Y renovaos en el espíritu de vuestra mente. —Efesios 4:23 En julio de 1969 estaba en Fort Benning, Georgia, entrenando para oficial del ejército de los Estados Unidos. La escuela de oficiales de infantería era intensa y exigente, con sólo escaso tiempo libre. Sorprendentemente, el 20 de julio por la tarde, se nos ordenó ir a la sala de estar de nuestro batallón para sentarnos frente a un aparato de televisión parpadeante donde simplemente nos dijeron: «Esto es historia». Asombrados, observamos al astronauta del Apolo XI, Neil Armstrong, convertirse en el primer ser humano en pisar la luna, y decir: «Este es un pequeño paso para el hombre; un gran salto para la humanidad». Se suspendió el acostumbrado toque de queda y permanecimos sentados hablando hasta tarde, no sólo de lo que habíamos presenciado, sino de la vida, de Dios y de la eternidad. La exigente rutina había sido interrumpida y nuestra atención se había trasladado hacia lo realmente importante. Todos necesitamos trasladar nuestro enfoque a diario. Mantener un tiempo a solas con Dios suele permitirnos dejar las exigentes labores, romper la rutina y concentrarnos en Él por medio de la Biblia y la oración. Nuestros pensamientos y acciones cambiarán al seguir las instrucciones de Pablo, que dice: «Renovaos en el espíritu de vuestra mente» (Efesios 4:23). Lo que parece un pequeño paso puede ser un gran salto en nuestro andar diario con Cristo. |
Escrito por: Editores de Nuestro Pan Diario
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"Divina Gracia" es una pagina de servicio al Señor Jesucristo, con miras a la difusión del Evangelio y la enseñanza bíblica, para la Salvación por medio de la fe en Cristo Jesús. Nos encontramos en la ciudad de Areguá-Caacupemi.
miércoles, 3 de octubre de 2012
Un pequeño paso; un gran salto
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