martes, 5 de marzo de 2013

LOS DONES ESPIRITUALES (XII) EL DON DE GOBIERNO


                                             EL DON DE GOBIERNO
El Donde gobierno es la capacidad dada por el Espíritu Santo para presidir, gobernar, planear, organizar y administrar con sabiduría, justicia, ejemplo, humildad, servicio, confianza, apaciblemente y con eficiencia. Los que poseen este don, lo ejercen con las cualidades descritas anteriormente; de otra manera, la Autoridad, si no va acompañada de gracia espiritual, produce anarquía. Tres importantes palabras se utilizan con referencia a la dirección de la iglesia: dos verbos y un sustantivo. El verbo Proístemí, significa estar sobre, inspeccionar, colocar sobre, poner sobre, presidir, y se traduce como gobernar cuando se menciona el don de gobierno del padre de familia (1 Timoteo 3:5,12), y al cuidado que los oficiales tienen de la iglesia (1 Tesalonicenses 5:12-13; 1 Timoteo 5:17). La segunda palabra es el sustantivo Kubernesis, usado para el don de gobernar en 1 Corintios 12:28; este sustantivo no solamente nos da la palabra Cibernética, sino que también en una forma íntimamente relacionada se traduce Amo (significando timonel o piloto) en Hechos 27:11 y Capitán en Apocalipsis 18:17. La tercera palabra, un verbo, Hegomai, significa ir adelante, guiar, ser un líder, gobernar, ordenar, tener autoridad sobre. Se traduce Gobernador (refiriéndose a José sobre Egipto en Hechos 7:10), Guiador en (Mateo 2:6) y Principal en (Hechos 15:22); pero se usa para la dirección de la iglesia tres veces en Hebreo 13:Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos” (v.17); “acordaos de vuestros pastores” (v.7); y  saludad a todos vuestros pastores” (v.24).
Aún cuando el Espíritu Santo es el que guía a la iglesia, algunos creyentes reciben el don de dirigir. El griego para obispos está compuesto de palabras que significan “ver” y “sobre”, lo que nos da; “supervisor” o “superintendente”. No obstante, no saber cuándo, sí sabemos que se nombraron Ancianos en Éfeso (Hechos 20:17) y Ancianos (obispos) y Diáconos en Filipos (Filipenses 1:1). Pablo dejó a Tito en Creta “para que corrigiese lo deficiente, y establecieses Ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé” (Tito 1:5). Luego Pablo enumeró los requisitos para un Anciano, a quien también denominó Obispo (Tito 1:6-8). Pablo asimismo dio al Pastor Timoteo una lista de requisitos para los líderes de la iglesia (1 Timoteo 3:1-13) en la que menciona específicamente que el Obispo (Anciano) cuide de la iglesia de Dios (v.5). Pablo dijo que el Anciano que gobierna bien debe recibir doble honor, porque hace dos cosas: Guía y Enseña (1 Timoteo 5:17). Ser una especie de jefe no es ser un buen líder; allí tenemos el caso de Diótrefes en el primer siglo, quien amaba la preeminencia y arrogantemente mantenía autoridad (su autoridad) sobre la iglesia local. Diótrefes no estaba exhibiendo el don de gobierno del Nuevo Testamento (3 Juan 9-10). La tendencia natural del ser humano es querer dominar; esta ansia de asumir el poder fue reconocida por apóstol Pedro, quien aconsejó a los Ancianos a no actuar como tiranos sobre el rebaño de Dios (1 Pedro 5:3). Es significativo que los nombres de los oficios principales de la iglesia denoten servicio. La palabra Diácono es la palabra para Ministro o Siervo. El Pastor es un pastor de ovejas, quien ciertamente es un siervo. El liderazgo genuino cristiano sirve, no manda. La enseñanza del sacerdocio universal de los creyentes coloca al líder y al pueblo en un mismo nivel (1 Pedro 2:5,9; Apocalipsis 1:6), pero hay que especificar que el Espíritu Santo puso un ministerio de liderazgo en la iglesia y dotó a algunos creyentes para ejercer ese liderazgo. Jesús mismo nos dio ejemplo cuando nombró y preparó a los doce que gobernaron durante los primeros años de la iglesia. Par supervisar la iglesia primitiva, los apóstoles permanecieron en Jerusalén cuando todos los demás se dispersaron por todas partes (Hechos 8:14). Los líderes de las iglesias no deben buscar poder. Cuando Jacobo y Juan pidieron posiciones de eminencia en el reino venidero, Jesús contestó: “sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ella potestad. Pero no será así entre vosotros, sino el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro siervo, y el que quiera ser el primero, será siervo de todos” (Marcos 10:42-44). El gobierno de los no regenerados a menudo implica dominio, tiranía, señorío, pero el gobierno cristiano debe caracterizarse por el servicio. Jesús agregó a las palabras arriba citadas: “porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y dar su vida en rescate por muchos” (v.45). Para la reflexión: Juan 13:15-16.-

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