LEYES ALIMENTICIAS Y SEXUALES EN EL
ANTIGUO Y EL NUEVO TESTAMENTO
Las leyes que tenían que ver con asuntos de comida y
limpieza personal existían con el propósito doble de, Primero,
Identificar al pueblo de Dios como un pueblo ‘distinto’
y santo (separado)
de todos los demás pueblos de la tierra. Israel como nación debía ser distinto
para Dios y no debía seguir la conducta y costumbres de otros pueblos.
Esto nos lleva al Segundo
propósito; el de servir de ‘tipología’
o ‘representación’ de
verdades espirituales las cuales tienen su cumplimiento en Cristo. Cuando por ejemplo, Dios ordena que no se
ponga el yugo a un buey con un asno lo hace para demostrarnos que no debemos
hacer “yugo
desigual” con los incrédulos (2 Corintios 6).
Los animales puros en la Biblia son tipo del pueblo de Dios
mientras que los animales clasificados como impuros (inmundos)
son tipo de los pueblos gentiles (Hechos 10:9-35).
Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se
acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora
sexta. Y tuvo gran hambre, y quiso
comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; y vio el cielo abierto, y que descendía algo
semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la
tierra; en el cual había de todos los
cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y
come. Entonces Pedro dijo: Señor, no;
porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios
limpió, no lo llames tú común. Esto se
hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo. Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí
sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí los hombres que
habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de
Simón, llegaron a la puerta. Y llamando,
preguntaron si moraba allí un Simón que tenía por sobrenombre Pedro. Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo
el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir
con ellos, porque yo los he enviado. Entonces Pedro, descendiendo a donde estaban
los hombres que fueron enviados por Cornelio, les dijo: He aquí, yo soy el que
buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido? … Entonces Pedro, abriendo
la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le
teme y hace justicia.
Cuando en el Antiguo Testamento se dijo que no se debía
comer animales considerados “inmundos”,
se hizo con el fin de apuntar hacia la realidad espiritual que el pueblo de
Dios debe estar separado de toda cosa “espiritualmente”
sucia como lo eran los “pueblos y
prácticas paganas” con sus los ídolos y las adoraciones a falsos
dioses. Estas leyes marcaban una
separación de “el pueblo de Dios” (limpio)
de los demás pueblos “gentiles”
(inmundos)
que no pertenecían al pueblo de Dios. No
era que necesariamente el comer un animal inmundo como EL ‘gato’
o ‘culebra’ o ‘cocodrilo’ en verdad ensuciara al hombre
sino que esto señalaba la realidad de mantenerse puros del pecado de los
gentiles. Leamos lo que Cristo dijo en cierta ocasión:
Marcos 7:14-19 Y llamando
a sí a toda la multitud, les dijo: Oídme todos, y entended: Nada hay fuera del
hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es
lo que contamina al hombre. Si alguno
tiene oídos para oír, oiga. Cuando se
alejó de la multitud y entró en casa, le preguntaron sus discípulos sobre la
parábola. El les dijo: ¿También vosotros
estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en
el hombre, no le puede contaminar, porque no entra en su corazón, sino en el
vientre, y sale a la letrina? Esto decía, haciendo limpios todos los alimentos.
Siendo que ya Dios ha limpiado “Todos los alimentos” (Hechos 10:15),
ha perdido vigencia para los gentiles
las ordenanzas de no comer comida inmunda. Con la venida de Cristo han sido
abolidas la ley y la separación que había entre “judíos”
y “gentiles”. Ahora los
verdaderos judíos y los verdaderos Israelitas lo son todos aquellos que ponen
su fe en Cristo independientemente de cuál sea su nacionalidad o lugar de
origen. Porque “Dios
no hace acepción de personas” (Hechos 10:34). Fue Dios mismo quien dio fin al
mandamiento sobre no comer cosa inmunda.
Ahora, en cuanto al aspecto sexual, como el porqué sigue
siendo prohibido inseminar la mujer que no le pertenece, es porque todavía
sigue siendo pecado. Mientras que las leyes sobre la comida tenían que ver con
un aspecto “ceremonial” hasta la
venida de Cristo cuando toda barrera de separación entre judío y gentil fue
quitada (Efesios
2), la ley que tiene que ver con la pureza sexual permanece porque
se trata primeramente de “conducta moral”.
Mientras que no es inmoral comer pescado sin escama, si es
inmoral mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio. Además esta ley
tiene que ver con la relación entre Cristo y su iglesia (Efesios 5:31). Es una ley que
permanece porque esta representa la unión espiritual entre Dios y su pueblo.
Por eso no ha sido quitada sino que ha sido hecha aun más estricta. Mientras
que el divorcio fue permitido bajo la ley de Moisés (Deuteronomio 24:1-3; Mateo 19), bajo
el Nuevo Testamento, el divorcio está totalmente prohibido. Esto es para
representar la santidad y la permanencia de la unión indisoluble entre Cristo y
su Iglesia.-
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