia, apóstol fueron aquellos que vivieron
durante la época de formación y establecimiento de la iglesia cristiana para
poner sus bases doctrinales ya sea por palabra hablada o por la palabra
escrita.
Decir que la iglesia
todavía necesita apóstoles equivale decir que después de casi dos mil años de
existencia el fundamento no ha sido establecido, que las bases están incompletas
y que el edificio aún no comienza a levantarse.
Pero la Biblia es clara, una vez la base ha sido puesta solo queda “EDIFICAR” el edificio sobre esa
base. La base fue exitosamente puesta y
terminada hace ya mucho tiempo por los Apóstoles y Profetas y eso nos lleva a
la próxima sección en este estudio, "los
profetas".
Los Profetas
La palabra 'profeta'
anteriormente conocido como 'vidente'
tiene dos significados principales, primero es uno que tiene la capacidad de ‘ver/ declarar lo desconocido’ ya sea
en el pasado o el futuro y como segundo significado tiene que ver con ser “portavoz” de algún mensaje. Aunque la primera definición incluye ambas
cosas, la segunda no incluye la primera. En las distintas menciones de 'profetas' en el Nuevo Testamento se
incluyen ambas definiciones y el contexto dirá cual es el significado que
aplica. Mayormente, como vemos en las
Epístolas paulinas el profeta trabajaba juntamente con el Apóstol en el
establecimiento del fundamento de la iglesia universal. Los profetas recibían ‘revelación’ concerniente a las verdades que estaba escondidas en la
Escritura y las aplicaban como doctrina a la iglesia.
Efesios 2:20-21
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal
piedra del ángulo Jesucristo mismo, 21 en quien todo el edificio, bien
coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor.
Siendo que la tarea de los profetas también estaba
directamente ligada al establecimiento del fundamento de la iglesia por medio
de ‘revelaciones’ doctrinales
especiales, también podemos estar de acuerdo en que este ministerio ha
cesado. La Biblia está completa y por lo
tanto “el fundamento ha sido establecido”
y por eso no hay nueva ‘revelación’
doctrinal para la iglesia.
Aunque queda aun la tarea de ser ‘portavoz’ (profeta) de las verdades bíblicas de Dios a otros, esta
es una tarea que incluye a ‘todos’
los cristianos. Esto es en cumplimiento
de la promesa hecha en el Antiguo Testamento.
Moisés deseaba que todo el pueblo fuera profeta:
Números 11:28
Entonces respondió Josué hijo de Nun, ayudante de Moisés, uno de sus jóvenes, y
dijo: Señor mío Moisés, impídelos. 29 Y Moisés le respondió: ¿Tienes tú celos
por mí? Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su
espíritu sobre ellos. 30 Y Moisés volvió al campamento, él y los ancianos de
Israel.
El deseo de Moisés de que todo el pueblo fuese ‘profeta’ era también el deseo y plan de
Dios para la iglesia. En el libro de Joel capitulo 2 vemos como Dios promete
que en los postreros días “derramaré de
mi Espíritu sobre toda carne y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán”. No cabe duda que esta profecía tuvo
cumplimiento tal como lo afirma el Apóstol Pedro en su sermón el día de
Pentecostés:
Hechos 2:16-18 Más
esto es lo dicho por el profeta Joel:
Y en los postreros
días, dice Dios,
Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,
Y vuestros hijos y vuestras hijas
profetizarán;
Vuestros jóvenes verán visiones,
Y vuestros ancianos soñarán sueños;
Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis
siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
Por lo tanto, la profecía en este aspecto es la proclamación
de las verdades de Dios por medio de la llenura y dirección del Espíritu Santo
durante esta época de la iglesia y continúa siendo un canal de bendición al
pueblo de Dios pero no así con la ‘revelación’
doctrinal sobre la cual fundamentar la iglesia de Cristo. Un aspecto distinto del profeta que no tiene
que ver nada con el establecimiento de doctrinas el de la revelación en cuanto
a eventos particulares que no afectan en nada la base doctrinal. Este aspecto puede aun darse pero es
tristemente abusado en nuestro día dado la cantidad de ‘falsos profetas’ que se levantan en el pueblo. Esto fue algo profetizado por el mismo
apóstol Pedro quien nos advirtió que tal como se levantaron falsos profetas en
la congregación del Antiguo Pacto, también en la congregación del Nuevo Pacto
se levantarían falsos maestros (2 Pedro
3).
Pero visto el orden que Pablo establece en Efesios 4 en su contexto que va unido
al “apóstol”, tal parece que el
aspecto de ‘revelación doctrinal’
fundamental es lo que se tiene en mente (Efesios
3:5.) Por lo tanto este ministerio o
este aspecto o ‘clase’ de “profeta” han desaparecido con el cierre
del canon bíblico.
Evangelistas
Dada la gran comisión entregada a los discípulos y a la
iglesia de Cristo por el mismo Señor en Mateo
28, creemos que la tarea de evangelismo sigue viva y seguirá vigente hasta
la segunda venida de Cristo. La tarea de
la iglesia ya no está puesta en ‘establecer’
el fundamento ya que este ha sido establecido por los “apóstoles y profetas”.
Ahora, después de la era apostólica sólo queda continuar con la tarea de
edificación sobre ese fundamento establecido.
(Lucas 11:49; 1 Corintios 12:48;
Efesios 2:20).
La tarea de evangelismo es de todos los creyentes (Hechos 8:4) pero entendemos que Dios
llama a algunos especialmente para este oficio tal como fue con Felipe (Hechos 8:12; 21:8; Efe. 4:11.) La obra
del Apóstol estaba ligada a la obra del profeta, y así también la obra que
realiza el “evangelista” está muy
ligada a la del “pastor y maestro”
como vemos claramente en el requisito impuesto a Timoteo (2 Timoteo 4:5.) Aunque existe el ministerio específico de ‘Evangelista’, el ‘Pastor y Maestro’ puede ocuparse en la tarea de evangelismo. La Biblia nos habla de la importancia de esta
función en la iglesia cuando nos dice en Romanos 10:
13 porque todo aquel
que invocare el nombre del Señor, será salvo.14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel
en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y
cómo oirán sin haber quien les predique? 15 ¿Y cómo predicarán si no fueren
enviados? Como está escrito !Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la
paz, de los que anuncian buenas nuevas!
El evangelista es quien trae las almas al redil por medio de
la predicación del evangelio.
Pastor y Maestro
Como ya mencionamos el oficio del ‘Pastor’ en este verso está unido al de ‘Maestro’ ya que la tarea principal del pastor es la enseñanza. Todo maestro que enseña está ejerciendo el “don” de pastorear y es de cierta forma ‘Pastor’ aunque no necesariamente ‘Obispo’ o ‘Anciano’ (Supervisor) de la iglesia. Por tal
razón la tarea ‘oficial’ de enseñanza
(pastoreo) en la iglesia está
reservado a los obispos o ancianos. Son
ellos quienes se encargan de traer (o
supervisar) el alimento espiritual que se ofrece a la congregación ya sea
por medio de mensajes (sermones), estudios, conferencias o
enseñanzas.
La iglesia es edificada de esta manera espiritual por medio de las enseñanzas de sus
pastores-maestros. La tarea de enseñar
debe ser hecha ‘sobre’ el fundamento
que ha sido establecido por los “apóstoles
y profetas” y se requiere que se haga con esmero, dedicación y mucho
cuidado:
1 Corintios 3:10
Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto
puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo
sobreedifica. 11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está
puesto, el cual es Jesucristo. 12 Y si sobre este fundamento alguno edificare
oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13 la obra de cada uno
se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será
revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 14 Si
permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15 Si la
obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo,
aunque así como por fuego. 16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el
Espíritu de Dios mora en vosotros? 17 Si alguno destruyere el templo de Dios,
Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo
es.
Pedro nos habla de la edificación de la iglesia siendo de “piedras vivas” (1 Pedro 2:5) Lo que se está
edificando son personas que forman el edificio y sacerdocio espiritual llamado
iglesia de Cristo. La edificación
realizada por estos ministerios en la iglesia tiene como fin lograr que el ‘edificio’ en construcción sea hecho
correctamente de manera que se llegue a la meta de:
12 a fin de
perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del
cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del
conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura
de la plenitud de Cristo; 14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados
por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para
engañar emplean con astucia las artimañas del error, 15 sino que siguiendo la
verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las
coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro,
recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
La finalidad de la iglesia es que los ‘santos’ lleguen a ser:
1. Útiles en la obra de
manera que puedan llegar también a ser ministros de bendición a otros en las
distintas ‘áreas’ o ministerios en
la iglesia y contribuyan también a la edificación del cuerpo.
2. Para que lleguen a
tener el mismo conocimiento en la ‘unidad’
doctrinal
3. Para que conozcan mejor
a Cristo y lleguen a su estatura como perfecto ejemplo
4. Para que maduren en
conocimiento doctrinal
5. Para el crecimiento en
Cristo
6. Para que sigan la
verdad en amor mutuo
7. Para que funcionen como
cuerpo concertadamente
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