miércoles, 27 de febrero de 2013

¿LAS BUENAS OBRAS=EL CIELO?


                   ¿ME PUEDO IR AL CIELO A TRAVÉS DE MIS BUENAS OBRAS?                                                                               
Desafortunadamente, la respuesta a esta pregunta es ¡NO! Nadie puede entrar al reino de los cielos simplemente por ser buena persona. En cierta ocasión un principal entre los judíos llamado Nicodemo vino a Jesús y le preguntó que debía hacer para encontrar la vida eterna. Jesús le contestó, de a menos que naciera de nuevo no podía entrar al reino de Dios. El nacimiento de nuevo lo obra el Espíritu Santo en la persona (Juan 1:13). Toda persona debe responder al llamado de Dios a creer en él para entonces poder ser partícipe del reino de los cielos.
Juan 3:16  Porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna.
Juan 3:18  El que en él cree, no es condenado pero el que no cree ya ha sido condenado; porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Para entrar al cielo es necesario reconocimiento de que somos pecadores y que necesitamos el perdón que Dios ofrece únicamente por medio de Cristo Jesús. 
Además la Biblia dice que no hay nadie bueno.  ¡No hay nadie bueno!
Romanos 3:10-12  Como está escrito: No hay justo, ni aún uno; No hay quién entienda. NO hay quién busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quién haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. 
 No importa cuán bueno usted ni nadie piense ser, la Biblia dice que no hay ni uno solo en el mundo que sea bueno ni que haga lo bueno.
Finalmente, esta pregunta insinúa que alguien puede conseguir salvarse por “las obras” que haga y eso es algo que la Biblia niega rotundamente. La salvación no es por obras sino por la gracia y misericordia de Dios.  Nadie merece ser salvo pero Dios nos salva por su amor:
Romanos 11:6   Y si es por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no sería gracia.  Y si es por obras,  ya no es gracia;  de otra manera la obra ya no sería obra.
2 Timoteo 1:9   Él nos salvó y llamó con llamamiento santo,  no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos.

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