sábado, 15 de diciembre de 2012

DIVINA GRACIA


                                              DIVINA GRACIA
Los que somos por gracia: La mayor riqueza de la herencia recibida por la gracia de Dios consiste en que nos ha hecho ser algo que no éramos. Antes éramos enemigos de Dios, pero, ¡Aleluya! Ahora somos algo muy diferente, y a Dios le es manifiesto lo que somos.  Veamos:
1.       Sal (Mateo 5:13).
2.       Luz (Mateo 5:14-16).
3.       Vestido nuevo (Mateo 9.16).
4.       Odres nuevos (Mateo 9:17)
5.       Pámpanos (Juan 15:5)
6.       Vasos (2 Corintios 4:7).
7.       Labranza (1 Corintios 3:9).
8.       Nueva masa (1 Corintios 5:7).
9.       Grato olor (2 Corintios 2:14-16).
10.   Carta (2 Corintios 3:1)-
Lo que tenemos por gracia: No sólo hemos llegado a ser algo para Dios sino que, además, el Señor nos ha dado dádivas preciosas que adornan nuestras vidas. Tenemos en primer lugar:   La Palabra de Dios: Es la Palabra de Dios que creó y sustenta todas las cosas (Hebreos 1:3; 11:3); es la que produce el oír, que a su vez genera la fe (Romanos 10:17); es aquella que es Espíritu y Vida (Juan 6:63); y con la que el Señor santifica y lava a la iglesia (Efesios 5:26).
 Tenemos también la fe: Hoy a nosotros nos es dado a entender cuál es el camino para una fe templada y poderosa. Los discípulos dijeron, “auméntanos la fe” (Lucas 17:5-6). La fe no es un asunto de fabricación humana, la fe se nutre con las palabras de la fe (1 Timoteo 4:6). El Señor les dijo a los discípulos en otra ocasión. “Tened fe en Dios” (Marcos 11:22), pero, en realidad, la traducción exacta es: “Tened fe de Dios”; es la fe de Dios la única y verdadera fe. Es ésta, la que como dice Marcos 11:24, cree las cosas como ya hechas, para que lleguen a ser. Por eso, en varios pasajes se habla de la fe de Jesucristo y no de la fe en Jesucristo (Romanos 3:22, 26; Gálatas 2:16, 2:20; 3:22; Efesios 3:12; Filipenses 3:9).
Tenemos el amor de Dios: Este amor de Dios en Cristo que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado (Romanos 5:5). El amor que nos hace uno con el Padre y el Hijo, y es el que hace uno a los diversos miembros del cuerpo que es la iglesia. Tenemos la esperanza: Nosotros no teníamos ninguna esperanza, pero ahora tenemos una esperanza que no avergüenza. Nuestro Dios de esperanza, quien nos hace abundar en ella por el Espíritu Santo (Romanos15:33). Nuestra esperanza es Cristo mismo (Colosenses 1:27; 1 Timoteo 1:1). A su bendita Palabra, y a éstas tres excelsas virtudes del Espíritu Santo que nos ha sido dado, debemos agregar otras innumerables riquezas. Aunque vivimos como no teniendo nada, en realidad lo poseemos todo (2 Corintios 6:10). Lo primero que tenemos es al Padre, por lo cual podemos decir “Abba Padre” (Romanos 8:15), tenemos también al Hijo y tenemos vida (1 Juan 5:12); “tenemos la Unción del Santo, y conocemos todas las cosas “ (1 Juan 2:20); “tenemos las primicias del Espíritu” (Romanos 8:23); en Cristo “tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados” (Efesios 1:7); tenemos justicia y paz para con Dios (Romanos 5:1); tenemos “entrada al Padre” (Efesios 2:18); “tenemos abogado para con el Padre, a Jesucristo el Justo” (1 Juan 2:1); tenemos “un gran Sumo Sacerdote que se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos” (Hebreos 4:14; 8:1); “tenemos seguridad y acceso con confianza” al Padre (Efesios 3:12); tenemos “libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo” (Hebreos 10:19); por creer en Jesucristo tenemos vida eterna (Juan 5:24); en El también tenemos herencia en los cielos (Efesios 1:11; Hebreos 10:34); tenemos la libertad en Cristo Jesús (Gálatas 2:4); “tenemos conocimiento” de Dios (1 Corintios 8:1); “tenemos la mente de Cristo” (1 Corintios 2:16); tenemos “preciosas y grandísimas promesas” (2 Pedro 1:4); tenemos, tenemos, tenemos… y lo que tenemos hemos de retenerlo hasta que él venga.  En Cristo lo tenemos todo, TODOAsí es la gracia de Dios…Divina gracia!!

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