miércoles, 6 de marzo de 2013

LA CONFESIÓN AURICULAR




                                                 
                                                        LA CONFESIÓN AURICULAR

Los cristianos evangélicos  no practicamos la confesión de la misma manera que los católicos. El Catolicismo enseña que uno debe de ir al padre o sacerdote y decirles cuales fueron sus pecados y entonces el  pide que se haga algún rezo y entonces declara que los pecados son perdonados; pero nosotros no lo hacemos de esta manera en las Iglesias Evangélicas.
Para poder entender la enseñanza sobre la Confesión es necesario entender por qué y para que lo hacemos. Primero debemos explicar que existen dos tipos de Confesiones pero antes daremos el significado para la palabra ‘confesión’:
Definición:
Confesión (Palabra griega: homologeō) significa literalmente “la misma palabra” o “decir lo mismo”. Es decir, en la confesión, el pecador arrepentido dice de sí mismo lo que Dios dice de él, que es pecador.
Confesión para Salvación:
Esta confesión es producto de una fe genuina en Cristo reconociéndole como Único y suficiente Salvador capaz de perdonar nuestros pecados y es la confesión que toda persona debe hacer para ser salvada eternamente y justificada ante Dios; para ser recibido a la familia de Dios como hijo. Cuando la persona se arrepiente de su pecado y recibe a Cristo como su Señor y Salvador la persona se convierte en hijo/a de Dios. El Espíritu Santo hace su morada dentro de él o ella y le ayuda en su vida cristiana.
Juan 1:12   Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
La condición de hijo/a del creyente le asegura un lugar especial en su relación con Dios y en cuanto a su herencia futura…
Romanos 8:16    Porque el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. 17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos con Cristo; si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.  Porque tengo por cierto que los padecimientos del tiempo presente, no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada.
El ser hijo de Dios es estar en la familia de Dios, en este estado el creyente esta "en Cristo Jesús" a lo que la Biblia dice que no tiene condenación….


Romanos 8:1     Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.
La Salvación es por Gracia de Dios, pero estos deben de recibirla por medio de la fe en Cristo. Cuando una persona reconoce que es un pecador sin Dios y sin esperanza en el mundo, debe de confesar sus pecados a Dios para recibir la salvación que El le ofrece.
Romanos 10:8-10    Mas ¿qué dice? Cerca está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Y esta es la palabra de fe, la cual predicamos: Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.  Porque con el corazón se cree para justicia; más con la boca se confiesa para salvación.
Confesión para comunión:
Una vez el hombre o la mujer han venido a una relación como hijo de Dios y a formar parte de esta familia, puede llegar a estar en ocasiones en necesidad de restablecer la comunión con Dios o con los miembros de esta familia, aunque la relación no se pierde, la comunión si se pierde. A veces nuestro comportamiento no es el más adecuado y esto nos lleva a ser disciplinados por Dios. Una de las formas en que Dios nos disciplina es al no contestar nuestras oraciones. Para que Dios nos oiga y reciba nuestra adoración o conteste nuestra oración debemos de estar comunión con Él y con nuestros hermanos. El deseo de cada creyente debe ser el de ser igual a su Padre Dios…
Efesios 5: 1    Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados:
La falta de perdón, las ofensas, las mentiras, los malos pensamientos, o el simple hecho de no hacer lo correcto, etc. no es ser como nuestro Padre, y por eso debemos de confesar nuestros pecados. Como somos humanos todos tenemos pecados, unos mas y otros menos, pero a la verdad todos somos pecadores y para recibir perdón debemos reconocer que hemos pecado.
1 Juan 1:8   Si dijéremos que no tenemos pecado, nos engañamos á nosotros mismos, y no hay verdad en nosotros.
En este contexto, podemos clasificar dos tipos de pecados, el que se hace contra Dios y el que se hace contra el prójimo. El pecado contra Dios incluye el pecado contra nuestro prójimo porque él o ella están hecho a la imagen de Dios, por lo tanto debemos de confesar "todas" nuestras faltas.
¿Ahora, a quien le confesamos, al Sacerdote o al Prójimo?
La Biblia enseña que la confesión se debe hacer primeramente a aquella persona a quien ofendimos con nuestra conducta (madre, padre, hermanos, amigos, etc.), no al padre o sacerdote; y luego a Dios en oración. ¡Eso es lo que la Biblia nos enseña! Antes de llegar a Dios a pedir perdón debemos de arreglar las cuentas con nuestros semejantes siempre y cuando sea posible. Además, hay dos factores que debemos considerar, primero: existen pecados que solo la persona conoce y no tiene porque comentarlos con otros; y segundo: hay pecados que cometemos aun sin darnos cuenta. El Salmista David le pedía perdón a Dios aun por aquellos pecados los cuales eran ocultos para él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario