LAS OBRAS DE UNA GENUINA FE
Santiago 2:14-19
Hermanos
míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice
que tiene fe y no tiene obras? ¿Podrá la
fe salvarlo? Y si un hermano o una
hermana están desnudos y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: "Id en paz, calentaos y saciaos", pero no les dais las cosas que son necesarias
para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, está completamente muerta. Pero alguno dirá: “Tú tienes fe y yo tengo
obras. Muéstrame tu fe sin tus obras y
yo te mostraré mi fe por mis obras".
Tú crees que Dios es uno; bien
haces. También los demonios creen, y tiemblan.
Entendemos que las "obras
de la fe" que identifican o demuestran que nuestra fe es una fe
viva es el amor:
Gálatas 5:6 Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo ni la
incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.
1Corintios 13:2 Y si tuviera
profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera
toda la fe, de tal manera que trasladara los montes, y no tengo amor, nada soy.
Efesios 1:15 Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en
el Señor Jesús y de vuestro amor para con todos los santos.
Efesios 3:17 Que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin
de que, arraigados y cimentados en amor.
Efesios 6:23 Paz sea a los hermanos, y amor con fe, de Dios Padre y del
Señor Jesucristo
Colosenses 1:4 Pues hemos oído de vuestra fe en Cristo Jesús y del amor
que tenéis a todos los santos.
1 Tesalonicenses 1:3 Acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro
de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia
en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo.
2 Tesalonicenses 1:3 Debemos siempre
dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe
va creciendo y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los
demás.
1Timoteo 1:5 El propósito de este mandamiento es el amor nacido de
corazón limpio, de buena conciencia y fe no fingida.
1 Timoteo 1:14 Y la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe
y el amor que es en Cristo Jesús.
2 Timoteo 1:13 Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en
la fe y amor que es en Cristo Jesús.
Jesucristo dijo que el mayor mandamiento era amar a Dios con
todo nuestro ser, fuerza y alma. También añadió que el segundo mandamiento
importante es amar al prójimo como a sí mismo y seguidamente nos dio la
parábola del buen samaritano.
Mateo 22:37-40 Jesús le dijo: --"Amarás al Señor tu Dios con todo
tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente". Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: "Amarás a tu
prójimo como a ti mismo". De estos
dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas.
¿Cómo se manifiesta el amor al prójimo?
Así que lo primero que tenemos que tener como 'evidencia' de que nuestra fe es
verdadera es "amor a Dios"
y en segundo lugar "amor a nuestro
prójimo". Esto es posible por medio de la obra del Espíritu
Santo en nuestros corazones. Ahora bien, amor es más que palabras, amor es
hechos y la Biblia nos da ejemplos de esos hechos (obras)
que demuestran que verdadero amor de Dios está en nosotros:
Ahora bien, cuando hablamos de 'amor'
puede sonar como algo un poco abstracto. Para entenderlo mejor podemos poner
ejemplos. Como vimos Jesucristo pone el ejemplo del Samaritano, en eso se
refleja el 'amor' hacia el prójimo.
Santiago nos proporciona ejemplos:
Y si un hermano o una hermana están desnudos y tienen
necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: “Id en
paz, calentaos y saciaos", pero no les dais las cosas que son necesarias
para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, está completamente muerta. Santiago 2:15-17
¿Cómo se manifiesta el amor hacia Dios?
En la obediencia a sus palabras. Por ejemplo: Santiago dice que Abraham creyó y tuvo obras, de
manera que su fe no era vana. Las obras de Abraham fueron la 'obediencia' a Dios. Por ejemplo, Dios lo
llamó de su tierra y el SALIÓ. Dios le pidió su hijo y él LO OFRECIÓ.
En sus acciones Abraham manifestó que su fe era verdadera. Lo mismo ocurre con
nosotros, mostramos que nuestra fe en Dios es verdadera cuando 'obedecemos' a Dios por medio de Cristo y
demostramos que nuestra fe es verdadera cuando amamos al prójimo y lo
demostramos con acciones correspondientes sin codicia, sin envidia, sin celos,
sin rencillas, sin pleitos sino en paz.
Gálatas 5:19-26
Manifiestas son las obras de la carne, que
son: adulterio, fornicación, inmundicia, lujuria, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos,
celos, iras, contiendas, divisiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y
cosas semejantes a estas. En cuanto a esto, os advierto, como ya os he dicho
antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Pero el
fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no
hay ley. Pero los que son de Cristo han
crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también
por el Espíritu. No busquemos la vanagloria, irritándonos unos a otros,
envidiándonos unos a otros.
En fin de cuentas, el amor es el distintivo principal de la
fe, Jesús dijo "En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si
tenéis amor los unos por los otros" (Juan 13:35). Sin embargo, sabemos
que en ciertos casos puede haber 'apariencia'
de amor que no es resultado de una fe verdadera. Ese es el resultado de las
sectas donde sus miembros 'se aman'
y se 'aprecian' pero su
creencia es errada. Para que el amor sea verdadero, la
fe debe estar puesta en el Dios verdadero (Juan. 17:3) en
el Cristo verdadero (1 Corintios 15:14, 17) y
en la doctrina verdadera (Romanos 4:14) no un Dios, un Cristo o una doctrina
producto de la imaginación humana o de distorsiones a la verdad. La fe también debe ser una fe verdadera y no
simplemente algo que se dice de labios.
Los demonios 'creen' pero esa fe no les salva, sino que son
medios de maldad y perversidad.
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