PROVERBIOS. Capítulo 11.
El versículo 1
subraya la corrupción que había en el comercio, es por ello que el Señor
estableció patrones en cuanto a las pesas y las medidas, véase Levítico 19:35-36 y Deuteronomio
25:13-16. Existían varias formas de obtener ganancias por medio de
artimañas, ejemplo: Balanzas con graduación falsa, pesas diferenciadas para la
compra y para la venta con lo cual se obtenían una ganancia en forma deshonesta
y que Dios desaprobaba en su totalidad.
No importa cuán a la ligera se tomaba
el peso recortado o la balanza falsa, y lo común que sea este delito, es
abominación a Dios. V. 2. Al
considerar lo seguro que es la humildad, vemos que en el humilde hay sabiduría. V. 3. Los principios de un hombre
honesto son permanentes, por lo tanto su camino es claro. V. 4. Las riquezas no serán sustituto para el hombre en el día de
su muerte. Vv. 5-6. Los caminos de
la iniquidad son peligrosos. El pecado es un castigo en sí mismo. V. 7. Cuando muere el piadoso, se
desaparecen todos sus temores; pero cuando muere el impío, se desvanecen todas
sus esperanzas. V. 8. El justo suele
ser guardado en forma maravillosa de caer en situaciones peligrosas, y el impío
cae en su lugar. Todo lo expuesto hasta ahora se aplica a todo hijo de Dios y
en forma especial a un ministro de la palabra del Señor. Veamos: Debe ser
honrado (vv. 1-2); ser honrado es
agradar a Dios (v. 1); agradar a
Dios es ser humilde (v. 2); ser
humilde es ser sabio (v. 2); debe
ser íntegro (vv. 3-8); ser íntegro
es guiarse por el bien (vv. 3a, 5a);
guiarse por el bien es librarse de la ira de Dios, (vv. 4a, 6a); librarse de la ira de Dios es vivir con esperanza,( v. 7). V. 9. Los hipócritas por
medio de astutas objeciones contra la verdad de la Palabra de Dios engañan a
los hombres para que yerren y pequen. Vv.
10-11. Las naciones prosperan cuando desechan a los malos. V. 12. El entendido no juzga a los
demás por su éxito. V. 13. El hombre
fiel no revela lo que se le ha confiado, a menos que lo requiera la honra de
Dios o el bien común. V. 14.
Encontraremos siempre que es una ventaja para nosotros pedir consejo. En el
transcurso de las historia hubieron hombres que fueron de gran provecho a su
pueblo o a su ciudad, veamos cómo podemos serlo nosotros. Hay que mostrar una
conducta intachable, (v. 10); ser
consecuente con el justo, (v. 10a);
hay que producir lo bueno, ejercer una influencia positiva, (v. 11); para influir en el medio en que
vivimos, (ver Daniel 6:25-28); para
rechazar lo negativo o lo malo del ambiente en que vivimos, (ver Daniel 1:8; 3:18; 6:10). Para
producir prosperidad: en ti (1 Reyes
4:29-34; Daniel 3:30; 6:28); en los que te rodean (2 Crónicas 34:35); Hay que ser un buen consejero, v. 14; y hay que ser sabio (Daniel 2:14-18). Para todo esto hay que
buscar y recibir ayuda de los sabios e infundir seguridad. V. 15. El bienestar de nuestra familia, nuestra paz, y nuestra
capacidad de pagar nuestras deudas, no deben someterse a riesgos. V. 16. La mujer piadosa y discreta
cuidará la estima y el respeto. V. 17.
El hombre cruel, obstinado y malo, es dolor para sí mismo. V. 18. El que hace bien su oficio, recibirá su recompensa con toda
seguridad. V. 19. La verdadera santidad
es verdadera felicidad y mientras más
violento es el hombre en sus empresas pecaminosas, más se precipita a su
destrucción. V. 20. Nada es más
aborrecible a Dios que la hipocresía a la que se refiere aquí; Dios se complace con quienes buscan agradarle de acuerdo a sus
normas de Justicia. V. 21. La paga
por el pecado llega tarde o temprano. V.
22. Abusan de la belleza los que no tienen discresión ni modestia. V. 23. Este versículo muestra lo que hay en el corazón del justo y
del impío. V. 24. El Señor
recompensa a los generosos y despoja a los avaros. V. 25. En las cosas temporales Dios suele tratar a sus hijos como
ellos tratan a sus hermanos. V. 26.
No debemos acaparar almacenar las dádivas de Dios para nuestro propio provecho.
V. 27. La ley de la siembra y la
cosecha. V. 28. Los justos están
injertados en el Señor y aunque parezcan derrotados al final reverdecerán como
árboles y fructificarán. V. 29. El que
acarrea problemas a su casa por negligencia o por maldad, no podrá disfrutar lo
que gana, como el hombre no puede retener el viento o satisfacerse de él. V. 30. El hombre justo es como un árbol
que proporciona vida con su ejemplo y atrae las almas para su Señor. V. 31. Dios es un justo pagador, sea
que hagamos el bien o el mal, por lo que no debemos desmayar cuando hacemos lo
correcto, aún cuando en apariencia no veamos el fruto de nuestra labor.
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