viernes, 22 de febrero de 2013

LOS DONES ESPIRITUALES (VIII) EL DON DE DISCERNIMIENTO


                                                                 EL DON DE DISCERNIMIENTO

Un importante conflicto se mantiene entre Dios y Satanás; Satanás no siempre se opone a Dios en forma directa; a menudo trata de obstaculizarle a través de la falsificación. “El mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia…” (2 Corintios 11:14-15). Para Cristo hay un anticristo. Para profetas verdaderos hay profetas falsos. Para el trigo hay cizaña. Para las ovejas hay lobos con pieles de ovejas. Para el Espíritu Santo y los santos ángeles hay espíritus inmundos. ¿Cómo podemos distinguir lo genuino de lo falso? Para ello necesitamos discernimiento. La Biblia enseña claramente la existencia de un mundo espiritual. Los demonios son seres espirituales, sin cuerpo, invisibles, inteligentes, fuertes, depravados, caídos; algunos presos, algunos libres, condenados, enemigos de Dios y opresores de los hombres. Aunque al cristiano le está prohibido por la Palabra de Dios tratar con cualquier forma de espiritismo (Deuteronomio 18:10-14), puede tener que enfrentarse a la falsa religión promovida por espíritus engañadores. A tales doctrinas falsas Pablo las llama “doctrina de demonios” (1 Timoteo 4:11). Pablo resume este pensamiento en Efesios 6:12. ¿Qué es el don de discernimiento? A pesar que cada creyente es responsable del discernimiento de espíritus, algunos tienen una capacidad especial para hacerlo. Este es el don de discernimiento, una facultad especial para distinguir entre el espíritu de verdad y el espíritu de mentira. Los que lo poseen pueden detectar falsas enseñanzas y descubrir falsos maestros, pueden captar el error en un libro o en un sermón. Puede decir si la atmósfera durante un servicio es pura emoción o es una emoción basada sobre la verdad bíblica. La iglesia de Éfeso fue elogiada por haber probado a los apóstoles profesantes y haberlos reconocido como mentirosos (Apocalipsis 2:2). Pero las iglesias de Pérgamo y Tiatira fueron reprendidas por su fracaso al no discernir y eliminar la doctrina de Balaam (v.4) y las enseñanzas de la falsa profetiza Jezabel (v.20). Los falsos maestros deben ser apartados. “Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no le recibáis en casa, ni le digáis ¡Bienvenido!” (2 Juan 10). Es por ello la necesidad de este don en la iglesia, para proteger a la congregación contra los engañadores de Satanás, quien en todo tiempo se transforma a sí mismo en un ángel de luz en la persona de falsos maestros. ¿Sostienen estos maestros, o su doctrina, o el espíritu que trae esta enseñanza el honor de Jesucristo? Ésta es la prueba  (1 Juan 4:2-3); Jesús: se refiere a la persona histórica; Cristo: significa el Ungido, el profetizado. El apóstol Juan prácticamente iguala con la Deidad (1 Juan 2:22-23). Ha venido: esto implica su preexistencia. El entró en el curso de la historia desde afuera; bajó al mundo del Padre. Venido: es tiempo perfecto, que indica un acto definido, cumplido en el pasado, un deci-sivo advenimiento, la Encarnación. En carne: Jesús tomó sobre sí mismo la naturaleza humana, incluyendo un cuerpo. Llegó a ser participante de la naturaleza humana para que pudiéramos ser parte de la naturaleza divina. Llegó a encarnarse para poder morir en la cruz por nuestros pecados. Su venida en la carne fue para morir; luego venció a la muerte con su resurrección. Cualquier forma de relegar a Jesucristo a una posición inferior, menor que la de Hijo de Dios encarnado, el Salvador crucificado, significa que el espíritu no es de Dios. Pablo advirtió de estos peligros (1 Timoteo 4:1), “la fe” de los falsos espíritus tratan de desviar a la gente de la fe verdadera que encontramos en 1 Timoteo 3:16; una vez más, Cristo (su persona y su obra) provee la parte vital de la verdad: “e indiscutiblemente grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne(La encarnación de Cristo), justificado en el espíritu, (declarado divino por la resurrección- Romanos 1:4), visto de los ángeles (resurrección atestiguada), predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria, (ascensión y glorificación, el sello divino sobre su obra consumada). La divinidad encarnada de Cristo y el ministerio propiciatorio sobre la cruz constituye la prueba decisiva de cada credo y sistema religioso. Veamos algunos ejemplos bíblicos de discernimiento: Jesús (Mateo 16:17,23); Pedro (Hechos 5:1-10; 8:20-23); Pablo (Hechos 13:10-11; 16:16-18).En forma muy interesante, un escrito cristiano primitivo del primer siglo (La Didaché), da consejos acerca de cómo descubrir a un falso profeta. Este escrito dice que” si alguien viene y aunque hable verdad, si permanece por más de tres días, si lleva todo, excepto pan, pide dinero, enseña verdad pero no practica lo que enseña, es un falso profeta”. En la actualidad debemos estar atentos a la incursión indiscriminada, aún en las iglesias, del falso evangelio; ese “otro evangelio, diferente” (Gálatas 1:8) del que nos habló y advirtió Pablo. Cualquier evangelio de obras no es evangelio. Tal evangelio no es del Espíritu Santo. Para reflexionar: Deuteronomio 13:1.11.-

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