¿AVIVAMIENTO O ENGAÑO?
Algunas iglesias bautistas han
dado un giro a sus métodos de culto pues llegaron a la conclusión que no
crecían porque les faltaba algo, y ese algo, creyeron encontrarlo en las
prácticas y doctrinas fascinantes de los carismáticos. La incorporación de prácticas
litúrgicas como, palmear al cantar coritos, alzar las manos, danzar en el
Espíritu, echar fuera demonios, y el énfasis exagerado en algunos dones
extraordinarios como, el hablar en lenguas, predecir eventos futuros en la vida
de las personas, interpretar sueños, sanar enfermos, han sido la clave para el
supuesto avivamiento que estaban buscando y que les traería el anhelado
crecimiento numérico.
Están muy orgullosas dichas
iglesias, creyendo que ahora sí el Señor les ha dado un gran avivamiento, del cual
están excluidos aquellos pastores retrógradas, recalcitrantes,
tradicionalistas, ortodoxos, o sin visión como suelen llamarlos e igualmente
sus iglesias muertas. Tendrán la razón estas iglesias con sus pastores? Pues no, como tampoco la tiene el movimiento
carismático en general. Por varias razones:
1.
Se le ha dado una
importancia exagerada a la experiencia personal mística, sobre la objetividad
de la Palabra de Dios. Esto ha ocasionado el que estas iglesias están siendo
edificadas en un subjetivismo espiritual, donde lo importante es lo que usted
sienta o experimente, sin comprobación en la Palabra de Dios.
2.
Es un avivamiento
espiritual falso. Sabía usted que Satanás también falsifica los dones
espirituales? El supuesto avivamiento espiritual de los carismáticos es muy
parecido al que se dio en el siglo II con Montano y que se ha repetido muy
ocasionalmente en la historia de la iglesia.
Los bautistas no necesitamos un
avivamiento de esa clase, porque es contraria a las doctrinas bíblicas que
hemos creído desde el principio; creo sí que necesitamos una renovación, pero
no carismática sino una renovación en la doctrina bíblica, necesitamos volver a
las escrituras siguiendo el principio Bíblico de “Renovar nuestro entendimiento
para comprobar la voluntad de Dios” (Romanos 12:2). Como bautistas debemos
estar en permanente auto-examen a la luz de la palabra de Dios, haciendo los
cambios necesarios cuando nos apartamos de sus enseñanzas, pero esa permanente
reforma debe ser hecha por la Palabra y no por el movimiento carismático.
Nuestras iglesias necesitan
irremediablemente una renovación teológica que nos haga volver al fundamento
bíblico que caracterizó a los bautistas desde el principio. Quisiera preguntar,
cuántos pastores y líderes de nuestras iglesias, tienen un claro entendimiento
sobre
las Doctrinas de la Gracia de Dios? Estas doctrinas bíblicas enseñan que el hombre
está contaminado por el pecado, que si no fuera por la Gracia soberana de Dios
seguiría en eterna condenación, que Cristo dio su vida en la cruz para
salvarlo, que Dios en su Gracia nos busca y nos atrae hacia él y que solamente
en su poder podremos perseverar hasta el fin. Cuántos predican éstas doctrinas?
en un mundo en el que se resalta el poderío de las obras humanas y la autonomía
del hombre en asuntos morales?
Las Escrituras enseñan no solamente que Dios
tiene un plan general que está siendo llevado a cabo en la historia humana,
sino también que el propósito de Dios se aplica al individuo. Cuando un hombre
es salvo, no es salvo como un asunto del azar o de accidente o de suerte; es
salvo como continuación de un eterno propósito de Dios. Dios salva al hombre
porque su intención es salvarlo. El salva a un hombre particular, en un tiempo
particular y bajo ciertas circunstancias dadas, porque ésa es su
intención.
En la Biblia vemos que la
salvación se le atribuye a Dios. La salvación es obra de Dios. Pero la
salvación incluye este cambio de la mente y del corazón que llamamos
conversión. No es cierto que el pecador de sí y por sí mismo se arrepiente y
cree y que entonces Dios entra después en el proceso del perdón. No, Dios está
en el proceso desde el principio. Su trabajo es producir arrepentimiento y fe.
Y él trabaja por crear las condiciones bajo las cuales él puede perdonar. Busca
al pecador. Nosotros nos rendimos a un Dios que nos atrae hacia sí. Nosotros lo
buscamos a él porque él nos buscó primero a nosotros. El evangelio de Cristo es
el evangelio de un Dios que busca...Llevar los hombres a Cristo es la obra de
Dios. Sin este poder de atracción los hombres no podrían venir a Cristo (Juan
6:44)1
No le llama poderosamente la
atención que la salvación es del Señor? Por lo tanto el añadirá a la iglesia
los que han de ser salvos. Por supuesto que lo hará mediante nuestra
evangelización, pero al fin y al cabo El es el que regenera. Nuestra tarea es
ser fieles al mensaje bíblico, y no tanto buscar innovaciones litúrgicas o
teologías de moda para poder atrapar al pecador mediante la manipulación y el
engaño.-
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