ESCUELA DOMINICAL

                                                                LIBRO DE DANIEL  (I)

Vv. 1-2. Estos dos versículos nos dan el contexto de la historia de Daniel. Es evidente que la cautividad fue determinada por Dios mismo ante la rebeldía de su pueblo  “Y el Señor entregó en sus manos”. Causa pena ver que lo que una vez fue dedicado al servicio del Señor, luego sea contaminado por el mundo y ofrecido a los ídolos. Vv. 3-7.  Aspenaz era el oficial o mayordomo de la corte, hombre de confianza del rey y jefe de los eunucos. De los jóvenes cautivos, debían escogerse a los que se destacaban por encima de los demás paras ser instruidos en la cultura caldea, es decir, la letras, el conocimiento de la literatura, la ciencia y aún en las supersticiones de los caldeos. Fueron enseñados a leer la Lengua, los antiguos textos sumero-acádicos (de Sumeria y Acadia), los principios de la magia y la astrología. El término Caldeos, nos habla de una casta de sacerdotes-médicos-videntes babilónicos (ver Isaías 47:9-13: Ezequiel 21:21). Los judíos no permitían ni aceptaban la educación secular, sin que eso afectara a sus creencias religiosas. Cuando no era posible evitarlo, como en el caso de Daniel y sus compañeros, necesitaban estar bien seguros de sus conocimientos acerca del Señor para no ser influenciados a olvidar su fe. Evidentemente, la obra de sus padres, del rey Josías y del profeta Jeremías no había sido en vano. El rey les asignó ración de sus manjares, es decir, lo mismo que el rey comía y bebía. En los tres años, ellos recibirían una capacitación destinada a preparar a los jóvenes en el servicio del rey. Era un régimen físico, cultural y dietético. Nabucodonosor quería erradicar la fe de Israel por medio de una reeducación total de los jóvenes; buscaba además un dominio moral por medio del cambio de sus nombres. A) Daniel significa, “Dios es mi juez”, y se le cambió ese nombre por el de Beltsasar, que significa “Príncipe de Belet” o “Belet proteja su vida”. Belet era el nombre de la esposa de la deidad babilónica principal, Bel o Marduk. B) Ananías significa “Dios es misericordioso”, y se le cambió por Sadrac que quiere decir, “Amado por el dios sol”. C) Misael quiere decir “¿Quién es lo que Dios es?” y se le cambió por “Mesac” que significa “¿Quién es como el dios Venus?”. D) Azarías significa “El Señor es mi ayuda” y se le cambió por “Abed-nego” que significa “Príncipe o siervo de Nego” (Nego era el hijo de Bel). La idea del rey era, sin duda, inducir a los jóvenes a adoptar las costumbres de los caldeos, y erradicar por completo lo que tenían en común con el pueblo de Dios. Vv. 8-17. El término “propuso en su corazón” nos habla del uso de su raciocinio y de su voluntad. Ellos sabían que no debían contaminarse y determinaron no hacerlo, aún a costa de su propia vida; el proverbio “Instruye al niño en su camino y aún cuando fuere viejo no se apartará de él”  Proverbios 22:6, se aplica cabalmente a éstos muchachos. Los jóvenes conocían las leyes alimenticias del Antiguo Testamento acerca de los animales puros e impuros (ver Levíticos 11 y Deuteronomio4:3-21), y las de la sangre y la grasa (Génesis 9:4-7; Levíticos 3:17), y principalmente, acerca de la idolatría (Éxodo 20:3-5). Daniel aceptaba la reeducación y el nuevo nombre, pero en cuanto a comer lo sacrificado él dijo: ¡Basta! La comida del rey era abundante y sabrosa, pero eran alimentos consagrados y dedicados a los dioses del rey Nabucodonosor; ellos, pues, fueron confrontados entre comer alimentos sacrificados a los ídolos y la devoción a la Palabra de Dios. Daniel no manifestó fanatismo o descortesía, sino convicción; él expresó abiertamente al jefe de los funcionarios su propósito y pidió su ayuda. Dios le dio gracia a Daniel para ganar el afecto y el favor de aquel que estaba en preeminencia. Aspenaz (el jefe de los eunucos) no estaba dispuesto a perder la vida por alterar una orden del rey; fue un oficial menor (Melsar) v.11, quien concedió a Daniel y sus amigos probar “por diez días”. Dios estaba allí, en medio de tremendas pruebas, dispuesto a favorecer a aquellos que le temen y le honran. Quien mueve y determina las cosas en el universo es Jehová-Dios, nadie más.-