sábado, 9 de febrero de 2013

LA DISCIPLINA EN LA IGLESIA



                  LA DISCIPLINA EN LA IGLESIA
La salud espiritual de una iglesia no se mide por el tamaño de la congregación, ni por la belleza de sus edificios, ni por la cantidad de miembros que posee; una iglesia saludable es aquella que agrada a Dios en las áreas donde Él lo  ha revelado. 
Aunque Dios está en todas partes en todo tiempo, existe una presencia especial de Dios que distingue su presencia de una manera especial de un sitio o circunstancia a otro.  La disciplina eclesiástica está cerca del corazón de Dios en ciertas épocas o momentos claves. 
Dios está especialmente cerca de nosotros en ciertas épocas. Él está siempre cerca nuestro en ‘tiempos de necesidad’ (Hebreos 4:16). Está cerca cuando confesamos y abandonamos nuestros pecados (Salmo 76:7; Isaías 59:2; 2ª Corintios 6:16-18). Él está cerca de los que tienen el corazón quebrantado (Salmo 34:18; comparar Mateo 5:3ss.; 2ª Corintios 7:6). Él está con nosotros (aunque seamos dos o tres), cuando ejercitamos la disciplina de la iglesia en Su nombre (Mateo 18:20). Está con nosotros cuando somos disciplinados por Él como un Padre que nos ama (ver Hebreos 12:3-13), Él está con nosotros cuando le llamamos en verdad (Salmo 145:18). Él está cerca cuando le consideramos santo (Levítico 10:3). Él está cerca de nosotros cuando ‘nos acercamos’ a Él (Santiago 4:8). La Cercanía de Dios (Éxodo 33:1-16; 34:8-10; Deuteronomio 4:1-7)
¿Por qué se hace difícil aplicar la disciplina bíblica en nuestros días?  

1. El modelo de Mega Iglesia hace difícil mantener lista de miembros.  Se hace fácil para muchos entrar o salir sin rendir cuenta a nadie.  
2. No hay colaboración ministerial entre líderes de distintas congregaciones.  
3. Aunque la membrecía en la iglesia es voluntaria, los miembros deben someterse a su autoridad, sin embargo algunos miembros no se someten a la autoridad de la iglesia  


¿Por qué algunas iglesias no disciplinan sus miembros?  

    1. Miedo a perder miembros  
2. Se ve como muy duros (faltos de amor)  
3. Es ofensivo al individuo y la sociedad  
4. La iglesia no debe meterse en lo personal  
5. Puede herir a las personas  
6. Puede ser visto como una forma de control  
7. Algunos disciplinan en secreto (entre el pastor (o unos pocos líderes) y el pecador).  Esto puede ser necesario en algunos casos, pero no así en otros. Se debe hacer diferencia entre ofensas públicas y personales.  Las ofensas públicas son tratadas públicamente, las personales, en privado.  
 ¿Debe la Iglesia Juzgar sus miembros?
 Algunos no entienden correctamente el principio bíblico de ‘juzgar’.  El verso  ha sido mal aplicado:  
 Mateo 7  
1 No juzguéis para que no seáis juzgados. 2 Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que midáis, se os medirá. 3 ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? 4 ¿O cómo puedes decir a tu hermano: "Déjame sacarte la paja del ojo", cuando la viga está en tu ojo? 5 ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la paja del ojo de tu hermano.  
Obviamente, el Maestro dice que “no juzguemos para que no seamos juzgados”.  Esto por supuesto no significa que no juzguemos del todo sino que se dan los principios bajo los cuales no debemos juzgar y los principios sobre los que sí podemos juzgar.  Es claro que los gobiernos y las cortes de justicia, juzgan miles de casos diarios y nadie se opone a que así sea.  El ejercer juicio es importante para mantener el orden social, para separar lo bueno de lo malo y hacer ‘justicia’ a los que son violentados.  
 Lo que no se debe hacer es ‘juzgar hipócritamente’, de así hacerlo, caeremos nosotros bajo juicio.  La iglesia está llamada a juzgar la mala conducta de sus miembros.  


Definición de Disciplina:  
, “La Disciplina en la iglesia puede ser ampliamente definida como las medidas de confrontación tomadas por un individuo, los líderes de la iglesia, o la congregación con respecto a algún asunto de pecado en la vida de un creyente.”  
La Disciplina no es condenación. Es disciplina y la disciplina está diseñada para entrenar y restaurar.  
El Patrón y Base para la Disciplina  

1. El Señor mismo disciplina sus hijos (Hebreos. 12:6) y ha dado autoridad a la iglesia para hacerlo (1 Corintios. 512-13; 2 Corintios. 2:6)  
2. El carácter santo de Dios (1 Pedro 1:16; Hebreos. 12:11) requiere sacar la levadura de sus filas (1 Corintios. 5:6-8)  
3. Es un mandamiento de la Escritura (1 Corintios. 4:6) El no hacerlo es desobediencia (1 Corintios. 5:1-13; Mateo. 18:17-18; Tito 3:10; 2 Tesalonicenses. 3:6-15; 1 Timoteo. 5:20; Gálatas. 6:1).  
4. El testimonio de la iglesia en el mundo (1 Pedro. 4:13-19) si la iglesia vive como el mundo pierde su credibilidad y autenticidad  (1 Pedro. 2:11-18; 3:8-16; 4:1-4).  

 El Propósito de la Disciplina   

1. Traer gloria a Dios y mejorar el testimonio del rebaño.  
2. Restaurar, sanar, y edificar creyentes pecadores (Mateo. 18:15; 2 Tesalonicenses. 3:14-15; Hebreos. 12:10-13; Gálatas. 6:1-2; Santiago 5:20).  
3. Producir una fe saludable, una sana doctrina (Tito. 1:13; 1 Timoteo. 1:19-20).  
4. Ganar un alma para Cristo, si el pecador es solamente un Cristiano profesante (2 Timoteo. 2:24-26).  
5. Silenciar los falsos profetas y su influencia en la iglesia (Tito. 1:10-11).  
6. Proteger la iglesia de las destructivas consecuencias que ocurren cuando se fracasa en llevar a cabo la disciplina.  Una iglesia que falla en ejercer la disciplina sufre pérdidas en cuatro áreas:  
a. Pérdida de Pureza (1 Corintios. 5:6-7)  
b. Pérdida de Poder (Josué 7)  
c. Pérdida de Progreso (ver Rev. 2:5 y 3:16)  
d. Pérdida de Propósito (1 Pedro. 1:14-16; 2:9-15).  


La práctica de la Disciplina   

 La Manera:  

1. Debe ser ejercida por aquellos que son espirituales, quienes caminan verdaderamente por el Espíritu Santo y quienes crecen en el Señor (Gálatas. 6:1) – estos son por lo general los líderes de la iglesia.  
2. Debe ser hecha con humildad, amor y paciencia, considerándonos a nosotros mismos  (Gálatas. 6:1-2; 2 Timoteo. 2:24-25).  
3. Debe ser hecha sin acepción de personas, sin parcialidad (1 Timoteo. 5:21).  
4. Aquellos que andan desordenadamente deben ser amonestados, advertidos y ganados en amor.  (1 Tesalonicenses. 5:14-15; 1 Timoteo. 5:1-2; Efesios. 4:15; 2 Timoteo. 4:2). Esta amonestación no está limitada a los líderes de la iglesia. Cualquier miembro puede hacerlo siempre y cuando sus intenciones sean motivadas y controladas por el Espíritu Santo (1 Tesalonicenses. 5:14 con Gálatas. 6:1).  
5. Si no hay arrepentimiento y obediencia, el pecador creyente debe ser reprendido en público y los miembros del cuerpo deben apartarse de ellos y no mantener relaciones con ellos.  La separación social tal como será prescrita en la siguiente sección tiene dos propósitos principales:  
a. Indicar al ofensor que su acción ha deshonrado al Señor y ha causado rotura en la armonía del cuerpo.  La meta es siempre la restauración y la persona debe ser contada como un hermano (2 Tesalonicenses. 3:14-15)  
b. Para crear temor en el resto del rebaño como advertencia contra el pecado (1 Timoteo. 5:20)  
6. Si no hay respuesta en arrepentimiento y obediencia, la iglesia debe aplicar el procedimiento de ex comunión como se dirige en Mateo 18:17.  
a. Ejemplos de la disciplina se hallan descritos en la Biblia.  Los Corintios debían “reunirse” para tomar acción contra el hermano ofensor. (1 Corintios. 5:4-5; Romanos. 16:17; 2 Tesalonicenses. 3:6-15; Filipenses. 3:17-19).  
b. Esto era, como Pablo indica “castigo por la mayoría” (2 Corintios. 2:6) Como medida protectora, también vemos el caso de la iglesia de Roma y en Tesalónica donde se debía tomar acción con respecto a la conducta divisora y desobediente de algunos (2 Tesalonicenses. 3:6-15; Romanos. 16:17).  
7. Finalmente, la disciplina en el nombre del Señor siempre incluye la disponibilidad para perdonar.  La mayoría quienes disciplinan deben también estar dispuestos a perdonar, confortar, y reafirmar su amor a la persona que ha pecado (2 Corintios. 2:6-8)  

Razones para la Disciplina  

En la disciplina se debe ejercer extremo cuidado.  La Escritura no respalda que el ejercicio de disciplina sea hecho por antojos personales o tabú de la congregación de alguna iglesia o sus líderes.  La Escritura, que no nuestras opiniones o gustos personales, es la que debe expresar lo que debe ser causa de disciplina y la que debe determinar que es y que no es pecado. Además, no debemos volvernos unos críticos inspectores que andan en busca de defectos para disciplinar.

1.   Causas Generales:

a. Conducta desordenada, conducta claramente fuera de línea con los mandamientos de la Escritura los cuales afectan negativamente el testimonio y la unidad de la iglesia. (1 Tesalonicenses. 3:26-15)

2.   Causas específicas:

a. Dificultades entre miembros
b. Facciones o gente divisiva que causan división en la iglesia (Romanos. 16:17-18; Tito 3:9-11).
c. Conducta inmoral: pecados del tipo mencionado en 1 Corintios. 5 sugieren incesto, inmoralidad, idolatría, abuso verbal, borracheras, chismes, vagancia (no trabajan), los que siembran disensión.  (1 Corintios. 5:1, 11; 2 Tesalonicenses. 3:10-15).
d. Enseñanza falsa, enseñanza errónea y puntos de vista distintos en cuanto a los fundamentos de la fe y no puntos de diferencia en cuanto a interpretación. (1 Timoteo. 1:20; 2 1 Timoteo. 2:17-18; también implicado en Apocalipsis. 2:14-16; Filipenses. 3:2-3, 15-19; Romanos. 16:17-18).


Las preocupaciones claves que deben guiarnos son (a) el carácter santo de Dios, (b) el testimonio del rebano (c) el efecto que tiene sobre la unidad de la pureza de la iglesia y (d) la edificación y restauración del individuo.


Procedimiento para la Disciplina Eclesiástica
El procedimiento Bíblico para la disciplina Eclesiástica requiere la iniciativa y receptividad de ambas partes envueltas (Mateo 18:15-20). Es necesario que tratemos por todos los medios de evitar problemas entre seres humanos, especialmente entre cristianos. Sin embargo, a causa de nuestra naturaleza corrompida y nuestra debilidad e imperfección humana  eso no es siempre posible, cometemos faltas grandes y pequeñas, y hacemos cosas que pueden ser escandalosas a mayor o menor grado.   No obstante, el cristiano debe estar siempre dispuesto a corregir sus faltas, arrepentirse de sus pecados y enderezar su proceder para con Dios y los para con los hombres.
Precauciones:
Proverbios 18:19
El hermano ofendido es más difícil de ganar que una ciudad fortificada, y las contiendas son como cerrojos de fortaleza.
  1. Asegúrese: Debemos estar seguros de que la ofensa es legítimamente una ofensa que requiere disciplina.  No simplemente algo que nos ‘incomoda’ o ‘irrita’ nuestra paciencia.  La ofensa debe ser por lo tanto un ‘pecado’ el cual puede ser clasificado como tal bíblicamente.
  2. Recordemos que también hemos pecado y no somos perfectos (Gálatas. 6:1)

20  Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga bien y nunca peque. 21 Tampoco apliques tu corazón á todas las cosas que se hablaren, porque no oigas á tu siervo que dice mal de ti: 22  Porque tu corazón sabe, como tú también dijiste mal de otros muchas veces. Eclesiastés 7
  1. Ore a Dios sobre el asunto antes de ir ante la persona que ha ofendido (1 Samuel. 8:6)
  2. No lo posponga. Mientras más tiempo pase, más difícil se puede hacer la situación.  (Se pierde poder)
  3. No comparta a otros lo sucedido hasta haber tratado de resolverlo de acuerdo a la Biblia (Mateo 18:15).  Debemos guardar y proteger la persona y el rebaño de rumores y lenguas mentirosas (Proverbios. 6:19b; 10:19; 11:13; 18:8, 21; 20:19)
Primer Paso:
Busque reconciliación o corrección del ofensor
1.      Cuando hay problemas entre dos personas: Hay dos pasos, reconciliación y restauración
2.      Cuando el creyente ha sido hallado en pecado: Necesita restauración
Segundo Paso:
Si el primer paso falla, traiga testigos (líderes de la congregación) para fortalecer el efecto de la disciplina.
Tercer Paso:
Si el segundo pasó falla, busque reconciliación y restauración por medio de todo la congregación. Los pasos a seguir si no hay ‘arrepentimiento’
1.      Separación
2.      Ex comunión, pérdida de membrecía
Procedimiento para la Restauración:
Perdón:
Si hay arrepentimiento genuino (Lucas. 3:8; Hechos 26:20) debe haber perdón.
  1. Acepte su pecado libremente (1 Juan. 1:9; Proverbios. 28:13ª)
  2. Cesa toda actividad por la cual fue disciplinado y busque ayuda si es necesario (Proverbios. 28:13b, Gálatas. 6:1ss, Santiago. 5:19-20)
  3. Haga restitución y pida perdón (Filipenses. 18-19; Mateo. 5:23-24)
  4. Demuestre un cambio de corazón genuino (2 Corintios. 7:8-11; Salmos. 51:17)
  5. Manifieste el fruto del E.S.  (Gálatas. 5:22ss)
Apoyo en la restauración:
  1. Buscar al hermano
  2. asegurándole de su respaldo
  3. motivándole
  4. exhortándole (consejos)
  5. motivándole a seguir hacia adelante

Amor:
  1. Inclúyales, acérqueles
  2. Haga lo que ayude a su crecimiento y recuperación (2 Corintios. 2:8)
Para posiciones de liderazgo debe haber un periodo de prueba para demostrar su calificación (1 Timoteo. 3:10).-

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