domingo, 4 de noviembre de 2012

ESCUELA DOMINICAL


                                                       PROVERBIOS Capítulo 20

De Jehová son los pasos del hombre. V. 1. Da pena ver a hombres que en la vida cotidiana son respetados y admirados, quienes se  degradan al punto de la vergüenza, por causa del alcohol. V. 2. No provoques el enojo del más fuerte, puede que no salgas bien parado de esa situación. V. 3. En las situaciones de conflicto se ve la verdadera naturaleza del hombre. Muestra de qué madera está hecha; si cede al instinto animal que hay en él o si deja a Dios la solución del conflicto. V. 4. La cigarra canta durante el verano mientras la hormiga llena sus depósitos de alimento; cuando llega el invierno y con ella el hambre, la cigarra va junto a la hormiga a pedirle sustento y ésta le dice: “Si en el verano te pasaste cantando, ahora, que llegó el invierno, es tiempo de bailar”. V. 5. Hay que esforzarse para alcanzar la sabiduría; para algunos está muy hondo y desisten por el esfuerzo para obtenerla. V. 6. En general, el ser humano nunca pone las cosas malas de su vida o carácter en su tarjeta de presentación, pero el  íntegro no se jacta de lo que no es o no posee; ¡ése es un hombre de verdad! V. 7. Los hombres justos dejan un camino limpio y satisfactorio para que sus hijos anden en ella después de él. V. 8. Cuando hemos de emitir un juicio de opinión, debemos evitar el dañar a las personas; Dios está observando. V. 9. La religión, que es obra del hombre, nunca ha podido limpiar al hombre de su pecado; eso es obra de la gracia infinita de Dios. V. 10. El ser humano utiliza muchas trampas para enriquecerse, pero el Señor desaprueba tales prácticas. V. 11. Los hijos son el resultado de la enseñanza y ejemplo de los padres. V. 12. El oído fue hecho para oír la voz  de Dios y el ojo para ver la senda por donde caminamos; honramos al Señor cuando lo hacemos de esa manera. V. 13. Muchos ricos empobrecen por causa de la pereza y muchos pobres tienen abundancia por mantenerse alertas a las oportunidades que le brinda la vida. V. 14. El comprador regatea hasta lo imposible para conseguir todo a menos precio y posteriormente se jacta de su sagacidad. V. 15. Existe en el mundo una gran variedad de piedras preciosas, algunas de gran valor; en medio de todas ellas el saber guardar silencio es estimado como una joya muy valiosa. V. 16. El hijo de Dios nunca debe salir de garante a nadie, así se evita vergüenzas, tanto suyas como ajenas. V. 17. Toda acción genera una reacción. Uno no puede obrar mal y pretender quedar impune. V. 18. Un buen consejo y una sabia dirección ordenan los pensamientos del hombre para, de esa manera, tomar decisiones correctas. V. 19. “Dime con quién andas y te diré quién eres”, aquí se aplica ese refrán. V. 20. El remordimiento es un torturador cruel y despiadado. Quién maltrata a sus padres cae en manos de este siniestro personaje. V. 21. Quienes rápido se enriquecen, rápido empobrecen. V. 22. Hay un dicho que reza así: “La venganza es un plato que se sirve frio”, pero es mucho mejor dejarlo en manos de Dios. V. 23. La honestidad y la integridad son dos elementos que escasean en los negocios en la actualidad; ambos son del agrado de Dios. V. 24. Por causa del pecado el hombre tiene distorsionado sus sentidos y eso le hace errar; por ello necesitamos de nuestro Creador para que Él enderece nuestro caminar. V. 25. Aquí vemos cuán necesario es que el alma humana trabaje en armonía: La mente, el corazón y la voluntad necesitan ponerse de acuerdo y eso se logra, solamente con la guía del Espíritu del Señor. V. 26. Es mejor apartarse definitivamente de los hombres malos y sepultar su memoria para siempre. V. 27. Dios ha puesto en el ser humano un potente reflector que se llama espíritu, que ilumina lo más profundo y oscuro del hombre. V. 28. La misericordia es la vara; la verdad es el cayado, y la clemencia es la senda por donde debe caminar el hombre de Dios. Son tres elementos indispensables en la vida del que teme a Dios. V. 29. Los jóvenes encuentran en su fuerza el motivo de su orgullo, en tanto que, los ancianos sabios se regocijan en la abundancia de días que Dios les ha concedido. V. 30. La disciplina, en general es desagradable para quien lo recibe; pero en muchas ocasiones produce un efecto restaurador y por ello es un excelente bálsamo para curar muchos males del corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario