jueves, 24 de abril de 2014

ESCUELA DOMINICAL

                                                    LOS PROFETAS MENORES
                                                         ABDÍAS
                                                       Capítulo 1
El mensaje profético de Abdías va dirigido a un pueblo por demás orgulloso: EDOM. Cuando Israel caminaba hacia la tierra prometida no le permitió pasar por su territorio (Números 20:2).  Y cuando Jerusalén fue destruida, los edomitas permanecieron al margen de esta tragedia. Para colmo de males, Edom participó en el saqueo de Jerusalén por Nabucodonosor en el año 586 a.C. (Abdías 11). De la profecía de Abdías aprendemos lo siguiente;
1.      Dios está pendiente de su pueblo; sabe quien le hace daño y cuáles son las acciones de los enemigos de su pueblo.
A.      La violencia de Edom contra Israel (Vv. 10-11).
B.      La alegría de ver al pueblo de Dios derrotado (V. 12).
C.      La decisión de aliarse con el enemigo en contra de Israel (V.13).
D.      La saña contra los fugitivos (V.14).
2.      Nadie puede estar en contra de su pueblo sin que Dios se dé cuenta y tome las acciones de castigo (Vv.2, 18).
3.      Dios castiga el orgullo.
A.      Edom era orgulloso por su ubicación geográfica privilegiada “¿Quién me hará caer en tierra?” (V.3).
B.      Edom menospreciaba el poder de Dios (V.8).
C.      En el castigo de Edom se aplicó la “regla de oro” (Vv. 10, 15).
4.      Dios asegura la permanencia de su pueblo.
A. En el monte Sion (V.17a).
B. La herencia de Jacob será restituida (Vv.17b-20).
C. El pueblo de Dios está destinado a la victoria (V.21).
Después de la caída de Jerusalén los babilonios se volvieron en contra de Edom. El rey de Babilonia Nabónido (556-539 a.C.), dirigió una campaña contra Edom que destruyó la ciudad de Bosra y aceleró el proceso por el cual el reino edomita se desintegraría durante los siglos VI-V a.C. Así para los siglos IV-III a.C. Edom había desaparecido y un nuevo reino ocupó su lugar: El reino de los Nabateos.
Lo que no debió haber hecho Edom:
1.       No debió quedarse mirando a su hermano en desgracia.
2.       No debió alegrarse de su hermano en el día de su ruina.
3.       No debió hablar de más en la angustia de su hermano.
4.       No debió aprovecharse de la tragedia de su hermano para saquearle.
5.       No debió perseguir y destruir a los fugitivos.
6.       No debió entregar al enemigo a los sobrevivientes de su hermano Israel.
El pueblo de Israel es el pueblo escogido por Dios. Cualquiera que le haga daño recibirá el castigo de la ira de Dios porque, no lo olvidemos, el que toca a Israel ofende a Dios y el reino es y será siempre de Jehová el Señor (V.21).-


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