EL DON DE GOBIERNO
El Donde gobierno es la capacidad dada por el Espíritu Santo
para presidir, gobernar, planear, organizar y administrar con sabiduría,
justicia, ejemplo, humildad, servicio, confianza, apaciblemente y con
eficiencia. Los que poseen este don, lo ejercen con las cualidades descritas
anteriormente; de otra manera, la Autoridad, si
no va acompañada de gracia espiritual, produce anarquía. Tres importantes palabras se utilizan
con referencia a la dirección de la iglesia: dos verbos y un
sustantivo. El verbo Proístemí, significa estar sobre, inspeccionar, colocar sobre, poner sobre,
presidir, y se traduce como gobernar cuando se menciona el don de gobierno
del padre de familia (1 Timoteo 3:5,12), y al cuidado que los oficiales
tienen de la iglesia (1 Tesalonicenses 5:12-13; 1 Timoteo 5:17). La
segunda palabra es el sustantivo Kubernesis, usado para el don de gobernar en 1
Corintios 12:28;
este sustantivo no solamente nos da la palabra Cibernética, sino que también en
una forma íntimamente relacionada se traduce Amo (significando timonel o
piloto) en Hechos 27:11 y
Capitán en Apocalipsis
18:17. La tercera palabra, un verbo, Hegomai, significa ir adelante, guiar, ser un líder, gobernar, ordenar, tener
autoridad sobre. Se traduce Gobernador
(refiriéndose a José sobre Egipto en Hechos 7:10),
Guiador en (Mateo
2:6) y Principal en (Hechos 15:22);
pero se usa para la dirección de la iglesia tres veces en Hebreo 13:
“Obedeced a
vuestros pastores y sujetaos a ellos” (v.17); “acordaos de vuestros pastores” (v.7);
y “saludad a todos vuestros pastores” (v.24).
Aún cuando el Espíritu Santo es el que guía a la iglesia,
algunos creyentes reciben el don de dirigir. El griego para obispos está
compuesto de palabras que significan “ver”
y “sobre”, lo que nos da; “supervisor” o “superintendente”. No obstante, no saber cuándo, sí sabemos que se
nombraron Ancianos en Éfeso (Hechos 20:17)
y Ancianos (obispos) y Diáconos en
Filipos (Filipenses
1:1). Pablo dejó a Tito en Creta “para que corrigiese lo deficiente, y establecieses Ancianos en cada
ciudad, así como yo te mandé” (Tito 1:5). Luego Pablo enumeró los requisitos para
un Anciano, a quien también denominó Obispo
(Tito 1:6-8).
Pablo asimismo dio al Pastor Timoteo
una lista de requisitos para los líderes de la iglesia (1 Timoteo 3:1-13) en la que menciona
específicamente que el Obispo (Anciano) cuide de la iglesia de Dios (v.5). Pablo dijo que el Anciano que gobierna bien debe recibir doble honor, porque hace dos
cosas: Guía y Enseña (1 Timoteo 5:17).
Ser una especie de jefe no es ser un buen líder; allí tenemos el caso de
Diótrefes en el primer siglo, quien amaba la preeminencia y arrogantemente
mantenía autoridad (su autoridad)
sobre la iglesia local. Diótrefes no estaba exhibiendo el don de gobierno del
Nuevo Testamento (3 Juan 9-10). La
tendencia natural del ser humano es querer dominar; esta ansia de asumir el
poder fue reconocida por apóstol Pedro, quien aconsejó a los Ancianos a no actuar como tiranos sobre
el rebaño de Dios (1 Pedro 5:3). Es significativo que los nombres de
los oficios principales de la iglesia denoten servicio. La palabra Diácono es la palabra para Ministro o Siervo. El Pastor es un pastor de ovejas, quien
ciertamente es un siervo. El liderazgo genuino cristiano sirve, no manda. La
enseñanza del sacerdocio universal de los creyentes coloca al líder y al pueblo
en un mismo nivel (1 Pedro 2:5,9; Apocalipsis 1:6), pero hay que
especificar que el Espíritu Santo puso un ministerio de liderazgo en la iglesia
y dotó a algunos creyentes para ejercer ese liderazgo. Jesús mismo nos dio
ejemplo cuando nombró y preparó a los doce que gobernaron durante los primeros
años de la iglesia. Par supervisar la iglesia primitiva, los apóstoles
permanecieron en Jerusalén cuando todos los demás se dispersaron por todas
partes (Hechos
8:14). Los líderes de las iglesias no deben buscar poder. Cuando
Jacobo y Juan pidieron posiciones de eminencia en el reino venidero, Jesús
contestó: “sabéis
que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas,
y sus grandes ejercen sobre ella potestad. Pero no será así entre vosotros,
sino el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro siervo, y el que
quiera ser el primero, será siervo de todos” (Marcos 10:42-44). El gobierno de los
no regenerados a menudo implica dominio, tiranía, señorío, pero el gobierno
cristiano debe caracterizarse por el servicio. Jesús agregó a las palabras
arriba citadas: “porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir,
y dar su vida en rescate por muchos” (v.45).
Para la reflexión: Juan 13:15-16.-
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