jueves, 29 de noviembre de 2012

LA HUMANIDAD EN PECADO.


                                             

 LA HUMANIDAD EN PECADO 
Génesis 3:17: Aquí encontramos el relato de la caída del hombre, y en consecuencia el origen del pecado. Ahora, ¿Qué es pecado? La Biblia usa una variedad de término para referirse al pecado. Mencionaremos los principales términos del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento. El término más común del Antiguo Testamento es JATATH (Éxodo 32:30) y su término afín JET (Salmo 51:9). Aparece varios cientos de veces y expresa la idea de ERRAR EL BLANCO. PESHA (Proverbios 28:13), tiene el sentido de rebeldía activa, una ofensa o transgresión de la voluntad de Dios. SHAGAH (Levítico 4:13), expresa la idea de extraviarse. AWON (1 Reyes 17:18), está relacionado con una forma verbal que significa torcer y se refiere a la culpa que produce el pecado. La principal palabra para el pecado en el Nuevo Testamento es HAMARTÍA; palabra que viene del griego y significa ERRAR EL BLANCO; expresa la idea de fracaso, de culpa, y las malas acciones concretas. ADIKÍA (1 Corintios 6:8), expresa las ideas de maldad e injusticia. PARÁBASIS (Romanos 4:15), se refiere a quebrantar la ley. ANOMÍA (1 Juan 3:4), expresa la en forma similar el desorden y la violencia. ASEBÍA (Tito 2:12), refleja el fuerte sentido de impiedad, mientras que, PTAIO (Santiago 2:10), alude más a un traspiés de orden moral. El pecado es universal; “No hay justo, ni aun uno” (Romanos 3:10). El pecado tiene un alcance pleno y total; afecta a la totalidad del ser humano: La voluntad (Juan 8:34; Romanos 7:14-24; Efesios 2:1-3; 2 Pedro 2:19); La mente y el entendimiento (Génesis 6:5; 1 Corintios 1:21; Efesios 4:1); Los afectos y emociones (Romanos 1:24-27, 1 Timoteo 6:10; 2 Timoteo 3:4); pero, y principalmente, el pecado está dirigido en contra de Dios (Salmo 51:4; Romanos 8:7; Santiago 4:4). Al pecar el hombre, intenta afirmar su independencia de Dios, y cuestiona la integridad del Creador y su amorosa provisión, se niega a dar la devoción y la adoración que sólo corresponde al Creador, y rinde homenaje al enemigo de Dios, así también a sus propias ambiciones personales. Por causa del pecado, el ser humano sufrió las consecuencias     (Romanos 3:23; 6:23). En Adán todos pecaron (Romanos 5:14-19), y están en rebeldía permanente con la consecuente respuesta de Dios que es la muerte. El pecado tuvo sus efectos sobre distintas áreas del ser humano. En relación a Dios: Somos indignos de estar en su presencia (Génesis 3:23-24). La presencia de Dios se convierte en un lugar de temor; la temible espada que cerraba el paso al Edén representa la terrible verdad de que el pecado encuentra la resistencia y la oposición de Dios; es decir, su ira santa. En comparación con la ira de Dios, todos los demás temores y miedos humanos palidecen y se vuelven insignificantes. El pecado nos vuelve incapaces de hacer la voluntad de Dios. Nuestra voluntad ha perdido la libertad de adecuarse al propósito divino y se ha vuelto esclava del pecado (Juan 8:34; Romanos 7:21…), por otra parte, somos inicuos frente a la ley de Dios. Nuestra incapacidad de cumplir la voluntad de Dios tiene la tremenda consecuencia adicional de que nos convertimos en objeto de la maldición de Dios, al transgredir su santa ley y eso acarrea la culpa y la condenación al infractor de la ley (Deuteronomio 27:26; Romanos 3:19…; 5:16…; Gálatas 3:10), además nos vuelve insensible a la Palabra de Dios. Dios nos habla por medio de la creación, por medio de la ley moral, por medio de Israel en el Antiguo Testamento, y sobre todo, por medio de su Palabra escrita y encarnada. En definitiva, nuestro pecado nos pone en un estado de ignorancia de Dios, incapaces de entender las cosas del Espíritu (1 Corintios 2:14), y por último, el pecado pone al hombre en contra de sí mismo; vive en conflicto y división interiores y siempre exclama: “veo otra ley en mis miembros que se rebela contra la ley de mi mente…¡Miserable de mi! ¿Quién me librará? (Romanos 7:23). Hemos perdido la armonía con el orden natural y nuestra mayordomía sobre la naturaleza conferida por Dios da lugar a un saqueo pecaminoso. Perdimos totalmente el concepto de lo que es bueno y malo y malgastamos nuestro tiempo en cosas vanas, ajenos de los santos propósitos de Dios, derrotados y depravados y sin embargo, incapaces de olvidar lo que alguna vez estuvimos destinados a ser.-

domingo, 25 de noviembre de 2012

ESCUELA DOMINICAL


                                                              PROVERBIOS Capitulo 23.
¿PARA QUIÉN SERÁ EL DOLOR? V. 1-3. Cuando un hombre rico invita a su mesa al pobre es con algún propósito oculto o malo. El pobre por su simpleza, necesidad, y humildad, suele ser engañado por la sutileza y la hipocresía de su anfitrión. El señor dice: Come, pero no te hagas dañoV. 4-5. Las riquezas son como una mujer seductora que cuando logra atrapar un alma incauta, lo manipula, le vacía y luego lo abandona dejando al desdichado sufriendo por los recuerdos de lo que fue y por la frustración de lo que pudo haber sido. Medite en esto:” El diablo ofrece mucho, da poco, y quita todo”V. 6-8. Comer con el avaro es muy similar que hacerlo con el rico; en él no hay sinceridad y su propósito es destruir el buen carácter de las gentes por medio de la manipulación. Huye de tales personas. V. 9. Tener tanta intimidad con una persona necia no trae ninguna cosa buena; al final, él obrará conforme a lo que es en sí mismo, neciamente. V. 10-11. No trates de apropiarte de lo que no te pertenece, en especial del de los pobres, pues Dios es quien está a favor  de ellos como Poderoso GiganteV. 12. La buena voluntad para poner en práctica la enseñanza recibida, empieza con escuchar atentamente los consejos de los sabios. V. 13-14. Cuánto daño evitaríamos a nuestros hijos, a nosotros mismos, y a la sociedad en que vivimos si tan sólo pusiésemos en práctica el consejo de la Palabra del Señor, que nos dice que, debemos corregir, disciplinar y castigar las manifestaciones de rebeldía de nuestros hijos. Un buen consejo dejado de lado, que ha llevado a la sociedad actual a la situación en que está. V. 15-16. El hijo que ha crecido en obediencia a Dios y a las enseñanzas de sus padres, es motivo de orgullo y gran satisfacción de sus progenitores. V. 17-18. La envidia  es desear ardientemente lo que otra persona posee; tener ese sentimiento en relación a los impíos no es del agrado del Señor; Él quisiera que vivamos en reverencia a Él y a su Palabra, pues, hay recompensa para los justos. V. 19-21. La sabiduría nos ayuda a corregir nuestro mal andar y evitar la compañía de los necios que nos quieren conducir a una vida de glotonería, borrachera y privaciones. V. 22. ¡Qué difícil es escuchar los consejos de nuestros padres! Es por ello que el proverbista insiste una y otra vez en esta amonestación: oyeescucha, presta atención, una y otra vez se nos insta a poner en práctica estos consejos; obedecer a nuestros progenitores y a no descuidarlos en su vejez. V. 23. Cuando vayamos en el mercado de la vida, debemos asegurarnos de comprar estos cuatro elementos: La verdad, la sabiduría, la enseñanza, y la inteligencia; no la descuidemos, no lo alquilemos y mucho menos venderlo. Esa es nuestra mayor herencia en esta vida. V. 24-25. El hijo sabio causa mucho gozo en el corazón de sus padres. V. 26-28.  Solamente en las manos del Señor nuestro corazón estará seguro y podremos ver el camino por donde andamos para no caer en las garras de personas sin escrúpulos ni moral. V. 29-35. En este triste pasaje vemos la realidad de quienes cayeron en el vicio del alcoholismo. Veamos algunas consecuencias de este vicio: Dolor-Pleitos- Heridas- Golpes. Se nos aconseja a evitar el consumo del alcohol pues pervierte los valores morales y vuelve al hombre un autómata, un robot, una marioneta en manos de este horrible vicio y pecado. Mirar-Codiciar-Tener (31-32), son los elementos que estuvieron presentes en la caída de Eva y luego de Adán y que trajeron consecuencias desastrosas a la humanidad. En forma similar, el alcohol destruye todo lo bueno que uno tiene; pervierte lo sano de nuestra vida (familia, amistades, trabajo, estudios, reputación, etc.), y nos vuelve insensible a todo. Lo único en lo que piensa el alcohólico es en saciar su “sed”; para él el alcohol se convirtió en su dios, el veneno se convirtió en su medicina, pues no puede vivir un solo instante sin ello. Triste panorama que le espera a cualquiera que “se detiene mucho en el vino; para los que van buscando la mezcla” (v.30), sin saber que ese es el camino que conduce a la muerte.-

sábado, 24 de noviembre de 2012

ESTUDIOS BÍBLICOS. LA AUTORIDAD SUPREMA EN MATERIA DE FE (II)


                      

LA REVELACIÓN GENERAL. Generalmente se distinguen entre dos ramas principales de la revelación: “La revelación general” y “La revelación especial”. La revelación general es la revelación de Dios a todas las personas en todas partes; tiene varias formas y características.

LA CREACIÓN: En Romanos 1:18-21, Pablo explica el juicio de Dios sobre el mundo gentil (los no judíos) de sus días. Dios los “ha entregado” (1:24, 26, 28) a las tendencias autodestructivas de su naturaleza caída porque “habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias” (1:21); sino que “cambiaron la gloria del Dios incorruptible…cambiaron la verdad de Dios por la mentira…no aprobaron tener en cuenta a Dios” (1:23, 25, 28). Este conocimiento perdido de Dios consistía en que reconocieran “las cosas invisibles de Dios, su eterno poder y deidad se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas” (1:20…). En Hechos 14:27 Pablo informa a los paganos de Listra que Dios “no se dejó a sí mismo sin testimonio”; esto está confirmado por su bondad, “dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y alegría nuestros corazones”.

ESTUDIOS BÍBLICOS. LA AUTORIDAD SUPREMA EN MATERIA DE FE (I)


                           

El significado de la autoridad: La autoridad es el derecho o el poder de exigir obediencia. Dios tiene todo el derecho y el poder de exigir obediencia porque es el Creador y el Señor de todos los hombres, por lo cual declaramos que la autoridad final reside en Dios; la fuente primordial de autoridad es el Trino Dios mismo, como se nos da a conocer a través de las palabras de la Biblia. Nuestro conocimiento de Dios viene por medio de la Biblia. Tenemos que recibir la Biblia como la Palabra de Dios para nosotros y reverenciarla y obedecerla como tal. A medida que nos sometemos a su autoridad nos ponemos bajo la autoridad del Dios vivo que se nos da a conocer principalmente en Jesucristo. El Espíritu Santo cumple un papel fundamental en la comprensión cristiana de la autoridad, pero obra esencialmente por medio de las Escrituras. ¿Apelaremos a nuestra conciencia contaminada por el pecado, o apelaremos a la enseñanza de la inmutable e infalible Palabra de Dios? Pasajes bíblicos: Génesis 1:1; Job 40:1-5; 42:1-6; Salmo 95:6; Isaías 40:21-23; 45:9; Romanos 9:19…; 11:33-36; Efesios 1:11; Apocalipsis 4:9-11.

                                                                 LA REVELACIÓN

El significado de la revelación: Revelar significa descubrir algo que estaba oculto para que se pueda ver y saber en qué consiste. La palabra principal del Antiguo Testamento que expresa ese concepto es GALÁ, y viene de un término que significa “desnudez” (Éxodo 20:26). El pueblo de Dios sostiene una  fe basada en la afirmación de que Dios ha venido a nosotros y se ha dado a conocer. Si queremos conocer a Dios, la revelación que él nos ha dado a través de su Palabra escrita (La Biblia) y principalmente a través de su Palabra viva (Jesucristo) es indispensable por dos razones complementarias:

domingo, 18 de noviembre de 2012

ESCUELA DOMINICAL


                                     PROVERBIOS Capítulo 22.   
INSTRUYE AL NIÑO EN SU CAMINO. V.1. El buen concepto que los demás pueden llegar a tener de uno, o la buena fama que uno tiene,  no se compran con el dinero; eso se gana con integridad. V. 2. Las riquezas son circunstancias de la vida; lo que debemos llevar en cuenta es que todos tenemos un Creador. V. 3. Todos estamos expuestos al peligro, pero la sabiduría hace que uno las evite. V. 4. Las satisfacciones que recibe el hijo de Dios son de tal magnitud que, uno se siente enriquecido, honrado y lleno de vida. Tales son las bendiciones de quienes reverencian con su vida al Señor. V. 5. En la vida, las tentaciones abundan y muchas conducen por caminos de destrucción; si apreciamos el valor de nuestra alma, haremos bien en apartarnos de dichas tentaciones y dichos caminos. V. 6. Establecer una buena y sólida enseñanza en la niñez nos permitirá cosechar hombres justos, buenos e íntegros. No debemos olvidar que estamos sembrando en nuestros hijos los valores que conducirán su vida. V. 7. El mundo se maneja con conceptos materialistas; en general, los que poseen riquezas se adueñan de los bienes y la voluntad de los pobres; eso es lamentable. V. 8. Se siembra una semilla de iniquidad y se cosecha un árbol de blasfemia cuya rama más débil se llama insolencia. Dios se encargará de quebrar y reducir toda esa mala siembra. V. 9. En el rostro de Dios se dibuja una sonrisa cuando alguien tiene misericordia de su prójimo y lo ayuda. V. 10. “Muerto el perro, acabó la rabia”. Se aplica aquí este refrán. V. 11. El hombre limpio de corazón derrama gracia y sabrosura por sus labios; eso es del agrado de todos  y le abre las puertas para escalar en la vida. V. 12. Dios acompaña la labor de los científicos, a  aquellos que le honran con sus descubrimientos; pero está en contra de los que a propósito niegan su existencia. V. 13. El haragán encuentra todo tipo de excusas para no trabajar. V. 14. Los labios de la mujer extraña (licenciosa, inmoral, libertina) son como un pantano muy profundo en donde van a caer y quedar los que abandonaron los caminos rectos del Señor. V. 15. Nuestra sociedad está plagada de jóvenes violentos y viciosos por causa de no haberlos enseñado y disciplinado de niños; en algunos casos todavía podemos enderezarlos con “la vara de la corrección”. V. 16. El ser humano no ha aprendido que, al robar al pobre lo hace al Señor y Él no dejará eso impune. Vv. 17-21. Un bello pasaje dónde se nos amonesta a: A) Prestar toda nuestra atención a la enseñanza correcta (v.17); B) Deleitarnos en esa enseñanza (v.18a); C) Incorporarlo  a nuestra personalidad (v.17b); D) Confiar en el Señor (v. 19); E) Compartir siempre la verdad que conocemos (v.21); F) Adquirir confianza y seguridad en dichas enseñanzas (v.21a); Comunicar a otros esa verdad (v.21b). Vv. 22-23. No te aproveches de la ignorancia o la debilidad del semejante para sacarle lo poco que tiene, porque el Soberano Dios es el Juez, Abogado y Defensor de los pobres, y castigará severamente a los opresores de los débiles y desamparados. V. 24-25.  No te relaciones ni tengas intimidad con las personas que fácilmente dejan desbordar sus pasiones, iras y resentimientos; no sea que, habituado a esa forma de vida, adquieras los mismos hábitos y vengas a ser como uno de ellos. Vv. 26-27. Por enésima vez, el proverbista nos amonesta a no apresurarnos para tomar un compromiso o salir de garante a alguien; esos impulsos del carácter nos llevan luego a situaciones lamentables, y llegamos incluso, a perderlo todo. V. 28. No debemos dejar los consejos que nos dieron nuestros padres; ellos evitarán que traspasemos los límites que existen entre la rectitud, la cordura, el buen juicio,  y el desatino, descontrol y la necedad. V. 29. El ser una persona solícita, voluntariosa y diligente, hará que uno sea considerado como estimable a los ojos de nuestros superiores; eso permitirá que vayamos mejorando cada vez más nuestra posición en la vida, en el trabajo y en la sociedad donde vivimos. Esa es la forma de honrar a Dios por medio de nuestras buenas obras.-  

martes, 13 de noviembre de 2012

Bautismos Noviembre 11

El 11 de Noviembre, con brazos abiertos y llenos de gozo, recibimos a los Hermanos Cristian Bordon y Karen Ugarte de Bordon, quienes en obediencia al mandato del Señor Jesús se bautizaron, formando asi parte de la membresia de la Iglesia.




domingo, 11 de noviembre de 2012

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                                          PROVERBIOS Capítulo 21.

JEHOVÁ ES ELQUE DA LA VICTORIA
V. 1. Dios distribuye sus favores así como el agricultor derrama las aguas por sus terrenos. Todo depende de su voluntad. V. 2. La precisión de la balanza del Señor determina aún las intenciones del corazón; el ser humano no discierne eso. V. 3. No es la grandeza de nuestros  sacrificios o nuestras devociones externas lo que satisface más al Señor, sino la grandeza de nuestro amor por Él y por el prójimo. V. 4. La mirada del que se cree superior a los demás; el corazón contaminado por el orgullo, y las reflexiones de los necios sólo conduce a los caminos torcidos del pecado. V. 5. El hombre diligente es previsor, y hace del ahorro un hábito que a la larga le provee de abundantes beneficios. V. 6. Los bienes mal habidos tienen un corto periodo de vida; rápidamente pasan y sólo queda la muerte como un triste testimonio de lo que alguna vez fue. V. 7. La injusticia es como un boomerang, siempre retorna a quien lo lanza; así es  quien vive en el delito; tarde o temprano pagará por sus hechos. V. 8. Es incomprensible el camino del impío. Busca la perversidad y se goza con lo torcido; en cambio,  el justo se complace  en agradar a su Señor. V. 9.  Hay quienes tienen una buena casa pero una mala esposa; eso causa mucha tristeza. V. 10. El hombre malo desprecia a su prójimo; él ve a sus semejantes con los ojos de su maldad y por ello piensa que  son malos y los aborrece. V. 11. El hombre sabio se complace en la disciplina y, cuando el impío es castigado, razona y lo considera en su corazón. V. 12. El justo no tiene envidia de la prosperidad del impío, pues sabe que muy pronto será trastornado por la maldad que hay en él y en su hogar. V. 13. El clamor del pobre suena fuerte y llega hasta el cielo, sin embargo,  el malo no lo escucha;  llegará el tiempo en que clamará el hombre malo y Dios cerrará sus oídos para no escuchar. V. 14. “Poderoso señor es don dinero”, de la misma forma, el regalo es un buen sedante. V. 15. Cada quien se deleita con lo que es parte de su naturaleza: El justo con la justicia y el impío con la destrucción. V. 16. Apartarse de los santos caminos del Señor sólo conduce a la muerte y a la comunión con los que en vida están muertos. V. 17. El hijo pródigo malgastó una inmensa fortuna en poco tiempo; eso mismo pasará al que ama los lujos y el placer. V. 18. Tanto el impío como el prevaricador están para que el justo resplandezca más y más en medio de ellos. V. 19. Las pasiones sin control destruyen las más bellas relaciones; es por ello que cada vez hay más divorcios y separaciones. V. 20. El sabio es como la hormiga (previsor), el necio es como la cigarra (descuidado); en el hogar del primero hay abundancia y en el del segundo, necesidad. V. 21.La senda de la justicia y la misericordia conduce a la vida y la honra. ¡PiénseloV. 22. La sabiduría carcome los cimientos del hombre fuerte y poderoso. V. 23. Hay quienes viven en aflicción constante por no poner freno a su lengua. V. 24. El es soberbio y presuntuoso, y lo que hace está lleno de insolencia. ¿Su nombre? “Escarnecedor” Es un mal tipo y el Señor lo aborrece. V. 25. El perezoso es un hombre frustrado, pues desea muchas cosas pero no quiere trabajar para obtenerlo. Al final comete delitos para lograr lo que desea. V. 26. El hombre justo abre el grifo de su corazón y deja salir las bendiciones que Dios le ha dado, y mientras más da, más posee. V. 27. Cuando se aparenta santidad, pero se concibe maldad, eso es abominación de manera especial; al Señor le da náuseas. V. 28. El testigo que es íntegro permanecerá fiel en su testimonio, no importando las consecuencias; el testigo falso se vende y pierde su vida por unas migajas de pan. V. 29. Todos estamos expuestos a cometer errores en la vida; sólo el necio se endurece en ese error y recibe el castigo. V. 30. ¿Cómo puede el hombre finito confrontar a su Hacedor? ¡Mucho menos hacerle daño! V. 31. “El hombre propone, y Dios dispone” Un dicho popular que se ajusta a este pasaje. Sólo Dios es soberano y debemos someternos a sus designios, así nunca fracasaremos.-

domingo, 4 de noviembre de 2012

ESCUELA DOMINICAL


                                                       PROVERBIOS Capítulo 20

De Jehová son los pasos del hombre. V. 1. Da pena ver a hombres que en la vida cotidiana son respetados y admirados, quienes se  degradan al punto de la vergüenza, por causa del alcohol. V. 2. No provoques el enojo del más fuerte, puede que no salgas bien parado de esa situación. V. 3. En las situaciones de conflicto se ve la verdadera naturaleza del hombre. Muestra de qué madera está hecha; si cede al instinto animal que hay en él o si deja a Dios la solución del conflicto. V. 4. La cigarra canta durante el verano mientras la hormiga llena sus depósitos de alimento; cuando llega el invierno y con ella el hambre, la cigarra va junto a la hormiga a pedirle sustento y ésta le dice: “Si en el verano te pasaste cantando, ahora, que llegó el invierno, es tiempo de bailar”. V. 5. Hay que esforzarse para alcanzar la sabiduría; para algunos está muy hondo y desisten por el esfuerzo para obtenerla. V. 6. En general, el ser humano nunca pone las cosas malas de su vida o carácter en su tarjeta de presentación, pero el  íntegro no se jacta de lo que no es o no posee; ¡ése es un hombre de verdad! V. 7. Los hombres justos dejan un camino limpio y satisfactorio para que sus hijos anden en ella después de él. V. 8. Cuando hemos de emitir un juicio de opinión, debemos evitar el dañar a las personas; Dios está observando. V. 9. La religión, que es obra del hombre, nunca ha podido limpiar al hombre de su pecado; eso es obra de la gracia infinita de Dios. V. 10. El ser humano utiliza muchas trampas para enriquecerse, pero el Señor desaprueba tales prácticas. V. 11. Los hijos son el resultado de la enseñanza y ejemplo de los padres. V. 12. El oído fue hecho para oír la voz  de Dios y el ojo para ver la senda por donde caminamos; honramos al Señor cuando lo hacemos de esa manera. V. 13. Muchos ricos empobrecen por causa de la pereza y muchos pobres tienen abundancia por mantenerse alertas a las oportunidades que le brinda la vida. V. 14. El comprador regatea hasta lo imposible para conseguir todo a menos precio y posteriormente se jacta de su sagacidad. V. 15. Existe en el mundo una gran variedad de piedras preciosas, algunas de gran valor; en medio de todas ellas el saber guardar silencio es estimado como una joya muy valiosa. V. 16. El hijo de Dios nunca debe salir de garante a nadie, así se evita vergüenzas, tanto suyas como ajenas. V. 17. Toda acción genera una reacción. Uno no puede obrar mal y pretender quedar impune. V. 18. Un buen consejo y una sabia dirección ordenan los pensamientos del hombre para, de esa manera, tomar decisiones correctas. V. 19. “Dime con quién andas y te diré quién eres”, aquí se aplica ese refrán. V. 20. El remordimiento es un torturador cruel y despiadado. Quién maltrata a sus padres cae en manos de este siniestro personaje. V. 21. Quienes rápido se enriquecen, rápido empobrecen. V. 22. Hay un dicho que reza así: “La venganza es un plato que se sirve frio”, pero es mucho mejor dejarlo en manos de Dios. V. 23. La honestidad y la integridad son dos elementos que escasean en los negocios en la actualidad; ambos son del agrado de Dios. V. 24. Por causa del pecado el hombre tiene distorsionado sus sentidos y eso le hace errar; por ello necesitamos de nuestro Creador para que Él enderece nuestro caminar. V. 25. Aquí vemos cuán necesario es que el alma humana trabaje en armonía: La mente, el corazón y la voluntad necesitan ponerse de acuerdo y eso se logra, solamente con la guía del Espíritu del Señor. V. 26. Es mejor apartarse definitivamente de los hombres malos y sepultar su memoria para siempre. V. 27. Dios ha puesto en el ser humano un potente reflector que se llama espíritu, que ilumina lo más profundo y oscuro del hombre. V. 28. La misericordia es la vara; la verdad es el cayado, y la clemencia es la senda por donde debe caminar el hombre de Dios. Son tres elementos indispensables en la vida del que teme a Dios. V. 29. Los jóvenes encuentran en su fuerza el motivo de su orgullo, en tanto que, los ancianos sabios se regocijan en la abundancia de días que Dios les ha concedido. V. 30. La disciplina, en general es desagradable para quien lo recibe; pero en muchas ocasiones produce un efecto restaurador y por ello es un excelente bálsamo para curar muchos males del corazón.