DIVINA GRACIA
Los que somos por gracia:
La mayor riqueza de la herencia recibida por la gracia de Dios consiste en que
nos ha hecho ser algo que no éramos. Antes éramos enemigos de Dios, pero,
¡Aleluya! Ahora somos algo muy diferente, y a Dios le es manifiesto lo que
somos. Veamos:
1. Sal
(Mateo 5:13).
2. Luz
(Mateo 5:14-16).
3. Vestido
nuevo (Mateo 9.16).
4. Odres
nuevos (Mateo 9:17)
5. Pámpanos
(Juan 15:5)
6. Vasos
(2 Corintios 4:7).
7. Labranza
(1 Corintios 3:9).
8. Nueva
masa (1 Corintios 5:7).
9. Grato olor (2 Corintios 2:14-16).
10.
Carta (2 Corintios 3:1)-
Lo que tenemos por gracia:
No sólo hemos llegado a ser algo para Dios sino que, además, el Señor nos ha
dado dádivas preciosas que adornan nuestras vidas. Tenemos en primer
lugar: La Palabra de Dios: Es
la Palabra de Dios que creó y sustenta todas las cosas (Hebreos 1:3; 11:3); es la que produce el oír, que a su vez genera
la fe (Romanos 10:17); es aquella
que es Espíritu y Vida (Juan 6:63);
y con la que el Señor santifica y lava a la iglesia (Efesios 5:26).
Tenemos también la
fe: Hoy a nosotros nos es dado a entender cuál es el camino para
una fe templada y poderosa. Los discípulos dijeron, “auméntanos la fe” (Lucas
17:5-6). La fe no es un asunto de fabricación humana, la fe se nutre con
las palabras de la fe (1 Timoteo 4:6).
El Señor les dijo a los discípulos en otra ocasión. “Tened fe en Dios” (Marcos
11:22), pero, en realidad, la traducción exacta es: “Tened fe de Dios”; es la fe de Dios la única y verdadera fe. Es
ésta, la que como dice Marcos 11:24,
cree las cosas como ya hechas, para que lleguen a ser. Por eso, en varios
pasajes se habla de la fe de Jesucristo y no de la fe en Jesucristo (Romanos 3:22, 26; Gálatas 2:16, 2:20; 3:22;
Efesios 3:12; Filipenses 3:9).
Tenemos el amor de Dios:
Este amor de Dios en Cristo que ha sido derramado en nuestros corazones por el
Espíritu Santo que nos fue dado (Romanos
5:5). El amor que nos hace uno con el Padre y el Hijo, y es el que hace uno
a los diversos miembros del cuerpo que es la iglesia. Tenemos la esperanza:
Nosotros no teníamos ninguna esperanza, pero ahora tenemos una esperanza que no
avergüenza. Nuestro Dios de esperanza, quien nos hace abundar en ella por el
Espíritu Santo (Romanos15:33).
Nuestra esperanza es Cristo mismo (Colosenses
1:27; 1 Timoteo 1:1). A su bendita Palabra, y a éstas tres excelsas
virtudes del Espíritu Santo que nos ha sido dado, debemos agregar otras
innumerables riquezas. Aunque vivimos como no teniendo nada, en realidad lo
poseemos todo (2 Corintios 6:10). Lo
primero que tenemos es al Padre, por lo cual podemos decir “Abba Padre” (Romanos 8:15), tenemos también al Hijo y tenemos vida (1 Juan 5:12); “tenemos la Unción del Santo, y conocemos todas las cosas “ (1 Juan 2:20); “tenemos las primicias del Espíritu” (Romanos 8:23); en Cristo “tenemos
redención por su sangre, el perdón de pecados” (Efesios 1:7); tenemos justicia y paz para con Dios (Romanos 5:1); tenemos “entrada al Padre” (Efesios 2:18); “tenemos
abogado para con el Padre, a Jesucristo el Justo” (1 Juan 2:1); tenemos “un
gran Sumo Sacerdote que se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los
cielos” (Hebreos 4:14; 8:1); “tenemos seguridad y acceso con confianza”
al Padre (Efesios 3:12); tenemos “libertad para entrar en el Lugar Santísimo
por la sangre de Jesucristo” (Hebreos
10:19); por creer en Jesucristo tenemos vida eterna (Juan 5:24); en El también tenemos herencia en los cielos (Efesios 1:11; Hebreos 10:34); tenemos
la libertad en Cristo Jesús (Gálatas 2:4);
“tenemos conocimiento” de Dios (1 Corintios 8:1); “tenemos la mente de Cristo” (1
Corintios 2:16); tenemos “preciosas
y grandísimas promesas” (2 Pedro 1:4);
tenemos, tenemos, tenemos… y lo que tenemos hemos de retenerlo hasta que él
venga. En Cristo lo tenemos todo, TODO…Así es la gracia de Dios…Divina gracia!!
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