domingo, 23 de diciembre de 2012

ESCUELA DOMINICAL


                                                PROVERBIOS Capítulo 27.
¿Quién podrá sostenerse delante de la envidia?  V. 1. La incertidumbre del futuro humilla al hombre sabio. No debemos pasar la noche temiendo el mañana, ni tampoco ufanarnos en nuestros proyectos. ¿Quieres hacer reír a Dios? Cuéntale tus planes. V. 2. El hombre que se acredita virtudes a sí mismo no es del agrado de los demás; es mejor esperar que otros reconozcan lo bueno que uno pueda llegar a hacer o tener. V. 3. Ya de por sí es difícil soportar al necio, ¡cuánto más si está furioso! V. 4. La envidia es el deseo de poseer lo que los demás tienen y es considerado más destructiva que otras pasiones del ser humano. V. 5. Un dicho reza así: “Bien me quieren mis vecinas, porque les digo las mentiras, y mal me quieren mis comadres porque les digo las verdades” Los sentimientos que no se expresan son oportunidades que se dejan pasar. Un “aprecio mucho lo que haces” o “me siento bien en tu compañía” harán que las relaciones personales se fortalezcan y fructifiquen. V. 6. El corazón sufre cuando ama, pero lo soporta sin quejarse, pero cuán despreciable es el que se aprovecha de los sentimientos ajenos; es como el “beso de Judas”, traicionero y falaz. V. 7. “Donde hay hambre, no hay pan duro” y “La mejor salsa del mundo es el hambre, los pobres siempre comen con gusto” Contrario a estos dichos, el que posee en abundancia las cosas, suele despreciar las bendiciones que le da el Señor. V. 8. El tener que dejar el hogar de los padres para hacer uno su propia vida, transmite un sentimiento de tristeza; tal ausencia produce sus traumas emocionales y a la larga la añoranza por aquella casa que siempre será “su hogar”. V. 9. Un buen amigo da buenos consejos, así, como el perfume o el ungüento causan satisfacción al hombre, un consejo oportuno produce el mismo efecto. V. 10. Los parientes son los parientes, los amigos son los amigos y los vecinos son los vecinos; no confundamos las cosas. En muchos casos, los amigos y los vecinos son de más valía que nuestra propia sangre; pero ni de unos ni de otros debemos aprovecharnos nunca. No seamos causa de fastidio a los demás. V. 11. El prestigio del hombre en la comunidad aumenta o disminuye según el éxito o el fracaso de sus hijos. V. 12. La prudencia nos aconseja evitar los lugares peligrosos donde nuestras fuerzas puedan verse superadas. V. 13. Se realza nuevamente el peligro al que nos exponemos cuando damos nuestro aval por otros o cuando le damos crédito a quien no conocemos bien; en ambos casos saldremos perjudicados. V. 14. El sentido común nos ayuda a discernir lo oportuno de lo inoportuno; en este caso la buena intención de bendecir es desacreditada por lo inapropiado de la hora. V. 15-16. La gotera y la mujer rencillosa tienen similitud en el carácter: son persistentes y difíciles de controlar. V. 17. La interacción entre dos personas ha de ayudar a aguzar (afinar) la relación, y así, se fortalecerán mutuamente. V. 18. Este es un proceso natural: Quien siembra ha de ser beneficiado en tiempos de la cosecha; de la misma manera el hombre que es diligente recogerá los resultados de su laboriosidad (Honra). V. 19. El carácter del hombre es un fiel reflejo de lo que él es en su corazón. V. 20. Para bien o para mal, el hombre es un ser curioso e insatisfecho; siempre quiere más. V. 21. Los elogios prueban el carácter del hombre; en la forma en que reaccionan podemos ver de qué madera está hecha. V. 22. Este versículo ilustra la insensatez del insensato. “Contra viento y marea” el insensato va a mantenerse insensato. V. 23-27. Aquí vemos una fotografía de la vida rural de la antigüedad. Se observa el valor superior del ganado sobre la riqueza. Por lo tanto, se dan distintas palabras para enumerar los animales y las plantas o hierbas. Se pone énfasis en el cuidado del ganado. Por lo tanto, se elaboran los beneficios del ganado, sus productos de vestido, de precio para la compra de un campo, de la leche, etc. Tristemente, muchas personas que van a la ciudad se convierten en los desempleados, los alcohólicos, y los criminales. Aquí encontramos un llamado a la vida decente y honrada.-

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