viernes, 21 de septiembre de 2012

Avanza seguro



"Tres cosas hay de hermoso andar, y la cuarta pasea muy bien: El león, fuerte entre todos los animales, que no vuelve atrás por nada" (Pr. 30:29,30).
Hay situaciones en la vida que uno prefiere evitar. En la empresa donde trabajo, hay una larga tradición de no innovar que viene de los dueños. En consecuencia, los empleados se acostumbraron a hacer las cosas mal, sin preguntar por que. Simplemente las hacen así porque siempre se hicieron así. Y a nadie se le ocurre cambiarlas. Se quejan mucho, pero no hacen nada al respecto. Es más seguro y más cómodo no cambiar.
Cuando me contrataron, entre las responsabilidades que me dieron estaba la de mejorar los procesos de la compañía para hacerlos más eficientes. Suena muy bonita la tarea pero se complica mucho cuando hay que llevarla a la práctica. Es notable como cualquier empleado está dispuesto a modificar una política siempre y cuando eso afecte el trabajo del otro y él pueda seguir haciendo lo mismo que hizo siempre.  En esta situación, y ante la enorme dificultad que enfrentaba (y enfrento), me acordé de este texto. El león avanza seguro, con porte, con gallardía, tiene un paso impresionante y amenazante. Y su mayor virtud es que nunca retrocede. No importa a quien se deba enfrentar, cuanta resistencia tenga, cuantos problemas tenga que superar. El león siempre avanza.
Y me puse a pensar, que esto que hago en el trabajo, porque tengo un sueldo que mantener y un objetivo que cumplir, es lo mismo que me pide Dios en su Obra. Pareciera que en las cosas espirituales no hay un sueldo para mantener y el objetivo es más flexible porque no tenemos un jefe que nos esté vigilando y marcando los errores constantemente.
Pero esta impresión es equivocada. Dios sigue constantemente nuestro accionar y premia los logros alcanzados. No pensemos que los beneficios de Dios son solamente monetarios, porque esto es un error. Pero su bendición, su respuesta y su Gracia están condicionadas a nuestra obediencia. Y los objetivos divinos son mucho más altos y exigentes que los laborales. Y nuestro Dios es un juez justo.
Por eso es que te pide que seas como un león espiritual. Y que nunca bajes los brazos, ni te detengas, ni retrocedas en tu proceso espiritual. Hacerlo es más fácil y cómodo. Pero habla muy mal de tu testimonio como cristiano. ¡Que seas en tu andar como un león!

REFLEXIÓN – Dios te pide que camines con esfuerzo y resolución


Un gran abrazo y bendiciones
Escrito por:   Daniel Pérez Cliffe de BBN

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