PROVERBIOS
Capítulo 15
“Los contrastes del bueno y del malo”. V. 1. Aquí
vemos la importancia de la palabra. En un ambiente de confusión o de pleito, la
respuesta sensata y calmada suaviza el ánimo y ayuda a disipar el conflicto.
Ocurre lo contrario cuando avivamos el fuego con palabras ásperas. V. 2. El que tiene conocimiento debe
usarlo sabiamente para el bien del prójimo. V. 3. Los pecados, el buen servicio y las penas profundas están
bajo la atenta mirada de Dios. Esto da consuelo a los santos y causa terror a
los impíos. V. 4. Una lengua buena
es sanadora para la conciencia herida, a la que consuela; también es buena para
traer conciencia de pecado a las almas y trae reconciliación a los que están en
desacuerdo. V.5. El desprecio a la
instrucción trae aparejado la necedad; y
amándola se adquiere prudencia. V. 6.
La riqueza de los mundanos aumenta sus temores y sospechas, añade fuerza a sus
pasiones y vuelve más inquietante el temor a la muerte. V. 7. Usamos sabiamente el conocimiento cuando lo difundimos, pero
el corazón del necio no tiene nada bueno que compartir. V. 8-9. Dios se complace cuando sus hijos se acercan humildemente a
Él en oración, pero cuando el orgullo o la impiedad contaminan el corazón del
que ora, su súplica es abominable al Señor. V. 10. El que detesta ser reprendido morirá en sus delitos y
pecados, pues no hay en él interés por dejar sus malas prácticas. V. 11. Nada hay que pueda ocultarse de
los ojos de Dios, ni siquiera los pensamientos del hombre. V. 12. El burlador no tolera pensar seriamente dentro de su
propio corazón. V.13. El espíritu
sombrío, impaciente e ingrato que brota del orgullo y del amor por lo mundano,
hace que el hombre esté intranquilo consigo mismo y con su prójimo. V. 14. El ser humano elige la comida
con lo que se va a alimentar; la sabiduría o la necedad. V. 15. El corazón es la fuente de nuestro estado de ánimo; si
estamos en paz con Dios, tenemos plenitud de vida y gozo continuo; pero si
nuestra relación con él no está de buenas, entonces la aflicción se apodera de
nuestro ánimo. V. 16-17. Los
creyentes suelen tener lo suficiente y necesario, con abundancia de paz; que no
lo tienen los impíos que, aunque ricos, las preocupaciones, los problemas y las
tentaciones, acompañan a sus riquezas. V.
18. El que es tardo para enojarse, no sólo impide la discordia, sino que
ayuda a apagarlo cuando se inicia. V. 19.
Los que no ponen el corazón en su trabajo, pretenden excusarse en los peligros
y dificultades para no hacer su labor. Así muchos viven descuidando su
responsabilidad. V. 20. Los que
tratan a sus mayores con desprecio o negligencia, no hacen más que demostrar su
necedad. V. 21. Los que son
verdaderamente sabios, se ocupan de que sus pensamientos, palabras y hechos
sean regulares, sinceros y santos. V. 22.
El escuchar un buen consejo hará la diferencia entre triunfar o fracasar,
muchos no entienden eso y cierran sus oídos al consejo de los sabios. V. 23. El hombre que sabe cuando hablar
y cuando callar es sabio. V. 24. Un
hombre bueno deposita sus afectos en las cosas de arriba; todo lo que hace
apunta hacia allá. V. 25. El orgullo
es la ruina de muchos; pero Dios sostiene a sus hijos afligidos. V. 26. Los pensamientos del impío
ofenden a Aquél que conoce el corazón. V.
27. El codicioso no deja que nadie en su familia repose o disfrute. La
codicia de ganancias rápidas y fáciles, suelen tentar a entrar en proyectos que
traen la ruina. V. 28. El hombre bueno resulta ser sabio por una razón:
gobierna bien su lengua. V. 29. Es
Dios mismo quien se aleja de aquellos que lo desafían; pero está al pendiente
de sus hijos. V. 30. Las buenas
noticias en tiempos de aflicción, son realmente reconfortantes, e ilumina el semblante
del que los oye. V. 31. La
reprensión fiel y amistosa ayuda a la vida espiritual y guía a la vida eterna. V. 32. Los pecadores subestiman su
alma; por tanto, prefieren el cuerpo al alma y dañan el alma por complacer a su
cuerpo. V.33. La humildad es el
peldaño por donde se sube a lo más alto; y el temor reverente a Dios es una
asignatura del hombre que le otorga como premio la sabiduría.--
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