sábado, 26 de enero de 2013

LOS DONES ESPIRITUALES (V) EL DON DE LA ENSEÑANZA


                                               EL DON DE LA ENSEÑANZA
Un don muy descuidado por la iglesia es el de la enseñanza. Con tantas escuelas dominicales que se quejan por la falta de maestros, cada creyente debería examinarse para ver si posee o no este don. El don de la enseñanza es la capacidad sobrenatural de enseñar y aplicar efectivamente la verdad de la Palabra de Dios. Jesús es el maestro de maestros (Mateo 4:23). El enseñaba a la gente con elementos de su propio ambiente, usando cosas sencillas que están a la mano: ovejas, vides, pájaros… y pasa de lo conocido a lo desconocido; ilustraba con parábolas, enseñó por medio del ejemplo.
Hay un don que con frecuencia acompaña al don de la enseñanza y es el don profético. Los dos dones se mencionan juntos en Hechos 5:42. En la iglesia de Antioquía había profetas y maestros (Hechos 13:1); dos de ellos, Pablo y Bernabé,  enseñaron y predicaron la Palabra de Dios  en ese lugar por mucho tiempo (Hechos 11:26; 15:35)
Pablo combinaba ambos dones (Hechos 28:30-31), y reunió a un grupo de hermanos alrededor suyo que le ayudaban para ese ministerio. En la Gran Comisión la iglesia recibe el mandamiento de enseñar (Mateo 28:20); Pablo y Bernabé estuvieron enseñando por todo un año a los hermanos en Antioquía (Hechos 11:26); en Corinto Pablo continuó enseñando la Palabra entre ellos durante un año y seis meses (Hechos 18:11). Otros ejemplos: (Hechos 19:10; 20:2). La aptitud para enseñar es un requisito fundamental que se requiere para el Pastor u Obispo (1 Timoteo 3:2). Apto para enseñar denota la capacidad, el potencial, la disposición, la voluntad, la actitud, la inclinación. En otras palabras, se refiere al don de la enseñanza. El crecimiento en el conocimiento exige el estudio de las grandes doctrinas de la fe acerca de Dios, Cristo, el Espíritu Santo, el hombre, la salvación, la iglesia, los ángeles, los demonios, Satanás, las Escrituras, la escatología(los sucesos futuros); para ello se requiere el estudio serio de las Escrituras, tanto del Antiguo como el Nuevo Testamento.
Para ayudar a los santos en el aprendizaje del don de Dios necesitamos creyentes con el don de la enseñanza. Los que tienen talento para la música pueden instruir por medio de ella (Colosenses 3:16); las mujeres deberían enseñar a los niños y a las mujeres más jóvenes (2 Timoteo 1:5; 3:14-15). La enseñanza es esencial para comunicar correctamente las instrucciones del Señor Jesús.
La nuestra es una fe razonada; la adoración exige facultades intelectuales (1 Corintios 14:15). Todo nuevo convertido debe saber que necesita una instrucción, y esa instrucción debe provenir de un conocimiento que procede de un cuerpo de verdad: LA BIBLIA.
La enseñanza es vital, central e indispensable en el progreso de la iglesia “mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento” (Oseas 4:6); es por eso que Dios en su sabiduría dotó a algunos con el don de la enseñanza, y como decía el apóstol Pablo, que el que posea ese don que lo dedique a la enseñanza (Romanos 12:7).-

No hay comentarios:

Publicar un comentario