¿Cómo se Pierde la Salvación?
Muchos cristianos a través de la historia y en nuestro
tiempo, han creído y creen que es posible perder la salvación. Aunque después de la Reforma Protestante las Iglesias
Evangélicas enseñaban en unanimidad la imposibilidad de perder la salvación, la
paz no duró mucho tiempo, pronto se levantaron detractores influenciados por
fuerzas contrarias a la Reforma quienes comenzaron a enseñar que sí era posible
perder la salvación. Aquel movimiento
opositor creció, tomó fuerza y hasta hoy continúa el debate. En tiempos más recientes, no se dice mucho
que "la salvación se pierde"
sino que existe también una nueva “retórica”
entre ellos. Ahora dicen que la
salvación “no se pierde sino que se
rechaza”. Pero a fin de cuentas es
lo mismo, alguien que iba camino al cielo ayer, puede estar con rumbo al
infierno mañana. Pero nos preguntamos
¿Cómo se rechaza? ¿Cómo Se pierde? Se pierde o se rechaza, dicen ellos, por lo
menos de dos formas. Sí, existen dos
maneras de rechazar la salvación que ha sido obtenida. Unos dicen que se pierde “por pecar” y otros que se pierde por “dejar de creer”. A continuación analizaremos ambas teorías a
la luz de la Biblia.
1. La pérdida de la Salvación por pecar
Como ya hemos dicho, muchos creen que la salvación se pierde
por pecar, pero el problema es que aunque todos parecen estar de acuerdo en que
el pecado causa la pérdida de la salvación, tienen la dificultad de que no se
ponen de acuerdo al determinar cuál es el momento preciso en que se pierde la
salvación. Sí, se pierde por “pecar”, eso está claro para ellos; pero
“¿cómo y cuándo?” Se pierde no es
claro para ninguno. Siendo que esto es
un asunto tan importante, sería bueno para cada creyente, especialmente los que
creen que pueden perder su salvación, el escudriñar el cómo y el cuándo (en qué momento) se pierde esta
salvación. Pero veo que pocos están dispuestos a eso. Por tal razón quiero traerles un poco de
ayuda y evaluar esta teoría a la luz de la Palabra.
Jesús dice que sus ovejas NUNCA han de apartarse de en pos
del Él, pues sus ovejas no escuchan otra voz que no sea la voz de su
Pastor. Las ovejas no siguen la voz de
los extraños. Sé que muchos mantienen que las ovejas se pueden ir y olvidarse
de su Pastor (Jesús) pero eso es ir directamente en contra de lo que dice la
clara y firme declaración del Señor. Eso es oponerse a la Escritura. La pregunta que sigue entonces es, Si Cristo
mismo nos dice que sus ovejas siempre le siguen y nunca se han de apartar en
pos de otro, ¿Cómo se Pierde la Salvación?
Pongamos un ejemplo,
digamos que alguien mira a una mujer u hombre que no es suya(o) con deseos
sexuales. Ya esa persona pecó. Delante de Dios es tan pecadora como si se
hubiera acostado con el ó ella toda una noche (Mateo 5:28). Sí eso es así, entonces es posible que esa
mirada de lascivia, le haya hecho perder la salvación. PERO no puede ser, dicen muchos, que no es solo eso. Hace falta más pecado. OK. ¿Cuánto
más? Quizás la persona debe llevar
el pensamiento más allá. Supongamos que
entonces esa persona se encuentra sola en la noche en su casa y comienza a
tener fantasías sexuales con aquella persona la cual deseo impropiamente. ¿Pierde aquí la salvación o hace falta más? La mayoría de los dirán que no se pierde la
salvación así, hace falta algo más grave, no puede ser tan fácil. Bien, entonces supongamos que la persona
busca la forma de llegar a acostarse con aquella persona que no es su esposo o
esposa. El acto ha sido consumado. Pecó la persona cometiendo adulterio. ¿Se
perdió allí la salvación? Es posible
dicen muchos, PERO no, no por un
solo acto. Debe de haber más de un acto
de adulterio. Sí, uno más para que pueda
perder la salvación. Ese próximo acto
ocurre, ¿perdió la salvación la persona?
Con haber cometido adulterio ‘dos
veces’, ¿cómo es eso? ¡Dos faltas
graves y ya estás descalificado(a)! Ó
quizás tres o cuatro o cinco o diez o veinte o treinta veces o cien veces que
se cometa pecado de adulterio contra Dios.
Debe haber una práctica de pecado.
Sí pero ¿cuando se convierte en práctica, a la Segunda ocasión, a la
tercera o después de quince veces?
¿Hasta dónde llega la
gracia de Dios? Por supuesto,
protestaran muchos, Dios no va a seguir mostrando misericordia y perdonando las
pequeñas faltas o los pecados graves e inmorales de aquellos que pecan y pecan
una y otra vez contra su ley. Imposible
que alguien pueda “hacer afrenta al
Espíritu de Gracia” (Hebreos 10:29) Bueno, eso es cierto con respecto a la
“misericordia común”. Pero miremos
esto, en cierta ocasión Pedro le preguntó a Jesús ¿Cuántas veces he de perdonar
a mi hermano que peque contra mí?
Mateo 18: 20 Porque
donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de
ellos. 21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces
perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? 22 Jesús le dijo: No
te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
La idea central en la contestación de Jesús no quiere decir que
hemos de perdonar hasta 490 veces y que la ofensa número 491 no ha de ser
perdonada. No, no es eso, Él nos deja
claro que hemos de perdonar siempre.
Esto es así porque eso es lo mismo que Dios hizo con nuestros pecados,
los perdonó todos.
Hebreos 8:12 Porque
seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de
sus iniquidades. 13 Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo
que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.
Pero tenemos un problema.
Pues aunque Dios dijo aquí que nunca se acordaría de los pecados, dos
capítulos más adelante en este mismo libro tenemos una declaración que dice que
se vengará del pecado.
Hebreos 10:28 El que
viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere
irremisiblemente. 29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que
pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual
fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? 30 Pues conocemos al
que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El
Señor juzgará a su pueblo.
Hebreos 12:15 Mirad
bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna
raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; 16 no sea
que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió
su primogenitura. 17 Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la
bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque
la procuró con lágrimas.
No hace falta tener mucha escuela para notar el problema
aquí. ¿En qué quedamos entonces, perdona
Dios el pecado (misericordia) y
nunca se acuerda más de ellos (fidelidad),
o se venga de los pecados y da el pago (justicia)? Usted me dirá: ¡ves, es posible perder la
salvación una vez se es santificado! ¿Es
cierto eso de perder la salvación lo que se trata aquí? No sería mejor entender
que Dios se está refiriendo a dos tipos de personas, “un nacido de nuevo” y la otra persona no? Una cuyos pecados “nunca más recordados” y otra cuyos
pecados son ‘todos’
castigados?. Una que tiene como
característica el que recibe el Espíritu de Gracia y la ley de Dios ha sido
escrita en su corazón y otra con la característica de que hace afrenta al
Espíritu de Gracia y se rebela contra la ley de Dios en fornicación espiritual
como Esaú?
Sí, pero dice que fue “santificado
por la sangre del pacto”. Eso es cierto, todos los que están o forman parte
de la iglesia forman parte del grupo de los santificados PERO eso no significan que todos son salvos (1 Corintios
7:14). Significa que han sido ‘separados’ para con el resto del pueblo
para el servicio de Dios, pero no significa que han sido regenerados,
justificados y salvados. ¿No fueron
también parte del Olivo los Israelitas que fueron desgajados (Romanos 11)? Sin
embargo, aunque pertenecían al Olivo y tomaban de esa savia y gozaban de los
beneficios del Pacto y eran considerados pueblo de Dios, fueron quitados del
Olivo “a causa de su incredulidad”
(Romanos 11:20). Se da cuenta, estaban
en el pueblo, eran parte del pueblo, ¡PERO
no eran pueblo! ¡No Creían, no
tenían fe! (Habacuc 2:4). Lo mismo pasa ahora en el tiempo de la Gracia,
muchos están en el pueblo, forman parte del pueblo, gozan de los beneficios del
pueblo, PERO ¡no son pueblo!
Romanos 3:3 ¿Pues
qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula
la fidelidad de Dios? 4 De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo
hombre mentiroso…
La incredulidad de algunos dentro del pueblo visible no hace
nula la fidelidad de Dios. ¿Por
qué? “Porque no todos los que descienden de Israel son israelitas…” (Romanos 9:6), “Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la
que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo
interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la
alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.” (Romanos
2:28-29). Eso mismo pasa en la Iglesia,
solamente los Hijos son contados como herederos.
En el Antiguo Pacto, Dios estableció la manera en que se
había de tratar con el pecado. A la ‘primera’ instancia de pecado la persona
sería muerta a pedradas. ¿Por qué?
Porque Dios es Santo y su carácter no tolera el pecado. La ley vino para
demostrar a los hombres la severidad de
Dios y hacer ver a los hombres la perfección y la altura de sus demandas.
Ninguno de los hombres pudo ni puede cumplir con la Ley como se demanda. Todos han roto la ley de Dios (Romanos 3:23).
Lo cierto es que hace falta “un solo pecado” para perder la salvación. Cuando una persona afirma que es posible
perder la salvación por pecar (poco o mucho), esa persona simplemente da a
entender que no ha entendido el Evangelio ni la Gracia pero lo que es más
triste es que también deja ver que no entiende la ley de Dios y la Justicia
divina. En el ejemplo que pusimos
arriba, con el solo hecho de mirar al hombre o la mujer que no le pertenece de
manera sexualmente impropia, es todo lo que hace falta para recibir el castigo eterno
del infierno. ¡Eso es Ley! Cuando la
persona peca físicamente con una persona que no es su esposo o esposa, esa
primera y única ocasión es suficiente para condenarle eternamente. Es más,
Cristo mismo lo dijo que el simplemente llamar a otra persona 'necia' o 'fatua' lo que es muy común en nuestro tiempo donde los hombres se
llaman 'estúpidos' unos a otros, es
suficiente pecado para irse al infierno.
Mateo 5:21 Oísteis
que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable
de juicio. 22 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano,
será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será
culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al
infierno de fuego.
¡Amigos, eso es LEY!
Por eso es que Dios ha desplegado ‘su
Gracia’, aparte de la ley, para conceder a los hombres perdón aun cuando no
lo merecen. Y cuando aumenta el
pecado La gracia sobreabunda…
Romanos 5: 19 Porque
así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos
pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos
justos. 20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el
pecado abundó, sobreabundó la gracia; 21 para que así como el pecado reinó para
muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante
Jesucristo, Señor nuestro.
Entonces por eso es que si decimos que la salvación se
pierde por los pecados, también estamos diciendo que la gracia de Dios no es
suficiente para cubrir los pecados del hombre.
Estamos cambiando lo que declara la Biblia en Romanos 5:20. Estamos diciendo
que "cuando abunda el pecado la
gracia disminuye" o "mientras
más pecado menos gracia" y así poco a poco hasta el momento que se
acaba la gracia salvadora ¿Se da usted cuenta? Esto también sugiere que a unos
le quedaría más gracia que a otros, unos tiene más y otros menos.
Además, a todo esto cabe preguntarnos, ¿Es la pérdida de
salvación un proceso o un acto? Por
ejemplo, la Salvación se obtiene “al
momento” de creer. Al ser esto así,
la salvación se debe perder de la misma manera, en un momento específico y no
progresivamente. Así que al momento de
pecar (el primer pecado) debe causar
la pérdida de la salvación. Eso es
lógica y no solo lógica sino Biblia.
Adán fue echado del huerto por dar una mordida a la fruta
prohibida. Adán no tuvo que comerse
diez, ni cincuenta, ni cien ni todos los frutos del árbol prohibido para perder
su estado favorable ante Dios, media mordida fue suficiente. Entonces, si
cuando el pecado abunda, la gracia sobreabunda ¿Cómo se Pierde la Salvación?
Supongamos otra vez que sea cierto que “la salvación se pierde por pecar”.
Eso significa como conclusión lógica ineludible que la salvación se
mantiene “por no pecar” y eso no es
otra cosa que decir que “la salvación
está condicionada por las obras”. Eso es así no importa las vueltas que se
le dé para evitarlo. Las buenas obras
nos mantienen salvos y las malas obras nos hacen perder la salvación. Eso, queridos, es Ley (legalismo) y no Gracia, lo más triste de todo esto es que
por la Ley nadie jamás ha sido ni habrá de ser salvo.
Gálatas 2:10 Porque
todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues
escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas
escritas en el libro de la ley, para hacerlas.
16 sabiendo que el
hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo,
nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de
Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie
será justificado.
Si yo me mantengo salvo porque no hago lo malo entonces
nadie tiene salvación porque ‘todos
pecamos’, aun sin darnos cuenta. Recordemos
que hace falta un solo pecado para perdernos (Santiago 2:10), y el que diga que
no tiene pecados es mentiroso (1 Juan 1:8).
Y es de entenderse que el pecado más prevaleciente en "todos" los hombres no es el físico
(visible) sino el ‘interno’ (invisible). El pecado ‘mental’ nadie lo conoce, nadie lo ve, nadie lo discierne. El deseo inmoral, el odio, la codicia, la
hipocresía, la avaricia, los malos pensamientos contra nuestros enemigos ó no
enemigos, el pensar que alguien es un ‘estúpido’, en fin todo lo que se piensa
contrario a la Ley de Dios, es pecado.
No se necesita que una persona matar a otra para que digamos que tiene
odio, el odio existe en el corazón de muchos que no han matado ni siquiera una
cucaracha, sin embargo, ese odio en el corazón es suficiente para
descalificarle ante Dios (Romanos 6:23).
Al decir que la salvación se pierde a causa de las malas
obras (pecados) se ha pervertido y eliminado la gracia como sistema de
salvación. A eso Dios dice:
Romanos 11:6 Y si por
gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por
obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.
Lo más que pueden decir los que defienden la pérdida de la
salvación por pecar es que la salvación es por una combinación de "fe y obras" lo cual por cierto es
un gran error y una imposibilidad porque la gracia elimina las obras y las
obras eliminan la gracia (Romanos 11:6).
Efesios 2:8 Porque
por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don
de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.
¿Cómo es posible que usted reciba la salvación por fe y la
pierda por obras o la reciba por fe y la mantenga por obras? Es algo sin
sentido total, la salvación es "solamente
por gracia" no por obras para que nadie tenga de que gloriarse. El añadir obras a la salvación es cambiar el
evangelio, eso es "otro evangelio". Quisiera que usted tome un momento para
meditar sobre esto detenidamente antes de continuar leyendo. Pablo combatió un
problema similar en la Iglesia de los Gálatas donde algunos enseñaban
precisamente lo mismo: Te salvas por fe en Cristo pero mantienes la salvación
de acuerdo a las obras de la ley. Querido lector, "no hay nada nuevo debajo del sol". El diablo siempre va en contra de lo que Dios
declara. Cuando Dios dijo a Adán que
debía "obrar bien" para no
morir el Satanás le dijo que no debía obedecer porque no iba a morir sino a
vivir. Ahora Dios nos dice que "somos salvos por Gracia y no vamos a morir
jamás" pero el diablo nos dice que "si es solo por Gracia vamos a morir". Tienes que obrar para que no mueras, tienes
que hacer algo para salvarte sino vas a morir eternamente.
Cristo es nuestro
abogado
Porque aun somos pecadores es que la obra de Cristo en el
cielo es la de intercesor por su pueblo.
Esto nos asegura que la obra de Cristo a favor nuestro no fue solamente
con respecto al pasado sino también respecto al presente y al futuro, Él "se acuerda que somos polvo":
Salmos 103:13 Como el
padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen. 14
Porque él conoce nuestra condición; Se acuerda de que somos polvo.
Cristo fue a la cruz a morir por 'todos' nuestros pecados, nosotros recibimos esa salvación por medio
de la fe y así fuimos declarados ‘Justos’
ante el Padre. (Romanos 5:1) La justicia
de Cristo nos ha sido imputada y somos declarados inocentes ante Dios. PERO…. todavía pecamos. Nuestro
pecado afecta la 'comunión con Dios'
pero no afecta la 'unión con Dios',
por eso existe la obra intercesora de Cristo quien permanece continuamente ante
la presencia de Dios como ofrenda por nuestros pecados. Como dice el himno “Cuando Dios la sangre ve…”.
Cuando el Padre ve la sangre ‘eterna’
del Hijo que nos limpia de todo pecado, eso es suficiente para mantenernos perdonados
y justificados aun cuando en la vida cometamos pecados grandes o chicos. Y si
la salvación descansa sobre la fe en la obra completa de Cristo y no en las
obras buenas de los hombres, entonces, ¿Cómo se Pierde la Salvación?
Dios trata con
nuestro pecado
No podemos olvidar que Dios trata con su pueblo
activamente. El plan de Dios es que
seamos salvos y Cristo no simplemente murió en la cruz y se fue al cielo sino
que está actuando continuamente en nosotros para que seamos el pueblo que Él
quiere. Cuando pecamos, Dios trata con
nosotros para corregirnos. Algunas
formas en que Dios trata con el pecado son la transformación del corazón por
medio de la regeneración, también por medio de la corrección, la exhortación, y
el juicio. Veamos a continuación:
· Transformación
La manera más preciosa y principal en la que Dios trata con
el pecado es por medio de movernos a amar su ley. Cuando las personas aman a Dios, estos se
apartan del pecado y se someten a su ley voluntariamente para agradarle. Esto es en cumplimiento a las cosas que Dios
dijo que haría en el Nuevo Pacto “pondré
mi ley en su mente y las escribiré en las tablas de su corazón”. Así que el caso de adulterio que presentamos
arriba como ejemplo, NO ES el típico
caso de un cristiano verdadero.
Jeremías 32:39 Y les
daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan
bien ellos, y sus hijos después de ellos. 40 Y haré con ellos pacto eterno, que
no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos,
para que no se aparten de mí.
Los cristianos han sido transformados y regenerados por el
poder del Espíritu Santo de Dios quien además habita dentro de ellos. “Si
alguno está en Cristo, nueva criatura es” (2 Corintios 5:17). El amor de Dios ha sido derramado
abundantemente sobre el corazón de los Creyentes para que estos amen no solo a
Dios sino también a su prójimo. El
propósito de tal transformación en el corazón del hombre es tal que Dios mismo
asegura que le seguiremos y le temeremos 'eternamente'
como Dios mismo lo dice "para que
no se aparten de mí". Ese fue
el propósito de la transformación interior, el Nuevo Nacimiento y el Nuevo
Pacto establecido por Cristo quien dijo muy claramente que sus ovejas oyen su
voz y le siguen. Este verso tiene que
ver con ser fieles a Dios y reconocer siempre Su señorío sobre todas las cosas
como único Dios verdadero, no se refiere a si ayer no oraste, ni si hoy se te
fue una mentira o si mañana no ayunas.
Con este verso se 'remedia'
el peor problema que tenía el pueblo de Dios, el de apartarse continuamente
detrás de "otros dioses"
(Josué 24:16; Jueces 2:12). Decir que
aun así los Cristianos se pueden apartar del temor de Dios perderse
eternamente, es decir que ésta grande y poderosa obra que Dios hizo no es lo
suficientemente eficaz, ¡qué horror!
El amor hacia Dios y el crecimiento o madurez no es algo que
ocurre todo al instante. Aunque el
hombre ha sido transformado interiormente, sus viejas costumbres y el pecado
que mora en su carne, querrán destruirle y hacerle volver a la vida
pasada. Por eso somos llamados a “despojarnos del viejo hombre” y “crecer en el conocimiento de Dios”.
Proverbios 2:4 Si
como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, 5 Entonces entenderás el temor de Jehová, Y
hallarás el conocimiento de Dios. 6 Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca
viene el conocimiento y la inteligencia.
2 Corintios 4:6
Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que
resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la
gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
Colosenses 1:9 Por lo
cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por
vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda
sabiduría e inteligencia espiritual, 10 para que andéis como es digno del
Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en
el conocimiento de Dios;
El proceso de Santificación es obrado por medio de la misma
persona quien es motivada por las palabras de Dios en la Biblia y la convicción
interna del Espíritu Santo. La Carne y
el Espíritu se oponen entre sí (Romanos 7; Gálatas 5). Para muchos esta lucha es más difícil que
para otros, no obstante, la victoria del cristiano es segura, Pablo dice "estoy convencido de esto, que el que
comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Cristo"
(Filipenses 1:6). El verdadero hijo de
Dios en sus altas y en sus bajas siempre saldrá adelante. Si en un momento de debilidad, el cristiano
cede a la carne entonces, la vara de su Padre Dios, le corrige para hacerle
caminar por donde él quiere. Dios siempre buscará los medios de llevar a sus
hijos a puerto seguro (Hebreos 6:9).
Corrección
La corrección incluye disciplina, amenaza, exhortación y
juicio. Veamos primeramente la
disciplina. El hecho de que la persona
peque es algo que aunque “perdonado”,
debe ser tratado por Dios. La Biblia nos
dice que Dios ‘disciplina el pecado’
y corrige sus hijos. Por eso es que como
hijos somos disciplinados por Dios. Tal
como un Padre corrige el pecado de su hijo sin quitarlo su posición de hijo,
así también Dios trata con los pecados de su pueblo. Les corrige, sin quitarles la posición de
hijo.
Hebreos 12:6 Porque
el Señor al que ama, disciplina, azota a
todo el que recibe por hijo. 7 Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a
hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? 8 Pero si se
os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois
bastardos, y no hijos.
La salvación nos ha sido dada por Dios NO para ver si la mantenemos y nos ‘ganamos’ el cielo. Dios nos
ha salvado para siempre y esa salvación depende sola y únicamente de la obra de
Cristo quien murió por los pecadores, es la justicia de los pecadores,
intercede por los pecadores y disciplina los pecadores. La corrección tiene el propósito de guiarnos
al crecimiento espiritual saludable, de la misma manera que un padre corrige a
un hijo, no para hacerle ni para mantenerle hijo, sino para hacerle un hijo
decente y buen ciudadano.
Ahora, es necesario notar dos cosas aquí las cuales debemos
de tener en mente cuando se trata de los cristianos. Primero, a diferencia de
los falsos creyentes, el verdadero cristiano “teme” a Dios. El cristiano
está consciente de que un día se ha de presentar ante el Tribunal de Cristo.
2 Corintios 5:10
Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de
Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el
cuerpo, sea bueno o sea malo.
· Exhortación
La exhortación es presentada en la Biblia con el propósito
de provocar al creyente a buscar más a Dios y acercarse más a Él. Se dan promesas de bendición y gozo temporal
y eterno a todo aquel que se acerca a Dios.
Se exhorta al creyente a orar, a ser lleno del Espíritu Santo, a crecer
en la Gracia y buscar los dones
espirituales. A no estar ocioso
sino a estar ocupado en cuanto a la salvación…
Lucas 21: 36 Velad,
pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas
estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.
2 Pedro 1:10 Por lo
cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección;
porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. 11 Porque de esta manera os será
otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo.
Ver Mateo 6 para una exhortación acerca de buscar el reino
de Dios. Ver Juan 15 para una
exhortación acerca del dar frutos y perseverar en Cristo (la vid). Ver también las citas de Filipenses 4:7-9,
para una exhortación a pensar en las cosas de Dios. Ver 2 Timoteo 2:16 para una exhortación a
escudriñar las Escrituras. Ver Efesios
5:18-21 para una exhortación acerca de buscar la llenura del Espíritu. Ver Efesios 6 para ver una exhortación a
tomar la vestidura de del soldado. Ver 1
Corintios 15 para una exhortación a esperar la venida de Cristo. Ver 1 Tesalonicenses 4:17-21 para una
exhortación acerca de la esperanza después de la muerte. Ver 1 Juan para ver una exhortación acerca de
la vida en comunión con Dios y con los hermanos, y también una exhortación a no
amar al mundo y las cosas del mundo. Ver
Judas para una exhortación a mantenernos firmes en la fe que fue una vez dada a
los Santos. Ver Hebreos 10 para una exhortación a correr la
carrera libre de las cargas del pecado que nos asedia.
Por medio de estas exhortaciones, el cristiano es motivado a
seguir buscando a Cristo y poniendo su Mirada en las cosas celestiales. Los cristianos como ovejas que son del Señor,
oyen la voz de su pastor y le siguen.
Juicio
Otro aspecto muy importante que no podemos pasar por alto es
que la corrección de Dios para su pueblo incluye el juicio divino. En los casos menos comunes donde algunos insisten
en pecar, Dios trata con ellos juzgándoles.
La justificación nos ha librado de la pena eterna del pecado pero el
juicio temporal y presente es a veces necesario. Las consecuencias eternas del pecado han sido
quitadas pero las temporales nos siguen.
Existe un juicio temporal que Dios pasa sobre los de su casa. Pedro dice "es necesario que el juicio comience por casa" (1 Pedro 4:17) y
muy ciertamente así nos dice Pablo que sí ocurre:
1 Corintios 11:27 De
manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor
indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 28 Por tanto,
pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. 29 Porque
el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come
y bebe para sí. 30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre
vosotros, y muchos duermen. 31 Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no
seríamos juzgados; 32 más siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para
que no seamos condenados con el mundo.
En la iglesia de Corintios, el Apóstol Pablo dice que había
algunos quienes estaban participando de la cena del Señor "indignamente". Cualquiera sea la definición de esa falta nos
deja ver que no era agradable ante los ojos de Dios por lo cual dice el Apóstol
que la mano de Dios estaba sobre algunos en esa congregación por lo que les
dice que el que tal cosa hace "juicio
come y bebe para sí". Es
importante recordar que los Cristianos no vendrán a condenación pues han pasado
de muerte a vida (Juan 5:24; 1 Juan 3:14) y por haber sido justificados también
nos dice Pablo "no hay condenación"
(Romanos 5:1). Eso, sin embargo no significa que no sean juzgados por la
continua falta de atención a lo que es incorrecto y desagradable a Dios. Pablo dice que en la iglesia de Corintios
"hay muchos enfermos y debilitados
entre vosotros, y muchos duermen"
a causa de no discernir el cuerpo del Señor en la celebración de la
Santa Cena. Vemos que Dios ha pasado
juicio sobre los que cometen tal mal y las enfermedades y aun muchas muertes
eran juicio de Dios sobre esa congregación (esto debe hacernos meditar sobre
nuestra conducta), pero si seguimos leyendo vemos que tal juicio divino es con
el fin de que "mas siendo juzgados,
somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el
mundo." El fin de esa corrección (enfermedad y muerte) NO ES la de enviarles al infierno bajo
ira sino la de juzgarles y castigarles en Gracia (Hebreos 12:6; Apocalipsis
3:19) a fin de que no reciban la condenación con el mundo, los pecadores que no
conocen a Dios, los cuales sí están en condenación mas no los Cristianos. Creo que a estos casos de juicio es que hace
referencia el Apóstol Juan cuando se refiere al pecado de muerte:
1 Juan 5:16 Si alguno
viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará
vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de
muerte, por el cual yo no digo que se pida. 17 Toda injusticia es pecado; pero
hay pecado no de muerte.
La muerte en vista aquí no es la muerte espiritual sino la
muerte física. Se refiere a la persona
que está enferma para morir por la cual se hacen plegarias y oraciones
(Santiago 5). Juan dice que si alguno
peca y otro hermano hace intercesión, esa persona "Dios le dará vida si el pecado no es para muerte". Es una forma en que Dios trata con el pecado
dentro de su pueblo. En cierta manera es
mejor que esa persona muera y este ante la presencia de Dios y no presente en
el mundo siendo de mal testimonio por su desobediencia. Al ser juzgada (en gracia) por Dios en el
presente por una enfermedad o por la misma muerte es librada de ser condenada
con el mundo (en ira) y echada al infierno en el juicio final (1 Corintios
11:30). Otro caso que podemos volver a
considerar es el de aquel que estaba en pecado de fornicación en esta misma
iglesia de Corintios viviendo con la esposa de su padre. La recomendación del Apóstol Pablo fue que
"el tal sea entregado a Satanás
para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del
Señor Jesús." Otra vez vemos el mismo principio aquí. Este pecador dentro de la congregación de
Corintios había de ser entregado a Satanás para destrucción de su carne lo cual
causaría ya sea enfermedad del cuerpo o quizás aun la misma muerte física de
tal persona pero que al ser juzgado por Dios de esta manera "el espíritu sea salvo en el día del Señor
Jesús".
2. La pérdida de la Salvación por dejar de creer
La Segunda opinión sobre la posible pérdida de salvación es
a causa de “dejar de creer”. Esta teoría dice que aunque el pecado no
puede destruir la salvación, la falta de fe si puede. Bueno, esta sí sería una razón 'posible' para perder la salvación,
después de todo "sin fe es
imposible agradar a Dios" (Hebreos 11:6). Esta razón es mucho más
lógica que la primera pero hace falta entonces averiguar si es posible que
alguien que tenga una fe verdadera pueda perderla, de eso trataremos aquí a ver
si eso es posible.
Para comenzar, esta teoría falla en entender que “la falta de fe (la incredulidad) es pecado”
(Juan 16:9). Pero el problema principal
está en que la "fe (creer)
verdadera" es producto de la obra de Dios en el corazón del
hombre. Los hombres pueden creer en Dios
de distintas maneras pero siempre “a su
manera”. El hombre no puede creer
salvíficamente en Dios. No está
capacitado para hacerlo de la manera que Dios demanda. Por eso, la fe es dada por Dios para ser
salvos. La fe salvadora no es de todos (2 Tesalonicenses 3:2). Dios da fe como una obra de concesión o
regalo (don) totalmente libre de su parte…
Efesios 2: 8 Porque
por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don
de Dios;
Filipenses 1:29
Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él,
sino también que padezcáis por él.
El que la fe es don (concesión) de Dios por medio de la obra
del Espíritu es comprobado también por las siguientes citas Juan 6:29; Romanos
10:17; 12:3-6, 1 Corintios 4:7; 12:9; 2 Corintios 4:13; Gálatas 2:16, 2:20,
3:23-25, 5:22, Tito 1:1. Esto significa
que si una persona tuvo fe salvadora en un momento, y luego dejo de tenerla,
entonces fue porque la fe que le fue dada anteriormente, le fue quitada. El
hombre no puede producir fe salvadora por sí mismo (Juan 6:44), y Dios no quita
fe a sus hijos, Dios da (produce) fe a sus hijos. Así que la fe que no perdura hasta el fin, es
una fe que nunca fue verdadera para comenzar.
Existen algunos tipos de fe (creyentes), como demostrado por en la
parábola del Sembrador (Mateo 13; Marcos 4; Lucas 8). Algunas personas creen por un tiempo y cuando
sale el sol y da su calor se apartan porque no tienen raíces. Otras personas creen por un tiempo y se
apartan cuando llega la prueba porque estaba entre espinos, pero otras creen
siempre y perseveran pues tienen fe verdadera y crecen y dan fruto al 30, al 60
y al 100to por uno. Esa fe verdadera es
la fe de la buena tierra. Y esa buena
tierra es todo aquel que ha sido escogido por Dios para salvación desde antes
de la fundación del mundo.
Algunos nos dicen que el pecado puede llegar a afectar la
fe. Una persona que tenga una fe vana puede
perder esa fe al envolverse en pecado o aun hasta sin pecar, pero la fe que es
don de Dios no puede perderse porque depende de la presencia del Espíritu
Santo. Todos sabemos que Pedro uno de los apóstoles del Señor, negó a Cristo
tres veces en una noche. Es más, Pedro
no solo le negó sino que maldijo en el proceso, sin embargo aunque Pedro actuó
de esta manera sabemos que la fe no falló ni un solo instante.
Mateo 14:66 Estando
Pedro abajo, en el patio, vino una de las criadas del sumo sacerdote; 67 y
cuando vio a Pedro que se calentaba, mirándole, dijo: Tú también estabas con
Jesús el Nazareno. 68 Más él negó, diciendo: No le conozco, ni sé lo que dices.
Y salió a la entrada; y cantó el gallo. 69 Y la criada, viéndole otra vez,
comenzó a decir a los que estaban allí: Este es de ellos. 70 Pero él negó otra
vez. Y poco después, los que estaban allí dijeron otra vez a Pedro:
Verdaderamente tú eres de ellos; porque eres Galileo, y tu manera de hablar es semejante a la de
ellos. 71 Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco a este hombre
de quien habláis. 72 Y el gallo cantó la segunda vez. Entonces Pedro se acordó
de las palabras que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces,
me negarás tres veces. Y pensando en esto, lloraba.
La negación de Pedro no fue un simple "no", la Biblia nos declara que
"él comenzó a maldecir, y a jurar:
No conozco a este hombre de quien habláis". Ahora, en medio de toda
esta caída tan fea de aquel quien horas antes había jurado seguir a Cristo
hasta la muerte a nuestros ojos sería suficiente para decir que Pedro perdió su
salvación y hasta su fe sin embargo la Biblia nos dice que aun dentro de este
comportamiento la fe de Pedro nunca faltó.
Cristo, intercedió para que la fe de Pedro no faltase, aun cuando él
sabía que le habría de negar de esa manera:
Lucas 22:31 Dijo
también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como
a trigo; 32 pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto,
confirma a tus hermanos.
Hermanos, podemos estar seguros que como "hijos de Dios" cuando somos
tentados de cualquier forma que sea es solo por permiso divino y la Biblia nos
dice que "Dios juntamente con la tentación nos da la salida para que
podamos soportar" (1 Corintios 10:31).
Pedro negó feamente a su Señor ¡pero su fe no faltó!
Pero muchos
apostatarán de la Fe
Si pero algunos dicen "es que la Biblia dice que muchos apostatarán de la fe”. Esto es tan cierto como lo dice la Biblia,
pero ya ha quedado claro que los Verdaderos creyentes tienen una fe que da
frutos y permanece. Y si los verdaderos
cristianos (la tierra buena) dan fruto que permanece, entonces no pueden ser
estos quienes apostatan de la fe. Es
cierto que la apostasía existe y la Biblia no solo dice que “muchos apostatarán” (1 Timoteo 4:1),
sino que da ejemplos de algunos que apostataron…
2 Timoteo 2:16 Mas
evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad.
17 Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, 18
que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y
trastornan la fe de algunos.
Bueno, ahí lo tenemos, Himeneo y Fileto “se desviaron de la verdad” creyendo y
enseñando falsa doctrina. Ahora, nos preguntamos, ¿Eran estos dos hombres
salvos quienes perdieron su salvación ó eran dos que estaban dentro de los
salvos y que habían creído de cierta forma el mensaje del Evangelio pero
quienes nunca pertenecieron al Señor?
Veamos como sigue la Escritura…
19 Pero el fundamento
de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos;
y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.
La Biblia misma nos declara que estos dos nunca
pertenecieron a Dios. Juan lo dice muy
confiadamente de igual manera
1 Juan 2: 18 Hijitos,
ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así
ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último
tiempo. 19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen
sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se
manifestase que no todos son de nosotros.
Juan nos dice dos cosas aquí, primero que los que son de
nosotros permanecen en la fe y la doctrina "porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros"
y segundo que los que se apartan de la doctrina son "anticristos" y simplemente demuestran que "no eran de nosotros". Tenían fe, pero no la fe que es don de Dios
para salvación. Estaban en el grupo
¡pero no eran! La misma Biblia nos dice “Dios
conoce los que son suyos”, los verdaderos hijos de Dios tienen el “sello” que les identifica “conocidos por Dios”. Ese sello es el mismo Espíritu Santo que
lleva a los verdaderos creyentes a toda verdad y toda justicia, no a creer,
predicar y enseñar falsas doctrinas.
Efesios 1:12 a fin de
que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente
esperábamos en Cristo. 13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de
verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis
sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14 que es las arras de nuestra
herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su
gloria.
El Espíritu Santo es las arras (garantía) de nuestra herencia la cual llegará el día final cuando
Cristo venga a tomar (redimir) para
la posesión adquirida en la cruz del calvario.
Ese Espíritu Santo es quien nos da el don de la fe no solo para que
creamos para salvación sino para que permanezcamos hasta el día de
redención. Así que la pregunta que sigue
es si Dios es el dador de la fe y Dios no quita la fe a sus hijos, entonces
¿Cómo se Pierde la Salvación?
Conclusión:
Aquella persona que no siga el mandamiento y escuche la vara
de corrección por medio de la disciplina y la exhortación, y continúe en su
camino de pecados alejados de Dios, solamente da testimonio ante todos que
nunca fue lo que un día dijo ser. Aquel
cuya fe sea temporal y no permanezca hasta el fin, nunca creyó verdaderamente
lo que un día dijo creer y como resultado final ha de recibir el juicio de Dios
el cual ha de destruir a los pecadores y adversarios (Hebreos 10:26ss).
1 Juan 2:19 Salieron
de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros,
habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no
todos son de nosotros.
Los Creyentes, los que han recibido ‘vida eterna’ de parte de Cristo “y no vendrán a condenación, mas han pasado de muerte a vida"
(Juan 5:25), “¡no morirán jamás!” Estos oyen la voz del Pastor y le siguen
(Juan 10). Dios les da vida eternal y
las cuida y nada ni nadie les ha de arrebatar de su mano ni de la mano del
Padre, ¡Nadie! Nada les ha de separar del amor
de Cristo, ¡NADA!
Mientras que los demás se alejan del camino, las ovejas del
maestro siguen paso a paso, y momento a momento detrás del sonido de la voz de
su pastor quien al final del día, terminará su jornada trayendo al redil TODAS sus ovejas; no ochenta, no
noventa, ni tampoco noventa y nueve, sino
¡CIEN OVEJAS! Él es el buen pastor quien da su vida por las
ovejas y mientras una de ellas esté perdida, no estará tranquilo hasta que la
encuentre y la traiga a su redil. Porque
“¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien
ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y
va tras la que se perdió, hasta encontrarla? 5 Y cuando la encuentra, la pone
sobre sus hombros gozoso; 6 y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos,
diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido.
“(Lucas 15:4-6)
Cristo, como buen pastor que es no ha de llegar al redil y
no ha de comenzar a celebrar la fiesta sin que la última de todas sus ovejas
este con él, porque como el mismo dijo,
“he venido a hacer la voluntad de mi
Padre” (Juan 5:30) y “Y esta es la
voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo
nada, sino que lo resucite en el día postrero.” (Juan 6:39).
Se da cuenta, la voluntad del Padre es que Jesús no pierda ‘ninguno’ de los que les han sido
dados. Y si Jesús pierde solamente una
oveja, no habrá cumplido la voluntad del Padre quien le encargó que no perdiese
“NADA”. Por eso es que se dice “nada nos podrá separar del amor de Cristo”
(Romanos 8:32). Pues si decimos que alguno de los escogidos los cuales han de
ser salvos por la voluntad del Padre, termina perdido, entonces Cristo no ha
"prosperado" la voluntad
del Padre, pero Cristo prospera y hace cumplir la voluntad de Dios, la cual no
es otra cosa sino lo que ha sido explícitamente dicho por nuestro Señor "que de todo los que me dé no pierda
ninguno." (Juan 6:39).
Isaías 53:10 Con todo
eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto
su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la
voluntad de Jehová será en su mano prosperada. 11 Verá el fruto de la aflicción
de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo
justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.
Podemos entonces decir confiadamente junto con el Apóstol, “el que comenzó la obra la perfeccionará
hasta el día de Cristo” (Filipenses 1:6), eso es el día de su venida, el
día postrero. Por eso, “Todo lo que el Padre da al Hijo, vendrá a
Cristo” y “Cristo no le echa fuera”
(Juan 6:37). En aquel día “TODOS, no solo algunos de lo que el Padre
ha dado al Hijo serán resucitados por él”
(Juan 6:44). La pregunta que nos queda
entonces es, Si Cristo mismo nos dice que El no perderá ninguno, y si todos
serán resucitados por Él en el día final, ¿Cómo se Pierde la Salvación?
Es un Atentado
A fin de cuentas, hemos de ver que la teoría de la “Pérdida de Salvación” no es otra cosa
que un brutal atentado contra la Verdad de la Biblia. Sí, es un atentado primeramente contra el
carácter de Dios quien nos declara en su Palabra que la salvación pertenece
solo a Él y nadie más (Jeremías 3:23; Lamentaciones 3:26; Jonás 2:9). El no compartirá su Gloria con nadie.
Es un Atentado contra la ‘calidad’ y ‘efectividad'
de la obra de Dios en el Nuevo Pacto. Al
decir que alguien quien Dios ha “puesto
su ley en su corazón” y quien ha sido trasformado “para que no se aparte” de Él (Jeremías 32:40), puede perder el
temor y finalmente apartarse de Dios, es rebelarse, despreciar y tirar por el
suelo el valor de la obra de Dios en el Nuevo Pacto. ¡Horrible!
Es un atentado contra el mismo corazón del Evangelio. Esta
teoría se levanta en oposición a la Salvación solamente por Gracia por medio de
la fe y “sin las obras de los hombres”.
Efesios 2:7 para
mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su
bondad para con nosotros en Cristo Jesús. 8 Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras,
para que nadie se gloríe.
Al dar al hombre dicho y hecho en su futuro eterno, no se ha
hecho otra cosa sino que distorsionar la gracia de Dios la cual es obrada sola
y únicamente por el Espíritu Santo y se ha hecho de esta un simple instrumento
de ayuda para que el hombre se salve a sí mismo. Sin tener en cuenta que es
Jesús el Salvador y eso mismo significa su nombre, “Yahshua”. El vino a “salvar a su pueblo de sus pecados”
(Mateo 1:21), y eso ha hecho y ha de hacer hasta el fin del mundo. ¡Salvará fielmente a “todo su pueblo” de sus pecados!
Es un atentado contra el mismo corazón del Evangelio y la
doctrina de la Justificación, la cual declara al hombre justo eternamente, por
solamente poner su fe en la obra completa de Cristo Jesús.
Romanos 5:9 Pues
mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la
ira.
Y Finalmente, es un atentado contra la habilidad y la
capacidad de Cristo para completar en su totalidad la obra la cual le fue encargada
por el Padre y la cual ha sido expresada por Jesús como “la voluntad del que me envió”.
El creer y predicar que algunos de los salvados se han de perder, es
equivalente a decir que Cristo no ha de cumplir la voluntad del Padre de no
perder ninguno.
Podemos concluir que los que afirman que la Salvación se
puede perder ya sea por "malas
obras" o por "dejar de
creer", demuestran una de dos cosas, o ambas. Primero, un gran desconocimiento y entendimiento
de lo que la Biblia enseña sobre la Ley, el Evangelio de Gracia y en especial
el carácter del Nuevo Pacto. Y segundo, una falta de confianza y debida
consideración a lo que la Biblia dice, echando a un lado el fundamento de la
Palabra para seguir sus propias tradiciones de hombres, las cuales no se
ajustan a la verdad de Dios.
Hay mucho más que podemos decir pero será hasta aquí. Para concluir, cerramos con lo siguiente,
Jesús dijo a María “Y todo aquel que
vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?” (Juan 11:26). Hágase usted mismo(a) esa pregunta, ¿Crees
esto? ¡Sea Dios veraz y todo hombre mentiroso!
Y si Dios es veraz, entonces,
¿Cómo se Pierde la Salvación?.-
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