LA DISCIPLINA EN LA IGLESIA
La salud espiritual de una iglesia no se mide por el
tamaño de la congregación, ni por la belleza de sus edificios, ni por la
cantidad de miembros que posee; una iglesia saludable es aquella que agrada a
Dios en las áreas donde Él lo ha revelado.
Aunque Dios está en todas partes en todo tiempo,
existe una presencia especial de Dios que distingue su presencia de una manera
especial de un sitio o circunstancia a otro. La disciplina eclesiástica
está cerca del corazón de Dios en ciertas épocas o momentos claves.
Dios está especialmente cerca de nosotros en ciertas
épocas. Él está siempre cerca nuestro en ‘tiempos de necesidad’ (Hebreos 4:16).
Está cerca cuando confesamos y abandonamos nuestros pecados (Salmo 76:7; Isaías
59:2; 2ª Corintios 6:16-18). Él está cerca de los que tienen el corazón
quebrantado (Salmo 34:18; comparar Mateo 5:3ss.; 2ª Corintios 7:6). Él está
con nosotros (aunque seamos dos o tres), cuando ejercitamos la disciplina de la
iglesia en Su nombre (Mateo 18:20). Está con nosotros cuando somos
disciplinados por Él como un Padre que nos ama (ver Hebreos 12:3-13), Él está
con nosotros cuando le llamamos en verdad (Salmo 145:18). Él está cerca cuando
le consideramos santo (Levítico 10:3). Él está cerca de nosotros cuando ‘nos
acercamos’ a Él (Santiago 4:8). La Cercanía de Dios (Éxodo 33:1-16; 34:8-10;
Deuteronomio 4:1-7)
¿Por qué se hace difícil aplicar la disciplina bíblica
en nuestros días?
1. El modelo de Mega Iglesia hace difícil mantener lista de miembros.
Se hace fácil para muchos entrar o salir sin rendir cuenta a nadie.
2. No hay colaboración ministerial entre líderes de distintas
congregaciones.
3. Aunque la membrecía en la iglesia es voluntaria, los miembros deben
someterse a su autoridad, sin embargo algunos miembros no se someten a la
autoridad de la iglesia
¿Por qué algunas iglesias no disciplinan sus miembros?
1. Miedo a
perder miembros
2. Se ve como muy duros (faltos de amor)
3. Es ofensivo al individuo y la sociedad
4. La iglesia no debe meterse en lo personal
5. Puede herir a las personas
6. Puede ser visto como una forma de control
7. Algunos disciplinan en secreto (entre el pastor (o unos pocos líderes) y
el pecador). Esto puede ser necesario en algunos casos, pero no así en
otros. Se debe hacer diferencia entre ofensas públicas y personales. Las
ofensas públicas son tratadas públicamente, las personales, en privado.
¿Debe la Iglesia Juzgar sus miembros?
Algunos no entienden correctamente el principio bíblico de ‘juzgar’.
El verso ha sido mal aplicado:
Mateo
7
1 No juzguéis para que no seáis juzgados. 2 Porque con el juicio con
que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que midáis, se os medirá.
3 ¿Y por qué miras la
paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu
propio ojo? 4 ¿O
cómo puedes decir a tu hermano: "Déjame sacarte la paja del ojo",
cuando la viga está en tu ojo? 5 ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con
claridad para sacar la paja del ojo de tu hermano.
Obviamente, el Maestro dice que “no juzguemos para que
no seamos juzgados”. Esto por supuesto no significa que no juzguemos del
todo sino que se dan los principios bajo los cuales no debemos juzgar y los
principios sobre los que sí podemos juzgar. Es claro que los gobiernos y
las cortes de justicia, juzgan miles de casos diarios y nadie se opone a que
así sea. El ejercer juicio es importante para mantener el orden social,
para separar lo bueno de lo malo y hacer ‘justicia’ a los que son violentados.
Lo que no se debe hacer es ‘juzgar
hipócritamente’, de así hacerlo, caeremos nosotros bajo juicio. La
iglesia está llamada a juzgar la mala conducta de sus miembros.
Definición de Disciplina:
, “La Disciplina en la iglesia puede ser
ampliamente definida como las medidas de confrontación tomadas por un
individuo, los líderes de la iglesia, o la congregación con respecto a algún
asunto de pecado en la vida de un creyente.”
La Disciplina no es condenación. Es disciplina y la
disciplina está diseñada para entrenar y restaurar.
El Patrón y Base para la Disciplina
1. El Señor mismo disciplina sus hijos (Hebreos. 12:6) y ha dado autoridad
a la iglesia para hacerlo (1 Corintios. 512-13; 2 Corintios. 2:6)
2. El carácter santo de Dios (1 Pedro 1:16; Hebreos. 12:11) requiere sacar
la levadura de sus filas (1 Corintios. 5:6-8)
3. Es un mandamiento de la Escritura (1 Corintios. 4:6) El no hacerlo es
desobediencia (1 Corintios. 5:1-13; Mateo.
18:17-18; Tito
3:10; 2
Tesalonicenses. 3:6-15; 1
Timoteo. 5:20; Gálatas.
6:1).
4. El testimonio de la iglesia en el mundo (1
Pedro. 4:13-19) si la iglesia vive como el mundo pierde su
credibilidad y autenticidad (1
Pedro. 2:11-18; 3:8-16; 4:1-4).
El Propósito de la Disciplina
1. Traer gloria a Dios y mejorar el testimonio del rebaño.
2. Restaurar, sanar, y edificar creyentes pecadores (Mateo.
18:15; 2
Tesalonicenses. 3:14-15; Hebreos.
12:10-13; Gálatas.
6:1-2; Santiago
5:20).
4. Ganar un alma para Cristo, si el pecador es solamente un Cristiano
profesante (2 Timoteo. 2:24-26).
6. Proteger la iglesia de las destructivas consecuencias que ocurren cuando
se fracasa en llevar a cabo la disciplina. Una iglesia que falla en
ejercer la disciplina sufre pérdidas en cuatro áreas:
La práctica de la Disciplina
La Manera:
1. Debe ser ejercida por aquellos que son espirituales, quienes caminan verdaderamente
por el Espíritu Santo y quienes crecen en el Señor (Gálatas. 6:1) – estos son
por lo general los líderes de la iglesia.
2. Debe ser hecha con humildad, amor y paciencia, considerándonos a
nosotros mismos (Gálatas.
6:1-2; 2
Timoteo. 2:24-25).
4. Aquellos que andan desordenadamente deben ser amonestados, advertidos y
ganados en amor. (1
Tesalonicenses. 5:14-15; 1
Timoteo. 5:1-2; Efesios.
4:15; 2
Timoteo. 4:2). Esta amonestación no está limitada a los líderes de
la iglesia. Cualquier miembro puede hacerlo siempre y cuando sus intenciones
sean motivadas y controladas por el Espíritu Santo (1
Tesalonicenses. 5:14 con Gálatas.
6:1).
5. Si no hay arrepentimiento y obediencia, el pecador creyente debe ser
reprendido en público y los miembros del cuerpo deben apartarse de ellos y no
mantener relaciones con ellos. La separación social tal como será
prescrita en la siguiente sección tiene dos propósitos principales:
a. Indicar al ofensor que su acción ha deshonrado al Señor y ha causado
rotura en la armonía del cuerpo. La meta es siempre la restauración y la
persona debe ser contada como un hermano (2 Tesalonicenses. 3:14-15)
b. Para crear temor en el resto del rebaño como advertencia contra el
pecado (1 Timoteo. 5:20)
6. Si no hay respuesta en arrepentimiento y obediencia, la iglesia debe
aplicar el procedimiento de ex comunión como se dirige en Mateo 18:17.
a. Ejemplos de la disciplina se hallan descritos en la Biblia. Los
Corintios debían “reunirse” para tomar acción contra el hermano ofensor. (1
Corintios. 5:4-5; Romanos.
16:17; 2
Tesalonicenses. 3:6-15; Filipenses.
3:17-19).
b. Esto era, como Pablo indica “castigo por la mayoría” (2 Corintios. 2:6)
Como medida protectora, también vemos el caso de la iglesia de Roma y en
Tesalónica donde se debía tomar acción con respecto a la conducta divisora y
desobediente de algunos (2
Tesalonicenses. 3:6-15; Romanos.
16:17).
7. Finalmente, la disciplina en el nombre del Señor siempre incluye la
disponibilidad para perdonar. La mayoría quienes disciplinan deben
también estar dispuestos a perdonar, confortar, y reafirmar su amor a la persona
que ha pecado (2 Corintios. 2:6-8)
Razones para la Disciplina
En la disciplina se debe ejercer extremo
cuidado. La Escritura no respalda que el ejercicio de disciplina sea
hecho por antojos personales o tabú de la congregación de alguna iglesia o sus
líderes. La Escritura, que no nuestras opiniones o gustos personales, es
la que debe expresar lo que debe ser causa de disciplina y la que debe
determinar que es y que no es pecado. Además, no debemos volvernos unos
críticos inspectores que andan en busca de defectos para disciplinar.
1.
Causas Generales:
a. Conducta desordenada, conducta claramente fuera de línea con los
mandamientos de la Escritura los cuales afectan negativamente el testimonio y
la unidad de la iglesia. (1 Tesalonicenses. 3:26-15)
2.
Causas específicas:
a. Dificultades entre miembros
c. Conducta inmoral: pecados del tipo mencionado en 1 Corintios. 5 sugieren
incesto, inmoralidad, idolatría, abuso verbal, borracheras, chismes, vagancia
(no trabajan), los que siembran disensión. (1
Corintios. 5:1, 11; 2
Tesalonicenses. 3:10-15).
d. Enseñanza falsa, enseñanza errónea y puntos de vista distintos en cuanto
a los fundamentos de la fe y no puntos de diferencia en cuanto a
interpretación. (1 Timoteo. 1:20; 2 1
Timoteo. 2:17-18; también implicado en Apocalipsis.
2:14-16; Filipenses.
3:2-3, 15-19; Romanos.
16:17-18).
Las preocupaciones claves que deben guiarnos son (a)
el carácter santo de Dios, (b) el testimonio del rebano (c) el efecto que tiene
sobre la unidad de la pureza de la iglesia y (d) la edificación y restauración
del individuo.
Procedimiento
para la Disciplina Eclesiástica
El procedimiento Bíblico para la disciplina
Eclesiástica requiere la iniciativa y receptividad de ambas partes envueltas
(Mateo 18:15-20). Es necesario que tratemos por todos los medios de evitar
problemas entre seres humanos, especialmente entre cristianos. Sin embargo, a
causa de nuestra naturaleza corrompida y nuestra debilidad e imperfección
humana eso no es siempre posible, cometemos faltas grandes y pequeñas, y
hacemos cosas que pueden ser escandalosas a mayor o menor grado. No
obstante, el cristiano debe estar siempre dispuesto a corregir sus faltas,
arrepentirse de sus pecados y enderezar su proceder para con Dios y los para
con los hombres.
Precauciones:
Proverbios
18:19
El hermano
ofendido es más difícil de ganar que una ciudad fortificada, y las
contiendas son como cerrojos de fortaleza.
- Asegúrese: Debemos estar seguros de que la ofensa es legítimamente una ofensa que requiere disciplina. No simplemente algo que nos ‘incomoda’ o ‘irrita’ nuestra paciencia. La ofensa debe ser por lo tanto un ‘pecado’ el cual puede ser clasificado como tal bíblicamente.
- Recordemos que también hemos pecado y no somos perfectos (Gálatas. 6:1)
20
Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga bien y nunca peque. 21 Tampoco apliques tu corazón á todas las cosas que se hablaren, porque
no oigas á tu siervo que dice mal de ti: 22 Porque tu corazón sabe, como
tú también dijiste mal de otros muchas veces. Eclesiastés 7
- Ore a Dios sobre el asunto antes de ir ante la persona que ha ofendido (1 Samuel. 8:6)
- No lo posponga. Mientras más tiempo pase, más difícil se puede hacer la situación. (Se pierde poder)
- No comparta a otros lo sucedido hasta haber tratado de resolverlo de acuerdo a la Biblia (Mateo 18:15). Debemos guardar y proteger la persona y el rebaño de rumores y lenguas mentirosas (Proverbios. 6:19b; 10:19; 11:13; 18:8, 21; 20:19)
Primer Paso:
Busque reconciliación o corrección del ofensor
1. Cuando hay problemas entre dos personas:
Hay dos pasos, reconciliación y restauración
2. Cuando el creyente ha sido hallado en
pecado: Necesita restauración
Segundo Paso:
Si el primer paso falla, traiga testigos (líderes de
la congregación) para fortalecer el efecto de la disciplina.
Tercer Paso:
Si el segundo pasó falla, busque reconciliación y
restauración por medio de todo la congregación. Los pasos a seguir si no hay
‘arrepentimiento’
1. Separación
2. Ex comunión, pérdida de membrecía
Procedimiento para la Restauración:
Perdón:
Si hay arrepentimiento genuino (Lucas. 3:8; Hechos
26:20) debe haber perdón.
- Acepte su pecado libremente (1 Juan. 1:9; Proverbios. 28:13ª)
- Cesa toda actividad por la cual fue disciplinado y busque ayuda si es necesario (Proverbios. 28:13b, Gálatas. 6:1ss, Santiago. 5:19-20)
- Haga restitución y pida perdón (Filipenses. 18-19; Mateo. 5:23-24)
- Demuestre un cambio de corazón genuino (2 Corintios. 7:8-11; Salmos. 51:17)
- Manifieste el fruto del E.S. (Gálatas. 5:22ss)
Apoyo en la restauración:
- Buscar al hermano
- asegurándole de su respaldo
- motivándole
- exhortándole (consejos)
- motivándole a seguir hacia adelante
Amor:
- Inclúyales, acérqueles
- Haga lo que ayude a su crecimiento y recuperación (2 Corintios. 2:8)
No hay comentarios:
Publicar un comentario