LA DEPRAVACIÓN DEL HOMBRE
La incapacidad del
hombre
La incapacidad del hombre para obtener una relación con Dios
por sus propios esfuerzos y obras es resultado de la caída de Adán. El pecado dejó hombre espiritualmente muerto
en cuanto a su relación con Dios y moralmente depravado en cuanto a su hablar,
su conducta, pensamiento y voluntad, y por lo tal la Biblia lo declara "muerto en
delitos y pecados". Esta
condición es la consecuencia directa de la sentencia puesta por Dios al pecado
de Adán.
Génesis 2:16-17 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De
todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del
mal no comerás; porque el día que comieres de él ciertamente morirás.
Aunque es verdad que Adán continuó moviéndose y respirando,
Dios lo declaró espiritualmente muerto y
separado de Él en aquel mismo día.
La muerte física seria evidencia del resultado de su pecado y finalmente
la muerte segunda se apoderaría del hombre para siempre. Algo ocurrió en el hombre que rompió con
aquella relación que existía y unía al hombre a Dios. Desde entonces no hay en el hombre voluntad
alguna para buscar a Dios. Este, es por
lo tanto, el principal problema del ser
humano. Así tenemos la incapacidad del
hombre para poder hacer nada por si mismo que le recomiende delante de Dios y
que le otorgue la salvación. Después de
la caída de Adán la humanidad quedó muerta, alejada, "sin Dios y sin esperanza' en el mundo"
(Efesios 2:12)
En esta condición, la humanidad estaba sin esperanza alguna
de poder mejorar su situación sino que era digna de la ira y castigo por su
conducta pecaminosa, por tal razón Dios tuvo que enviar a su Hijo al mundo para
rescatarlo de tal horrible condición. El
hombre no puede acercarse a Dios, no porque no tenga albedrío (voluntad), sino que este albedrío está
preso, esclavo bajo el poder de la carne y la voluntad de Satanás. El apóstol Pablo dice:
Efesios 2:2-3
"Y
el os dio vida a vosotros, cuando estabais 'muertos' en vuestros delitos y pecados, en los cuales
anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, 'conforme al
príncipe del aire', el espíritu que ahora
opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos
en otro tiempo en los 'deseos de nuestra carne'
y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los
demás..."
El resultado de la caída de Adán fue tal y como Dios lo
dijo, causó muerte en el hombre. El
mismo día que pecó, ese mismo día murió. La muerte fue espiritual y aunque el
hombre se movía y caminaba, Dios dice que estaba muerto. (Efesios 2:2). El hombre estaba muerto y no lo sabía. Por esto dice el Apóstol Pablo que la muerte
reinó desde Adán hasta Moisés, cuando fue introducida la ley. Prueba de esta muerte es real lo demuestra
el hecho de que ninguna nación en el mundo desde Adán hasta Cristo fue una
nación creyente. Ni una sola de las
naciones del mundo fue conocida por ser seguidora del Dios verdadero. Un estudio a través de la Biblia o un estudio
sobre la historia del mundo revelan esta gran verdad.
Romanos 3:10
"Como
está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles..."
Solo basta con echar una mirada a la historia de las
naciones que vivieron sobre la tierra desde Adán hasta Cristo y aun hasta el
tiempo presente. Es claro que "no hay quien
entienda, no hay quien busque a Dios", todos han buscado sus
propios dioses. Los hombres han sido muy
sabios en la sabiduría terrenal, en los negocios, en la ciencia, en la guerra,
en la tecnología y muchas otras áreas, pero cuando se trata del Dios verdadero,
han sido un colosal fracaso. Unos adoran
las estrellas, otros el sol y otros la luna; otros adoran animales tales como
la vaca, el toro, la serpiente, las bestias de la jungla y hasta las aves y los
insectos de la tierra. La humanidad ha
creado ídolos de la naturaleza y de su imaginación y hasta de su persona. En las civilizaciones más adelantadas del
mundo presente el dios lo es la fama, la posición, el dinero, las posesiones
materiales y el YO.
La muerte espiritual ha dejado al hombre en un estado
totalmente carnal e imposibilitado para poder llegar a Dios. Aun la fe que hace falta para creer en Dios,
el hombre no la posee. El ser humano
tiene fe en el mismo, en su dinero, en su trabajo, en su conocimiento, en su
juventud, en su fuerza y en sus planes, pero no tiene fe en Dios y no puede
tenerla porque es carnal y no quiere ni puede entender las cosas de Dios porque
son espirituales y se deben de entender espiritualmente.
Romanos 8:5
Por
cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se
sujetan a la ley de Dios ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no
pueden agradar a Dios.
I Corintios 2:14
Pero
el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque
para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente.
El hombre muerto en el espíritu es un ser carnal y no puede
acudir a Dios, no puede percibir las cosas del Espíritu Santo porque le son
locura. Así está el pecador, perdido y
con el entendimiento cegado por el poder de Satanás y del pecado.
Que no
significa esta doctrina: Esta doctrina enseña que el hombre es malo,
pero NO enseña que sea tan y tan
malo que no sea capaz de hacer algo bueno.
Mateo 7:9-11
¿Qué
hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una
serpiente? Pues si vosotros, siendo
malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre
que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?
El hombre aun después de la caída es capaz de hacer cosas muy
buenas y las hace a diario, como nos dice Jesús, el hombre ‘siendo malo’ sabe dar comida a sus
hijos. El hombre hace cosas dignas de admiración y reconocimiento. El hombre se
preocupa por su prójimo, hace escuelas, establece hospitales, gobiernos y leyes
para el beneficio a la sociedad, establece policías, y ejércitos militares para
mantener la paz, etc. Todas esas cosas son cosas muy buenas y necesarias para
que podamos convivir en el mundo de manera civilizada y en armonía los unos con
los otros. PERO eso es solo desde el
punto de vista humano y aunque podríamos decir que tales cosas son vistas ‘en cierta manera’ como buenas aun por
Dios, no son lo suficientemente buenas como recomendar al hombre ante Dios. Al
contrario, la Biblia le dice que las justicias de los hombres son suciedades
ante Dios…
Isaías 64:5-7
Saliste
al encuentro del que con alegría hacía justicia, de los que se acordaban de ti
en tus caminos; he aquí, tú te enojaste porque pecamos; en los pecados hemos
perseverado por largo tiempo; ¿podremos acaso ser salvos? Si bien todos nosotros somos como suciedad, y
todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como
la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento. Nadie hay que invoque tu
nombre, que se despierte para apoyarse en ti; por lo cual escondiste de
nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades
Jesús mismo enseño
esto cuando dijo…
Lucas 16: 14-15 Y
oían también todas estas cosas los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de
él Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos
delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los
hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación.
El hombre Sí
puede hacer muchas cosas ‘buenas’ PERO lo que el hombre NO puede hacer es algo que le
recomiende ante Dios, y entre eso se encuentra la ‘fe’ y el ‘arrepentimiento’
hacía Dios con un corazón sencillo y humillado.
El problema de la
maldad del hombre es algo serio: La condición de la maldad del hombre
es tal que el hombre ‘siendo malo’
no tiene capacidad para hacer algo que sea considerado “espiritualmente bueno” por Dios y que le otorgue su favor. Jesús
dijo:
Mateo 12: 33-34 O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el
árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el árbol. ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos?
Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
La tendencia ‘normal’
del hombre es hacia lo malo y no hacia lo bueno. De eso nos dice Dios que es
real y verdadero desde el mismo principio de la Biblia. La maldad del hombre es
una doctrina que se establece desde los comienzos de la revelación bíblica y
negar que el hombre sea perverso y malo es una muestra más de esa perversión…
Génesis 6: 5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la
tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de
continuo solamente el mal.
Génesis 8: 20-21 Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal
limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar. Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en
su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el
intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a
destruir todo ser viviente, como he hecho.
La realidad de esa maldad se encuentra en toda la raza
humana e incluía la nación escogida de Dios, el pueblo de Israel. Por eso le
dice:
Jeremías 32: 30-31 Porque los
hijos de Israel y los hijos de Judá no han hecho sino lo malo delante de mis
ojos desde su juventud; porque los hijos de Israel no han hecho más que
provocarme a ira con la obra de sus manos, dice Jehová. De tal manera que para enojo mío y para ira
mía me ha sido esta ciudad desde el día que la edificaron hasta hoy, para que
la haga quitar de mi presencia,
La depravación, perversidad e incapacidad del hombre para
buscar a Dios y/ o responder al Evangelio es resaltada también por el Apóstol
Pablo cuando nos habla de la condición del hombre 'no regenerado’ ó todo aquel que no ha “Nacido de Nuevo” por obra del Espíritu Santo:
1 Corintios 2: 14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del
Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se
han de discernir espiritualmente.
Como puedes ver, el hombre carnal, es decir, el que no ha
nacido del Espíritu no puede percibir las cosas del Espíritu porque le son
locuras. Recuerda cuando Pablo predicó el Evangelio a Festo en Hechos y él le
dijo “Pablo,
estás loco, las muchas letras te han vuelto loco” (Hechos 26:24).
Festo no podía percibir las cosas del Espíritu, el mensaje del Evangelio el
cual Pablo le predicaba y le parecía que Pablo hablaba locuras. Pero mira aun
más lo que nos dice Pablo…
Romanos 8: 7
Por
cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se
sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8 y los que viven según la carne
no pueden agradar a Dios.
Pablo nos dice, que los que designios de la carne son
enemistad contra Dios. La naturaleza ‘espiritualmente
muerta’ del hombre tiende a NO buscar a Dios sino el de ‘enemistarse’ contra Dios. El hombre “No regenerado” no se sujeta a la ley de Dios, no quiere sujetarse a
Dios y no puede sujetarse a Dios. El hombre no regenerado no cree al Evangelio,
no escucha la voz de Dios, no se somete, no responde, pues las cosas de Dios (del Espíritu) le son locura.
Pablo llega a la conclusión de que todos los hombres en su
naturaleza de depravación han llegado a darle la espalda a Dios…
Romanos 3:10 "Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay
quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se
hicieron inútiles..."
Nosotros los creyentes en Cristo ahora, en un tiempo también
estuvimos en esa condición. Por eso como
el hombre no podía ni puede hacer nada por sí mismo, Dios tuvo que hacer algo
por el hombre y como para Dios no hay sorpresas, Él todo lo sabe, dice la
Biblia que el plan de Redención preparado por Dios desde la fundación del mundo
fue puesto en funcionamiento para rescatar a su Pueblo de la condenación.
Porque por Gracia sois salvos por medio de la fe, y esto
no de vosotros pues es don de Dios; No
por obras para que nadie se gloríe. (Efesios 2:8-9)
No hay comentarios:
Publicar un comentario