viernes, 11 de enero de 2013

ESCUELA DOMINICAL


                                                            PROVERBIOS Capítulo 29.
SIN PROFECÍA EL PUEBLO SE DESENFRENA. V. 1. Aquí hay una advertencia muy sobria y clara. La falta de un verdadero arrepentimiento y la necedad en aceptar la culpa, conduce al hombre a una situación sin remedio. V. 2. Se resalta nuevamente la importancia de tener gobernantes justos; lo opuesto a ello lleva al pueblo a un sufrimiento constante. V. 3. La sabiduría que proviene de Dios produce satisfacción en los padres y previene a los hijos de las lujurias destructoras. V. 4. Los impuestos exagerados o las prebendas políticas empobrecen y destruyen al pueblo; un gobierno íntegro y juicioso da estabilidad al país. V. 5. La adulación debilita las defensas del ser humano exponiéndolo a la traición. V. 6. Quien trasgrede  las leyes de Dios recibe su merecido castigo, más el que vive en integridad tiene fiesta en su corazón. V. 7. La indiferencia a las necesidades del prójimo es un grave pecado; el insensato no entiende eso, el justo sí. V. 8. El burlador se caracteriza por la falta de disciplina, el carácter altivo y la manera de despreciar a los demás; va “echando leña” a la destrucción de la moral y las buenas costumbres. Los sabios y prudentes son capaces de “apagar” las pasiones y así, mostrar un buen testimonio de vida. V. 9. No es prudente para el sabio tener un altercado con el necio; siempre saldrá mal parado. Lo mejor es evitarlo. V. 10. Aquí vemos el contraste entre el bueno y el malo. El sanguinario odia al íntegro, el recto, sin embargo, busca el bien del hombre malo. V. 11. Sigue el pensamiento del versículo anterior. El necio no controla su “espíritu” sino que,   …suelta su ira. El sabio tiene control sobre las pasiones de su alma y calma sus impulsos. V.12. “Cuando llueve, todos se mojan” nuestros líderes dan el ejemplo a seguir al pueblo; éstos son ovejas que siguen a su “pastor”. V. 13. El pobre y el rico, el bueno y el malo, el necio y el sabio. Nadie tiene excusa delante del Señor; a todos se les “alumbra los ojos” para discernir lo moral de lo inmoral, lo que es bueno de lo que es malo. V. 14. La verdad, la trasparencia, la equidad, etc; son valores que ayudan a estabilizar a un gobierno. Para tenerlo en cuenta. V. 15. Los padres deben tener en cuenta el provecho de la debida corrección y la maldad que hay en la indulgencia indebida. El Señor nos ordena a ejercer el control sobre nuestros hijos a través de la disciplina verbal y el castigo físico. La vergüenza es el  fin de una “educación” con mucha licencia y sin ningún límite. V. 16. “Siéntate al costado del camino y verás pasar el cuerpo de tu enemigo” Así dice un refrán chino. Sugiere el arte de esperar y no consumirse por la maldad de los demás. “Espera en Jehová” dice un Salmo, y nos alienta a no desesperarnos por el aumento de la maldad en el mundo. V. 17. Un hijo bien disciplinado es un gozo para los padres. No se debe tolerar que los hijos vivan si corrección cuando se portan mal. V. 18. Un lugar sin Biblias ni ministros que propaguen los mandamientos del Señor es presa fácil para el aumento de la maldad y la destrucción de las almas. Se necesitan obreros fieles que alcen la voz para denunciar la maldad y la inmoralidad. V. 19. Las palabras son inútiles cuando el oído se cierra. La vara es ayuda en estos casos, pero lo esencial es un cambio de corazón que producirá un cambio en el carácter y la actitud. V. 20. Cuando el hombre es engreído, precipitado y dado a las rencillas, es de menos valor que el necio. V. 21. Cuando no se distingue un hijo de un siervo, al final ambos recibirán la misma herencia. V. 22. La furia y la ira son responsables de peleas y desatinos que después lo lamentamos. V. 23. La humildad es una escalera que conduce a la honra; la soberbia, sin embargo, es un tobogán que conduce al desastre. V. 24. “El cómplice y el ladrón, ambos van al paredón”. V. 25. El ser humano es traicionero, no es bueno confiar en ellos; por el contrario, confiar en Dios es negocio seguro. V. 26. No está mal buscar el favor de los gobernantes si no olvidamos que el soberano absoluto es Dios. V. 27. El justo aborrece los pecados del impío y evita su compañía; el impío no soporta la rectitud del justo. Lo que no debemos olvidar es que detrás del impío hay una familia que sufre, son dignos de lástima.-

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