domingo, 30 de septiembre de 2012

Capturar el momento

“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo”. - Efesios 5:15-16
A mi esposa Marta le gusta hacer compras, aunque no siempre puede hacerlas. Cuando compra alimentos, lee todas las etiquetas y se fija en el precio por unidad para determinar cuál conviene adquirir. Pero su mejor costumbre es mirar la fecha de «vencimiento». Ella no toma el primer envase de leche que ve, sino que se lleva el que tiene la fecha más tardía, de modo que pueda traer a casa la más fresca del supermercado.
En cierto modo, nuestra vida está marcada con una fecha de «vencimiento», excepto que nadie sabe exactamente cuándo se nos parará el corazón ni cuando respiraremos por última vez en este planeta. Ante esta realidad, ¿no deberíamos esforzarnos un poquito más por capturar los momentos que se nos han brindado? Capturar el momento significa que haremos cosas como amar más profundamente, perdonar con más rapidez, escuchar más atentamente y hablar de manera más positiva. Pablo nos da este buen consejo: «Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos» (Efesios 5:15-16). También nos instruye, diciendo: «… andad como hijos de luz…, comprobando lo que es agradable al Señor» (vs. 8-10). Como ninguno de nosotros sabe cuál es su fecha de «vencimiento», ¡debemos aprovechar las oportunidades de iluminar hoy nuestro mundo con el amor de Cristo!
Reflexion: Vive cada día como si fuera el último de tu vida.
Autor: Editores de Nuestro Pan Diario

Aprendiendo a disciplinarse
Tres áreas básicas:
La disciplina es el fuego purificador por el cual el talento se convierte en capacidad. (R. Smith)
   1. Aprenda a Disciplinar su Mente: Mantenga la mente activa, pensando lo bueno y correcto. Como alguien ha dicho, no se puede tener una mente cristiana, sin leer la Biblia con regularidad (Fil. 4:8 - Ro. 12:1-2 - Pr. 14:22 - ).
   2. Aprenda a Disciplinar su Corazón: Pida ayuda a Dios para poder controlar sus emociones o ellas le controlaran a usted. Cultive el dominio propio (2 Ti. 1:7).
   3. Aprenda a Disciplinar su Voluntad: Sus acciones son importantes, las mismas perjudican o benefician a aquellos que le rodean. No actúe por impulsos o solo por aquello que desea (Pr. 15:19 - 16:9 - 20:25 - 23:4 - 24:10).
¡Mantenga un equilibrio entre ser y hacer. Procure ser mejor cada día!
Examínese para ser más disciplinado:
   - Revise y analice sus prioridades personales, familiares y laborales. Vea si están en conformidad con la Palabra de Dios.
   - Revise sus hábitos de pensamiento. Qué ocupa su mente. Cuánto tiempo invierte en la meditación de la Biblia. Cuántos libros cristianos ha leído.
   - Revise sus hábitos de trabajo: Alguien dijo que disciplina es hacer las cosas correctas en el momento correcto y por la razón correcta. Por ejemplo: Analice, Cómo invierte su tiempo. Es diligente en su trabajo. Se coloca metas y las logra.
   - Revise sus relaciones. Invierta el tiempo suficiente especialmente con su esposa, hijos, suegros, padres, familia, amigos. etc.

Escrito por Luis Maturano - Instituto Bíblico de BBN y Chat Cristiana las 24 horas! www.bbnradio.org
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sábado, 29 de septiembre de 2012

ESCUELA DOMINICAL


                                         PROVERBIOS Capítulo 15

Los contrastes del bueno y del malo”. V. 1. Aquí vemos la importancia de la palabra. En un ambiente de confusión o de pleito, la respuesta sensata y calmada suaviza el ánimo y ayuda a disipar el conflicto. Ocurre lo contrario cuando avivamos el fuego con palabras ásperas. V. 2. El que tiene conocimiento debe usarlo sabiamente para el bien del prójimo. V. 3. Los pecados, el buen servicio y las penas profundas están bajo la atenta mirada de Dios. Esto da consuelo a los santos y causa terror a los impíos. V. 4. Una lengua buena es sanadora para la conciencia herida, a la que consuela; también es buena para traer conciencia de pecado a las almas y trae reconciliación a los que están en desacuerdo. V.5. El desprecio a la instrucción trae aparejado la necedad;  y amándola se adquiere prudencia. V. 6. La riqueza de los mundanos aumenta sus temores y sospechas, añade fuerza a sus pasiones y vuelve más inquietante el temor a la muerte. V. 7. Usamos sabiamente el conocimiento cuando lo difundimos, pero el corazón del necio no tiene nada bueno que compartir. V. 8-9. Dios se complace cuando sus hijos se acercan humildemente a Él en oración, pero cuando el orgullo o la impiedad contaminan el corazón del que ora, su súplica es abominable al Señor. V. 10. El que detesta ser reprendido morirá en sus delitos y pecados, pues no hay en él interés por dejar sus malas prácticas. V. 11. Nada hay que pueda ocultarse de los ojos de Dios, ni siquiera los pensamientos del hombre. V. 12. El burlador no tolera pensar seriamente dentro de su propio corazón. V.13. El espíritu sombrío, impaciente e ingrato que brota del orgullo y del amor por lo mundano, hace que el hombre esté intranquilo consigo mismo y con su prójimo. V. 14. El ser humano elige la comida con lo que se va a alimentar; la sabiduría o la necedad. V. 15. El corazón es la fuente de nuestro estado de ánimo; si estamos en paz con Dios, tenemos plenitud de vida y gozo continuo; pero si nuestra relación con él no está de buenas, entonces la aflicción se apodera de nuestro ánimo. V. 16-17. Los creyentes suelen tener lo suficiente y necesario, con abundancia de paz; que no lo tienen los impíos que, aunque ricos, las preocupaciones, los problemas y las tentaciones, acompañan a sus riquezas. V. 18. El que es tardo para enojarse, no sólo impide la discordia, sino que ayuda a apagarlo cuando se inicia. V. 19. Los que no ponen el corazón en su trabajo, pretenden excusarse en los peligros y dificultades para no hacer su labor. Así muchos viven descuidando su responsabilidad. V. 20. Los que tratan a sus mayores con desprecio o negligencia, no hacen más que demostrar su necedad. V. 21. Los que son verdaderamente sabios, se ocupan de que sus pensamientos, palabras y hechos sean regulares, sinceros y santos. V. 22. El escuchar un buen consejo hará la diferencia entre triunfar o fracasar, muchos no entienden eso y cierran sus oídos al consejo de los sabios. V. 23. El hombre que sabe cuando hablar y cuando callar es sabio. V. 24. Un hombre bueno deposita sus afectos en las cosas de arriba; todo lo que hace apunta hacia allá. V. 25. El orgullo es la ruina de muchos; pero Dios sostiene a sus hijos afligidos. V. 26. Los pensamientos del impío ofenden a Aquél que conoce el corazón. V. 27. El codicioso no deja que nadie en su familia repose o disfrute. La codicia de ganancias rápidas y fáciles, suelen tentar a entrar en proyectos que traen la ruina. V. 28. El hombre bueno resulta ser sabio por una razón: gobierna bien su lengua. V. 29. Es Dios mismo quien se aleja de aquellos que lo desafían; pero está al pendiente de sus hijos. V. 30. Las buenas noticias en tiempos de aflicción, son realmente reconfortantes, e ilumina el semblante del que los oye. V. 31. La reprensión fiel y amistosa ayuda a la vida espiritual y guía a la vida eterna. V. 32. Los pecadores subestiman su alma; por tanto, prefieren el cuerpo al alma y dañan el alma por complacer a su cuerpo. V.33. La humildad es el peldaño por donde se sube a lo más alto; y el temor reverente a Dios es una asignatura del hombre que le otorga como premio la sabiduría.--

domingo, 23 de septiembre de 2012

ESCUELA DOMINICAL


                                        PROVERBIOS Capítulo 14.

Un buen título para este capítulo sería: “Los que construyen o los que destruyen”. V. 1. La mujer que no tiene temor de Dios, que es soberbia, malgastadora, y que se da a la comodidad, ciertamente arruinará a su familia, como si un tornado derribara su casa. V. 2. Aquí la gracia y el pecado se muestran con sus verdaderos colores. Quienes desprecian las leyes de Dios y sus promesas, desprecian a Dios y todo su poder y misericordia. V. 3. El orgullo o soberbia crece en el corazón. La raíz de esa rama debe ser arrancada o va a ocasionarnos muchos problemas. Las prudentes palabras del sabio le libran de conflictos. V. 4. El buey, en este caso, representa la previsión que uno debe tener para poder sustentar sin apremios su hogar. V. 5. El testigo veraz trae luz a una situación difícil; más el mentiroso enturbia aún más el agua. V. 6. El escarnecedor trata con burla todas las cosas que corresponden a Dios. El que siente el peso de su ignorancia busca en Dios y en su Palabra el conocimiento necesario. V. 7. Descubrimos al hombre malo cuando en sus palabras no hay ni una pizca de misericordia. V. 8. Somos viajeros de la vida cuya mayor preocupación debe ser llegar a la meta trazada por Dios. El necio no entiende eso y persiste en permanecer en el error. V. 9. Los necios y los profanos consideran el pecado como una tontería, y lo toman a la ligera en vez de lamentarlo; se burlan de la ofrenda por el pecado y por ende se burlan de la gracia del Señor. V. 10. No entendemos que tormento puede haber en la conciencia del pecador que es próspero; así como el mundo no puede discernir la paz mental que disfruta el cristiano, aún en medio de su pobreza. V. 11. El pecado arruina a muchas familias, y la rectitud lo eleva y lo fortalece. V. 12-13. Los caminos de la negligencia, de la mundanalidad y la sensualidad, parecen rectos a los que andan en ellos, pero se engañan y se destruyen a sí mismos. V. 14-24. Una radiografía del hombre de Dios  y el impío. El hombre de Dios tiene el corazón contento; está alerta; tiene temor de Dios y se guarda del mal; busca la sabiduría; es misericordioso y se siente feliz; misericordia y verdad son las recompensas que le esperan y su meta primordial en esta vida es ser sabio ante los ojos de Dios. El impío se siente hastiado de todo lo que hace; es ingenuo, a pesar de que aparente lo contario; es insolente y soberbio; comete locuras y es odiado por los que lo conocen; cosechan la necedad que sembraron y Dios hace que se postren ante sus hijos; consiguen amigos y placeres por medio de lo material y son incapaces de mostrar verdadero amor; la insensatez de lo que piensan, dicen y hacen les llevan a cometer grandes desatinos en la vida. V. 25. El hombre recto se expone al malhumor del más fuerte, a pesar de ello, siempre habla la verdad. V. 26-27. Los que temen al Señor para obedecerle y servirle, tienen una fuerte base de confianza y serán preservados. Ese temor reverente le es como una fuente de vida que le ayuda a escapar de la muerte. V. 28. Los ingresos y el poder de un pueblo se determinan según su población; el líder que es sabio se cuida de mantener la fidelidad de su gente. V. 29. El que sabe dominar su ira alcanza grandes objetivos. V. 30. Una mente recta, contenta y benevolente tiende a la salud. V. 31. Oprimir al pobre es reprochar y desafiar al Creador; tener misericordia del prójimo es muestra del amor a Dios. V. 32. El malo tiene su alma enajenada; muere en sus pecados y bajo el poder y la culpa de ellos; pero los piadosos, aunque tienen dolor y algo de miedo a la muerte, tienen la esperanza bendita que Dios les ha dado. V. 33. La sabiduría posee el corazón y, de ese modo, regula los afectos y el temperamento. V. 34. La piedad y la santidad fomentan la laboriosidad, la sobriedad y la honestidad; eso es bueno para cualquier país. V. 35. Dios, quien es el Gran Rey, recompensará con castigo a quienes les  aborrecen  y con bendiciones abundantes a quienes les sirven con amor y fidelidad.-
   

sábado, 22 de septiembre de 2012

En medio del fuego



He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo. - Daniel 3:17
Envuelto en una manta en la camioneta de mi abuelo, vi cómo el fuego consumía nuestra casa. Mi padre dice que yo dormía profundamente mientras él nos llevaba a mí, a mi hermano y nuestras mascotas a un lugar seguro. Cuando me desperté y vi las enormes llamaradas, ya estaba a salvo. Era demasiado curioso y joven como para tener miedo.
Recuerdo varias cosas de aquella noche. Aunque estaba en la camioneta, el calor era intenso y el fuego, cautivante. También recuerdo el temor en los rostros de todos mientras revisaban una y otra vez para ver si todos los seres queridos estaban a salvo. Tiempo después, me enteré de que, en el caos, mi padre corrió en medio del fuego para buscar a mi abuelo, lo que impulsó a mi abuelo (el cual no estaba dentro de la casa) a entrar corriendo para buscar a mi padre. La valentía de ambos impactó a todos los que vieron eso aquella noche.
Me acuerdo de ese incendio cada vez que leo la historia de Sadrac, Mesac y Abed-nego. Cuando los amenazaron con el decreto que obligaba a inclinarse ante el rey o, de lo contrario, ser ejecutados (Daniel 3:10-12), estos tres valientes enfrentaron el fuego por ser fieles a Aquel a quien amaban (vv. 16-18). Y el Señor estuvo con ellos en medio de las llamas (v. 25).
Cuando las «llamas» de la vida nos prueben, quiera el Señor que aquellos que observan nuestras decisiones reconozcan que amamos a los demás y a Dios.

Las pruebas son el terreno donde crece la fe.

Escrito por:   Editores de Nuestro Pan Diario 

viernes, 21 de septiembre de 2012

Avanza seguro



"Tres cosas hay de hermoso andar, y la cuarta pasea muy bien: El león, fuerte entre todos los animales, que no vuelve atrás por nada" (Pr. 30:29,30).
Hay situaciones en la vida que uno prefiere evitar. En la empresa donde trabajo, hay una larga tradición de no innovar que viene de los dueños. En consecuencia, los empleados se acostumbraron a hacer las cosas mal, sin preguntar por que. Simplemente las hacen así porque siempre se hicieron así. Y a nadie se le ocurre cambiarlas. Se quejan mucho, pero no hacen nada al respecto. Es más seguro y más cómodo no cambiar.
Cuando me contrataron, entre las responsabilidades que me dieron estaba la de mejorar los procesos de la compañía para hacerlos más eficientes. Suena muy bonita la tarea pero se complica mucho cuando hay que llevarla a la práctica. Es notable como cualquier empleado está dispuesto a modificar una política siempre y cuando eso afecte el trabajo del otro y él pueda seguir haciendo lo mismo que hizo siempre.  En esta situación, y ante la enorme dificultad que enfrentaba (y enfrento), me acordé de este texto. El león avanza seguro, con porte, con gallardía, tiene un paso impresionante y amenazante. Y su mayor virtud es que nunca retrocede. No importa a quien se deba enfrentar, cuanta resistencia tenga, cuantos problemas tenga que superar. El león siempre avanza.
Y me puse a pensar, que esto que hago en el trabajo, porque tengo un sueldo que mantener y un objetivo que cumplir, es lo mismo que me pide Dios en su Obra. Pareciera que en las cosas espirituales no hay un sueldo para mantener y el objetivo es más flexible porque no tenemos un jefe que nos esté vigilando y marcando los errores constantemente.
Pero esta impresión es equivocada. Dios sigue constantemente nuestro accionar y premia los logros alcanzados. No pensemos que los beneficios de Dios son solamente monetarios, porque esto es un error. Pero su bendición, su respuesta y su Gracia están condicionadas a nuestra obediencia. Y los objetivos divinos son mucho más altos y exigentes que los laborales. Y nuestro Dios es un juez justo.
Por eso es que te pide que seas como un león espiritual. Y que nunca bajes los brazos, ni te detengas, ni retrocedas en tu proceso espiritual. Hacerlo es más fácil y cómodo. Pero habla muy mal de tu testimonio como cristiano. ¡Que seas en tu andar como un león!

REFLEXIÓN – Dios te pide que camines con esfuerzo y resolución


Un gran abrazo y bendiciones
Escrito por:   Daniel Pérez Cliffe de BBN

jueves, 20 de septiembre de 2012

Tengo un mensaje



… habla, porque tu siervo oye. —1 Samuel 3:10
Estás sentado en un teatro con las luces apagadas y disfrutando de un concierto, una obra o una película, cuando, de repente, se enciende la luz de un teléfono móvil mientras alguien lee un mensaje de texto que le llegó y, quizá, se toma un tiempo para responder. En su libro Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?, Nicholas Carr dice que, en nuestro conectado mundo, «la sensación de que tal vez tengamos un mensaje» está volviéndose cada vez más difícil de resistir.
Samuel era jovencito cuando oyó una voz que pronunciaba su nombre, y pensó que era del sacerdote Elí que estaba en el tabernáculo donde servía al Señor (1 Samuel 3:1-7). Cuando Elí se dio cuenta de que Dios estaba llamando a Samuel, le dijo cómo debía responder. Cuando el Señor lo llamó por tercera vez, «Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye» (v. 10). Esta actitud de alerta ante la voz de Dios se convirtió en un patrón en su vida, ya que «el Señor se manifestó a Samuel en Silo por la palabra del Señor» (v. 21).
¿Estamos hoy escuchando la voz de Dios cuando nos habla de nuestra vida? ¿Estamos más pendientes de la vibración de un teléfono móvil que de la voz suave y apacible del Señor que nos llega a través de su Palabra y de su Espíritu?
Quiera Dios que, como Samuel, aprendamos a discernir la voz del Señor y a decir: «Señor, habla. Estoy escuchando».

No permitas que el ruido del mundo te impida oír la voz del Señor.

Escrito por:   Editores de Nuestro Pan Diario

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Pies guardados




”El guarda los pies de sus santos ” (1 S. 2:9).
Cualquier camino tiene sus dificultades. El nuestro, el de cada día, también las tiene. No siempre es un camino llano que puede se transitado con comodidad. En ocasiones se hace empinado, otras estrecho, a veces discurre bajo el sol, pero también puede ser un camino azotado por la tormenta y golpeado por el vendaval. Es más, muchas veces la oscuridad lo rodea y nos sentimos desorientados; las dudas sobre por donde debemos ir, asaltan nuestra mente. Además hay en él tramos resbaladizos y sentimos que en cualquier momento podemos caer. Nuestros pies son débiles, pero el Señor guarda nuestros pies.

Dios los guarda de caídas. 
Su propósito es presentarnos un día delante de su gloria con gran alegría (Jud. 15). Ha determinado que nuestro vestido sea blanco y sin mancha, de modo que nos sostendrá para que no caigamos y manchemos el vestido del testimonio y el glorioso adorno de la salvación. Cuando sintamos que nuestros pies resbalan, sentiremos también su mano sujetando la nuestra. Él nos ha tomado de la mano derecha (Sal. 73:23), literalmente dice trabaste mi mano derecha. Cuando Dios cierra su mano sujetando la mía, en modo alguno podré caer.

Dios guarda nuestros pies de perderse.
 Cuando la oscuridad caiga sobre el camino, se hará luz delante de nosotros. Cuando las encrucijadas aparezcan, señalará el rumbo correcto. No permitirá que nuestros pasos se desvíen porque Él mismo nos está guiando por sendas de justicia por amor de su nombre (Sal. 23:2). Guía nuestros pasos según su consejo (Sal. 73:24). Siempre será el mejor camino para mí, aunque tenga que pasar por el calor del fuego de la prueba o por el frío riguroso de la aflicción. Aún así, está su promesa: Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti” (Is. 43:2).

Dios guardará nuestros pies del cansancio.
 No habrá entonces posibilidad de que no alcancemos la meta eterna puesta delante de nosotros. Es posible que mi fe mengüe y casi se extinga, pero basta con que clame: ¡Señor, auméntame la fe! Para que los recursos de su gracia vengan al auxilio de mi necesidad. Cuando nuestros pasos se hagan vacilantes, nos dará los recursos de Su poder. Él da esfuerzo al cansando, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas (Is. 40:29). Si, tengamos confianza, Él nos ayudará hasta el fin de la carrera.
Pero, además guardará nuestros pies siempre. Su compromiso es firme: “No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda” (Sal. 121:3). Día y noche, en calma o en tormenta, estará siempre guardando los pies de sus santos. ¡Que enorme bendición! ¡Que completa certeza! Él sacará nuestros pies de la red que tiendan contra nosotros. Nuestros enemigos no podrán impedir que hagamos el camino que tenemos por delante. Recobremos el ánimo. Nuestro Dios hace honor a Su palabra y cumple siempre todas sus promesas. Con esta seguridad corramos sin cansancio y caminemos sin temor, porque Él guarda los pies de sus santos.
Escrito por:   Pastor Samuel Pérez Millos de BBN

domingo, 16 de septiembre de 2012

ESCUELA DOMINICAL


PROVERBIOS Capítulo 13.
Este capítulo se inicia repitiendo el tema del hijo que es sabio y el contraste entre el necio y el burlador. V.1. Hay mucha esperanza en el hijo que escucha el consejo de sus padres y honran a sus progenitores, a los burladores no les espera sino calamidad. V. 2. Nuestras palabras tienen un poder muy grande; puede destruir y a la vez puede ser de gran bendición. La boca del impío habla lo que hay en su corazón. V. 3. El que piensa antes de hablar se está haciendo un gran bien; más de uno se ha destruido por no poner freno a su lengua. V.4. El perezoso anhela tener las ganancias del hombre diligente, pero aborrece el esfuerzo que éste realiza; por lo tanto, nada posee. Esto mismo se puede aplicar en el plano espiritual. V. 5. Donde reina el pecado el hombre es odioso. Si su conciencia estuviera despierta, él se aborrecería a sí mismo, y se arrepentiría en polvo y ceniza. V.6. El deseo honesto de hacer el bien preserva al hombre de errores fatales; pero el hombre malo se encamina siempre a la desgracia. V. 7. Algunos que son verdaderamente pobres, negocian y gastan como si fueran ricos; esto es pecado, y traerá vergüenza sobre ellos; otros son ricos pero simulan no poseer riquezas, y en esto hay falta de gratitud al Señor y falta de amor al prójimo. V.8. Las grandes riquezas suelen tentar a usar la violencia contra quienes la poseen, y el desprecio o la burla vuelve insensible al pobre. V. 9. La luz del justo es como la luz del sol, el cual puede ser eclipsado o nublarse, pero tarde o temprano volverá a brillar; La del malo es como una lámpara que ellos mismo encienden y fácilmente se apaga. V.10. La soberbia o el orgullo es caldo de cultivo para la violencia en todo el mundo; es bueno para el hijo de Dios apartarse del hombre soberbio. V. 11. La riqueza obtenida por medio de la deshonestidad o a través de vicios, juegos de azar, etc, llevan en sí una maldición; se gastan rápidamente y se esfuma pronto, por ello, lo mejor es trabajar honestamente para obtener lo que uno desea. V.12. La demora para obtener lo que uno desea es muy dolorosa para la mente, pero reconforta mucho cuando lo vemos realizado. V. 13. El que tiene temor de Dios y reverencia su Palabra, escapará de la destrucción y será recompensado por su temor piadoso. V. 14. La regla por la cual el sabio regula su conducta es una fuente que produce vida y felicidad. V.15. El camino de los pecadores es duro para otros y duro para sí mismo, el servicio del pecado es la esclavitud; necesitamos de la gracia de Dios para apartarnos de esa senda. V.16. Necio es hablar de cosas de las que nada sabemos, y emprender algo para lo cual no tenemos ninguna aptitud. V. 17. Los que son malos y falsos, hacen el mal y caen en el mal; pero los que son fieles transmiten siempre un mensaje de consuelo y alivio que reconfortan a los que lo rodean. V. 18. Al que se burla de la corrección y la enseñanza, le espera vergüenza y necesidad; lo contrario al que tiene un oído dócil para escuchar a quien le espera el reconocimiento de los demás. V.19. En el hombre hay fuertes deseos de felicidad; pero los que no quieren abandonar sus pecados, no pueden esperar algo verdaderamente bueno para sus almas. V.20. Miles de personas son llevadas a la ruina por las malas compañías; pero cuán satisfechos quedan los que han buscado la compañía de los sabios. V.21. El diablo promete mucho, quita todo y no da nada; pero Dios es un excelente pagador. V. 22. El siervo de Dios que no está ansioso por enriquecerse, busca la forma más segura de proveer para su familia; él sabe que Dios se encargará del porvenir de sus hijos. V. 23. Dios provee de buenos recursos para que los pobres trabajen y se ganen el sustento; pero si no son sabios, esos recursos terminarán por esfumarse. V.24. Quien permite que se fortalezcan los hábitos pecaminosos en sus hijos, actúa como si los odiara, y luego verán, con tristeza, como sus hijos se pierden. V25. El justo mantiene un equilibrio sano en todas las cosas; pero los impíos no se satisfacen con nada.-


jueves, 13 de septiembre de 2012

ARTÍCULOS DE FE

Artículo 1. Creemos en un sólo Dios, verdadero, Creador de los cielos y de la tierra; el único Soberano, Omnipotente y Omniciente, que es un Dios Trino, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo; siendo coexistentes, iguales en perfección divina, desempeñando funciones distintas, pero plenamente relacionados unos con otros. Dios Padre, quien tiene potestad en los cielos y la tierra; Dios Hijo, el Señor Jesucristo, quien vino al mundo en cuerpo y carne, y que se humanó y nació de una virgen, habitando entre nosotros con el propósito de la redención del hombre por su muerte en la cruz; Dios Espíritu Santo, cuya obra es convencer al hombre de pecado, guiarlo hacia la salvación y ayudarlo para crecer en su vida de santidad. Génesis 1:1, 26; Deuteronomio 6:4-5; Mateo 3:16-17; Juan 1:1, 14; 4:24; 10:30; 15:26; 17:5; Hechos 5:3-4; 1 Corintios 2:10-11; 2 Corintios 13:14; Efesios 2:18; Filipenses 2:5-6; 1 Timoteo 3:16; Apocalipsis 4:11.-
Artículo 2. Creemos que la Santa Biblia es la palabra de Dios, que fue escrita por hombres inspirados por el Espíritu Santo; que es infalible, plenaria (Completa, Entera), inerrable (Sin errores), y que ella, las Sagradas Escrituras, es nuestra única regla de fe y práctica. Salmos 119:89, 105, 130, 160; Proverbios 30:5-6; Mateo 4:4; Lucas 24:25-27, 44-45; 16:31; Juan 5:39, 45-47; 12:48; 17:17; Hechos 1:16; Romanos 15:4; 2 Timoteo 3:16; Hebreos 4:12-13; 2 Pedro 1:19-21; Apocalipsis 22:18-19.-
Artículo 3. Creemos que el relato de la creación de Génesis es literal, no alegórica ni figurativo;que Dios personalmente creó los Cielos y la Tierra; que el hombre fue creado directamente por Dios a su imagen y semejanza, y que no es producto de una evolución o un proceso evolutivo de especies; que Dios puso forma definida a cada especie y que toda la creación se llevó a cabo en un lapso de 6 (seis) días literales como son nuestros días en la actualidad. Génesis 1:1, 11, 16, 17, 24, 26, 27; 2:21-23; Éxodo 20:11; Nehemías 9:6; Jeremías 10:10-12; Juan 1:3; Hechos 4:24; 17:23-26; Romanos 1:20; Colosenses 1:16-17; Hebreos 1:1-3; 11:3; Apocalipsis 10:6.-

domingo, 9 de septiembre de 2012

ESCUELA DOMINICAL


                                     PROVERBIOS.( Capítulo 12)

“El que ama la instrucción ama la sabiduría; el que ama la sabiduría ama la instrucción”. (V.1.) Los que son entendidos se deleitarán en la instrucción que se le da, pero los brutos endurecen sus convicciones. (v.2) El hombre que encubre designios egoístas y malos debajo de de una profesión o de la amistad, será condenado. (v.3) Aunque los hombres progresen por sí mismos, mediante artimañas pecaminosas, no pueden estabilizarse nunca; pero quienes por la fe tienen sus raíces en el Señor, están sólidamente establecidos. (v.4) Una esposa piadosa y prudente que cuida bien de todas las cosas de su casa, que toma conciencia de su deber, y que puede soportar las aflicciones propias de su hogar, es honra y consuelo para su marido. Lo contrario es como un cáncer verdaderamente insoportable. (v.5) Los pensamientos no son libres; están sometidos al conocimiento divino, por tanto, están bajo el mandamiento de Dios. Para el hombre es vergonzoso actuar con engaño, trucos y mala intención. (v.6) La gente mala habla mal de su prójimo. Hay veces que el hombre puede hacer una buena obra usando la palabra para animar, consolar, etc. (v.7) La bendición de Dios es a menudo contínua en las familias de hombres piadosos, pero los impíos viven para sufrir la ira de Dios. (v.8) Es de mejor estima la sabiduría que la perversidad. (v.9) El que vive en una situación humilde, que no tiene quien le atienda, pero obtiene el pan por medio de su esfuerzo, es más feliz que el que se gloría de su alcurnia o de su buen vestir pero que carece de lo necesario. (v.10) El piadoso no hace sufrir innecesariamente ni siquiera a un animal, pero el malo suele hablar de los demás como si fuera un experto, cuando que no soporta un tratamiento similar ni siquiera por un día. (v.11) Sabiduría de los hombres es ocuparse de sus cosas y seguir el llamado de la honestidad, pero es de necios descuidar los negocios. La gracia de Dios enseña a los hombres a no desdeñar nada, excepto el pecado. (v.12) Cuando el impío ve prosperar a los demás por medio de actos pecaminosos desea actuar de la misma manera, pero la raíz de la gracia divina en el corazón del justo, produce otros deseos y propósitos. (v. 13) Cuidemos nuestra boca; más de un hombre ha pagado caro en este mundo la transgresión de sus labios. (v.14) Cuando los hombres usan correctamente su lengua para enseñar y consolar a los demás, disfrutan la aceptación del Señor, y ese acto testifica a su conciencia de que está, efectivamente, respondiendo a la finalidad de su ser. (v.15) El necio, según la Biblia, es el hombre malo, aquel que actúa en forma contraria a la sabiduría de lo alto. Su regla es hacer las cosas según su propio discernimiento. (v.16) El hombre necio se apresura a enojarse y lo manifiesta en forma inmediata; él siempre está en problemas y corre hacia el mal, pero al sabio le resbala la crítica y la ofensa del necio. (v.17) Bueno es para todos aborrecer el pecado, detestar la mentira y ser gobernados por la honestidad. (v.18) La lengua puede tanto herir y causar daño como curar y aliviar las heridas. (v.19) La mentira tiene patas cortas, pero la verdad permanece para siempre. (v.20) Engañoso es el corazón del impío pero alegre y pacífico el corazón del justo. (v.21) Si los hombres son sinceramente rectos, el Dios justo se ocupará de que ningún mal les acontezca, pero los que se deleitan del mal, se hartarán de ella. (v.22) Tomemos conciencia de la verdad, no solamente en palabras sino también por medio de nuestros actos. (v.23) Los hombres necios no necesitan de propagandas, ellos mismos se encargan de manifestar la necedad que hay en su corazón. Al sabio todos lo conocen y aprecian. (v.24) Los que no se esfuerzan para vivir vidas honestas, y se manejan  por medio de trucos y mentiras son despreciables,  y al final terminan mendigando. (v.25) La preocupación, el miedo y la tristeza en los espíritus quitan vigor a los hombres acerca de lo que hay que hacer, o el valor en cuanto a lo que hay que soportar. La palabra precisa, la Palabra de Dios aplicada en el corazón, alegra el alma. (v.26) El justo tiene abundancia, aunque no de bienes de este mundo, sino de la gracia y el consuelo del Espíritu de Dios, que son las riquezas verdaderas. Los hombres malos se jactan inútilmente de que sus caminos son rectos. (v.27) El perezoso no hace buen uso de las ventajas que la Providencia pone en su camino, y no tiene consuelo en ellas. La sustancia del hombre diligente, aunque no grande, le hace bien a él y a su familia. El ve que lo que necesita Dios se lo concede por medio de la oración. (v.28) El camino de la justicia es un camino claro, es el camino de la rectitud; en ella hay vida, no sólo al final, sino durante todo el trayecto de nuestro peregrinar en este mundo.-

martes, 4 de septiembre de 2012

La noche y la mañana




“El llanto puede durar toda la noche, pero a la mañana vendrá el grito de alegría” (Sal. 30:5b. BA).
¿Tienes la experiencia de una mala noche? Cuando hay alguna dificultad y el sueño huye, las horas se hacen interminables. Esta era la situación del salmista.
Algún grave problema afectó su vida y le hizo clamar a Dios, que le sanó y renovó su vida (vv. 2-3). Así expresa su recuerdo en el versículo mediante contrastes: ira… favor; momento… toda la vida; noche… mañana; lloro… alegría. Será bueno considerar dos elementos del versículo: una noche de lloro y una mañana de alegría.
El llanto puede durar toda la noche. Aunque se hace intenso, siempre es corto de duración. El conflicto podrá extenderse toda la noche, pero no más. Las tormentas son siempre de corta duración comparadas con los días de calma. En nuestra vida podemos generalmente contar más días de salud que de enfermedad, de bonanza más que de pruebas. Siempre solemos traer a la memoria los días malos y las horas amargas, mientras olvidamos los años de favores divinos. Las lágrimas duran un momento, pero el favor de Dios toda la vida. En la noche de tinieblas, Dios sigue siendo nuestra luz. Acaso en ella podrán acumularse una nube tras otra, de manera que ni siquiera la luz de las estrellas logre llegar hasta nosotros, pero aunque la oscuridad sea tanta que no consiga ver mi propia mano, siempre podré ver la del Señor cercándome con Su misericordia. El llanto es sólo la visita que viene por una noche, pero se irá cuando llega la mañana.
A la mañana vendrá el grito de alegría. El huésped del llanto se alejará
definitivamente y cuando esto suceda la alegría ocupará su lugar. El que dijo sea la luz y fue hecha, con su misma palabra abrirá la mañana luminosa en nuestra vida. Ya viene el alba y resplandecerá la luz abriendo un día nuevo. La noche de tormenta que sacudió los cimientos de nuestra casa termina, para instalarse definitivamente la alegría en un día nuevo. Nota el contraste: El llanto dura sólo una noche, pero no se dice lo mismo de la alegría que viene con la mañana para quedarse con nosotros. Dios va a cambiar la noche invernal en un día de primavera, los suspiros serán transformados en gritos de júbilo, el silencio en cánticos y el desierto en un vergel.
Podremos acostarnos rodeados de angustia, pero abriremos los ojos a la luz de un nuevo día, lleno de paz. Y si la noche de tristeza se prolonga a lo largo de toda nuestra vida, podemos mirar hacia el alba cuando el sol de justicia nacerá para nosotros trayendo “en sus alas salvación” (Mal. 4:2). Está ya de camino y llegará a su tiempo. Dios nos salvará del sufrimiento, de la calumnia y del apuro. Tal vez no veamos aún la tenue luz que anuncia la mañana, pero estemos contentos con esperar el tiempo de Dios, porque no tenemos duda de su amor y fidelidad. El hará desaparecer la noche, antes de mucho, y entonces prorrumpiremos en gritos de júbilo.
Podemos decirle ahora: "Señor, estoy en tinieblas, pero se que Tú eres mi luz. Haz resplandecer hoy tu rostro sobre mi, mientras espero la gloriosa mañana que me prometes".

Escrito por:   Pastor Samuel Pérez Millos- BBN

domingo, 2 de septiembre de 2012

ESCUELA DOMINICAL


                                                  PROVERBIOS. Capítulo 11.

El versículo 1 subraya la corrupción que había en el comercio, es por ello que el Señor estableció patrones en cuanto a las pesas y las medidas, véase Levítico 19:35-36 y Deuteronomio 25:13-16. Existían varias formas de obtener ganancias por medio de artimañas, ejemplo: Balanzas con graduación falsa, pesas diferenciadas para la compra y para la venta con lo cual se obtenían una ganancia en forma deshonesta y que Dios desaprobaba en su totalidad.  No importa cuán a la ligera se tomaba  el peso recortado o la balanza falsa, y lo común que sea este delito, es abominación a Dios. V. 2. Al considerar lo seguro que es la humildad, vemos que en el humilde hay sabiduría. V. 3. Los principios de un hombre honesto son permanentes, por lo tanto su camino es claro. V. 4. Las riquezas no serán sustituto para el hombre en el día de su muerte. Vv. 5-6. Los caminos de la iniquidad son peligrosos. El pecado es un castigo en sí mismo. V. 7. Cuando muere el piadoso, se desaparecen todos sus temores; pero cuando muere el impío, se desvanecen todas sus esperanzas. V. 8. El justo suele ser guardado en forma maravillosa de caer en situaciones peligrosas, y el impío cae en su lugar. Todo lo expuesto hasta ahora se aplica a todo hijo de Dios y en forma especial a un ministro de la palabra del Señor. Veamos: Debe ser honrado (vv. 1-2); ser honrado es agradar a Dios (v. 1); agradar a Dios es ser humilde (v. 2); ser humilde es ser sabio (v. 2); debe ser íntegro (vv. 3-8); ser íntegro es guiarse por el bien (vv. 3a, 5a); guiarse por el bien es librarse de la ira de Dios, (vv. 4a, 6a); librarse de la ira de Dios es vivir con esperanza,( v. 7). V. 9.  Los hipócritas por medio de astutas objeciones contra la verdad de la Palabra de Dios engañan a los hombres para que yerren y pequen. Vv. 10-11. Las naciones prosperan cuando desechan a los malos. V. 12. El entendido no juzga a los demás por su éxito. V. 13. El hombre fiel no revela lo que se le ha confiado, a menos que lo requiera la honra de Dios o el bien común. V. 14. Encontraremos siempre que es una ventaja para nosotros pedir consejo. En el transcurso de las historia hubieron hombres que fueron de gran provecho a su pueblo o a su ciudad, veamos cómo podemos serlo nosotros. Hay que mostrar una conducta intachable, (v. 10); ser consecuente con el justo, (v. 10a); hay que producir lo bueno, ejercer una influencia positiva, (v. 11); para influir en el medio en que vivimos, (ver Daniel 6:25-28); para rechazar lo negativo o lo malo del ambiente en que vivimos, (ver Daniel 1:8; 3:18; 6:10). Para producir prosperidad: en ti (1 Reyes 4:29-34; Daniel 3:30; 6:28); en los que te rodean (2 Crónicas 34:35); Hay que ser un buen consejero, v. 14; y hay que ser sabio (Daniel 2:14-18). Para todo esto hay que buscar y recibir ayuda de los sabios e infundir seguridad. V. 15. El bienestar de nuestra familia, nuestra paz, y nuestra capacidad de pagar nuestras deudas, no deben someterse a riesgos. V. 16. La mujer piadosa y discreta cuidará la estima y el respeto. V. 17. El hombre cruel, obstinado y malo, es dolor para sí mismo. V. 18. El que hace bien su oficio, recibirá su recompensa con toda seguridad. V. 19. La verdadera santidad es verdadera felicidad  y mientras más violento es el hombre en sus empresas pecaminosas, más se precipita a su destrucción. V. 20. Nada es más aborrecible a Dios que la hipocresía a la que se refiere aquí;  Dios se complace  con quienes buscan agradarle de acuerdo a sus normas de Justicia. V. 21. La paga por el pecado llega tarde o temprano. V. 22. Abusan de la belleza los que no tienen discresión  ni modestia. V. 23. Este versículo muestra lo que hay en el corazón del justo y del impío. V. 24. El Señor recompensa a los generosos y despoja a los avaros. V. 25. En las cosas temporales Dios suele tratar a sus hijos como ellos tratan a sus hermanos. V. 26. No debemos acaparar almacenar las dádivas de Dios para nuestro propio provecho. V. 27. La ley de la siembra y la cosecha. V. 28. Los justos están injertados en el Señor y aunque parezcan derrotados al final reverdecerán como árboles y fructificarán. V. 29. El que acarrea problemas a su casa por negligencia o por maldad, no podrá disfrutar lo que gana, como el hombre no puede retener el viento o satisfacerse de él. V. 30. El hombre justo es como un árbol que proporciona vida con su ejemplo y atrae las almas para su Señor. V. 31. Dios es un justo pagador, sea que hagamos el bien o el mal, por lo que no debemos desmayar cuando hacemos lo correcto, aún cuando en apariencia no veamos el fruto de nuestra labor.