PROVERBIOS Capítulo 20
De
Jehová son los pasos del hombre. V. 1. Da pena ver a hombres que
en la vida cotidiana son respetados y admirados, quienes se degradan al punto de la
vergüenza, por causa del alcohol. V. 2. No provoques el enojo del más
fuerte, puede que no salgas bien parado de esa situación. V. 3. En las situaciones de
conflicto se ve la verdadera naturaleza del hombre. Muestra de qué madera está
hecha; si cede al instinto animal que hay en él o si deja a Dios la solución
del conflicto. V. 4. La cigarra canta durante el verano mientras la
hormiga llena sus depósitos de alimento; cuando llega el invierno y con ella el
hambre, la cigarra va junto a la hormiga a pedirle sustento y ésta le dice: “Si
en el verano te pasaste cantando, ahora, que llegó el invierno, es tiempo de
bailar”. V. 5. Hay
que esforzarse para alcanzar la sabiduría; para algunos está muy hondo y
desisten por el esfuerzo para obtenerla. V.
6. En general, el ser humano nunca pone las cosas malas de su vida o
carácter en su tarjeta de presentación, pero el íntegro no se jacta de lo que no
es o no posee; ¡ése es un hombre de verdad! V.
7. Los hombres justos dejan
un camino limpio y satisfactorio para que sus hijos anden en ella después de
él. V. 8. Cuando hemos de emitir un juicio de
opinión, debemos evitar el dañar a las personas; Dios está observando. V. 9.
La religión, que es obra del hombre, nunca ha podido limpiar al hombre de su
pecado; eso es obra de la gracia infinita de Dios. V. 10. El ser humano utiliza
muchas trampas para enriquecerse, pero el Señor desaprueba tales prácticas. V. 11. Los hijos son el
resultado de la enseñanza y ejemplo de los padres. V. 12. El oído fue hecho para
oír la voz de Dios y el ojo
para ver la senda por donde caminamos; honramos al Señor cuando lo hacemos de
esa manera. V. 13. Muchos
ricos empobrecen por causa de la pereza y muchos pobres tienen abundancia por
mantenerse alertas a las oportunidades que le brinda la vida. V. 14. El comprador regatea
hasta lo imposible para conseguir todo a menos precio y posteriormente se jacta
de su sagacidad. V. 15.
Existe en el mundo una gran variedad de piedras preciosas, algunas de gran
valor; en medio de todas ellas el saber guardar silencio es estimado como una
joya muy valiosa. V. 16.
El hijo de Dios nunca debe salir de garante a nadie, así se evita vergüenzas,
tanto suyas como ajenas. V. 17.
Toda acción genera una reacción. Uno no puede obrar mal y pretender quedar
impune. V. 18. Un buen
consejo y una sabia dirección ordenan los pensamientos del hombre para, de esa
manera, tomar decisiones correctas. V.
19. “Dime con quién andas y te diré quién eres”, aquí se
aplica ese refrán. V. 20.
El remordimiento es un torturador cruel y despiadado. Quién maltrata a sus
padres cae en manos de este siniestro personaje. V. 21. Quienes rápido
se enriquecen, rápido empobrecen. V. 22. Hay un dicho que reza así: “La
venganza es un plato que se sirve frio”, pero es mucho mejor dejarlo en
manos de Dios. V. 23. La
honestidad y la integridad son dos elementos que escasean en los negocios en la
actualidad; ambos son del agrado de Dios. V.
24. Por causa del pecado el hombre tiene distorsionado sus sentidos y eso
le hace errar; por ello necesitamos de nuestro Creador para que Él enderece
nuestro caminar. V. 25.
Aquí vemos cuán necesario es que el alma humana trabaje en armonía: La mente,
el corazón y la voluntad necesitan ponerse de acuerdo y eso se logra, solamente
con la guía del Espíritu del Señor. V.
26. Es mejor apartarse definitivamente de los hombres malos y sepultar su
memoria para siempre. V. 27.
Dios ha puesto en el ser humano un potente reflector que se llama espíritu, que
ilumina lo más profundo y oscuro del hombre. V. 28. La misericordia es
la vara; la verdad es el cayado, y la clemencia es la senda por donde debe
caminar el hombre de Dios. Son tres elementos indispensables en la vida del que
teme a Dios. V. 29. Los jóvenes encuentran en su fuerza el
motivo de su orgullo, en tanto que, los ancianos sabios se regocijan en la
abundancia de días que Dios les ha concedido. V.
30. La disciplina, en general es desagradable para quien lo recibe; pero en
muchas ocasiones produce un efecto restaurador y por ello es un excelente
bálsamo para curar muchos males del corazón.
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