LA ORDENACIÓN DE UN MINISTRO
En las iglesias, en sus
diferentes denominaciones, la Ordenación
de un ministro se practica en forma diferente. En algunas congregaciones la
ceremonia es algo opcional ya que puede ser en privado e informal, pero el
sentido está presente. Es en una ceremonia, sea formal o informal, donde se introduce
a un hombre al ejercicio del ministerio espiritual. Algunos lo llaman “las ordenes
sagradas”; otros, “el santo ministerio”; otros “el ministerio
pastoral”; otros simplemente “el pastorado”.
Tanto en el Antiguo
Testamento como en el Nuevo Testamento encontramos antecedentes de la
ordenación. El verbo “ordenar”
proviene del latín “ordinare” que significa “arreglar”, “poner en orden”.
Con el tiempo vino a significar “designar o
nombrar para un cargo”.
Es necesario saber que hay
muchos vocablos que pueden ser traducidos por el verbo “ordenar”.
“Titemi” que se traduce por “poner”, “nombrar
o designar a alguien para algo” (Juan 15:16); “katistemi” que se traduce por “establecer” para un cargo vitalicio
(Tito 1:5;
Hebreos 5:1, 8:3); “tasso” se traduce por “estar
ordenado” (Hechos 13:48), este vocablo tiene que ver con
órdenes militares; “diatasso” que se traduce por “ordenar”, “disponer”
(Hechos 9:14,
10:42, 17:31); “cheirotoneo” que se traduce “constituyeron” ancianos (Hechos 14:23),
que literalmente significa “estirar las
manos”. Esto nos muestra
que este concepto es bien amplio, por tanto, tiene un amplio respaldo bíblico y
teológico.
DEFINICIÓN:
Ordenación es
el reconocimiento oficial por parte de la iglesia por la cual, soberanamente,
ha llamado, capacitado y constituido a un hombre como pastor en una iglesia.
En las iglesias
evangélicas, a diferencia de otras denominaciones, es un reconocimiento y no un sacramento. Cuando Pablo y Bernabé fueron llamados a la
labor misionera, no fueron llamados por la iglesia sino que la iglesia confirmó lo que Dios
había establecido. Samuel unge (un tipo de ordenación en el A.T.) a
Saúl como confirmación de la palabra de Dios que había dicho a Samuel que Saúl
iba a ser el rey. De igual manera sucedió con el rey David, Dios dijo que David
iba hacer rey y Samuel unge para confirmarlo. Cuando la iglesia ordena a un
hombre sólo está reconociendo lo que Dios ya hizo.
AHORA, ¿QUÉ DE LA IMPOSICIÓN DE MANOS?
EN EL ANTIGUO TESTAMENTO: Jacob impuso
las manos sobre los hijos de José para bendecirlos (Génesis 48). El sacerdote ponía
las manos sobre la víctima para cargar sobre ella el pecado del pueblo (Levítico. 1:4,
3:2, 4:4, 16:21). Los israelitas ponían sus manos sobre los levitas
en señal de identificación con el servicio que estaban por comenzar. (Números 8.10).
Moisés impuso las manos sobre Josué en señal de autoridad delante del pueblo (Números
27.18-23) y para comunicarle el poder espiritual (Deuteronomio
34.9).
EN EL NUEVO TESTAMENTO: Jesús impuso las manos para
transmitir poder (Mateo. 8:3, 8:15, 9:18) y para impartir
bendición (Mateo.
19:16-15; Lucas. 24:30).
Entre los discípulos se imponía las
manos: Primero para transmisión de poder, que solo era practicada por los apóstoles (Hechos
8:17, 19:6,
28:8 o por algún enviado especial como en 9:17); Segundo como aprobación e identificación en la obra. En este último
caso a veces intervinieron los apóstoles (6:6) o la congregación (13:3). Y este es el sentido del
resto de los libros donde se menciona la ordenación de un ministro.
EL PASTOR NECESITA EL RECONOCIMIENTO DE
LA IGLESIA.-
La ordenación es el
reconocimiento de que Dios ha dotado a ese hombre para ministrar en la iglesia.
Tenemos que saber que los pastores son constituidos por Cristo Jesús (Efesios 4:11. Ver
Efesios 1:22). El pastor debe ser ordenado, necesita el
reconocimiento de la iglesia.
LA ORDENACIÓN ES RECONOCIMIENTO DE
AUTORIDAD CONFERIDA:
Cristo Jesús confirió
autoridad a los apóstoles (Marcos. 3:14-15). Cristo confirió autoridad a
través de los apóstoles (Hechos 14:23). Cristo confiere autoridad a
través de la iglesia. La obra es de Cristo. La iglesia sólo es instrumental
dando reconocimiento, no hay ninguna implicación de que la autoridad provenga
de los apóstoles o de la iglesia.
LA ORDENACIÓN “CONFIERE” AUTORIDAD EN
DIVERSAS ESFERAS:
La iglesia desarrolla
confianza en su pastor, un grupo de hermanos maduros en la fe han inducido a su
pastor en el ministerio. El pastor recibe reconocimiento en el cuerpo de
Cristo. El pastor recibe reconocimiento en la comunidad. El pastor recibe
reconocimiento de las autoridades civiles.
LA ORDENACIÓN ES EL RECONOCIMIENTO DE
QUE EL PASTOR HA SIDO LLAMADO, CAPACITADO Y CONSTITUIDO POR DIOS:
El pastor antes debe ser
llamado, tener la convicción de Dios en su ser de que ha sido llamado por Dios
y no por hombres. Es un regalo de Dios para la iglesia (Efesios 4:11).
Es un hombre especialmente
dotado para servicio, dotado para la ministración de la palabra (Efesios 4:11),
dotado para enseñar (Hechos 20:20-21,27), para apacentar (Hechos 20:28),
para cuidar a la iglesia (Hechos 20:28), está dotado para dirigir (Hebreos 13:7,17).
LA ORDENACIÓN VA DE LA MANO CON LA MADUREZ MINISTERIAL
LA MADUREZ ES NECESARIA:
No debemos ordenar a un
neófito (1
Timoteo 3:6, 5:22). El ministro maduro evidencia cualidades (Gálatas 5:22;
Efesios 5:18; 1 Timoteo 3:1-7). La madurez cristiana es producto del
control del Espíritu Santo.
CONCLUSIÓN:
Los Doce fueron elegidos por Cristo
para estar muy cerca de él y para ser enviados a predicar (Marcos. 3.14). Pero no hay
mención alguna de una ceremonia de ordenación. Marcos dice que Jesús “estableció” (poieoμ), y Lucas que los “escogió” (eklegoμ)”
(Marcos.
3.14; Lucas. 6.13). Lucas nos dice que Jesús oró toda la noche antes
de hacer la selección. Pero no se menciona ninguna “ordenación”. Juan dice que el Señor resucitado sopló, y dijo: “Recibid el
Espíritu Santo” (Juan 20.22); esto se entiende del hecho de que
la Ordenación es una práctica de la
iglesia (Que estaba en formación en ese tiempo) y en el caso de los
apóstoles, fue el Señor mismo quien los escogió (Lucas 6.-13) y los comisionó (Mateo 28.19-20)
En el caso de Matías cuando ocupó el lugar de Judas dice en los Hechos de los
Apóstoles que echaron suertes, y cuando se supo que había sido elegido Matías fue
contado con los Doce (Hechos 1.26).
Los profetas y otros servidores del evangelio son llamados directamente por
Dios (Efesios
4.12) aquí la palabra “ministerio” se usa, desde luego,
para el servicio en sentido amplio). Pablo aconseja así a Timoteo: “No descuides el
don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las
manos del presbiterio” (1 Timoteo 4.14). Lo esencial en la ordenación
es el don divino, no hay nada que pueda remplazar a esto; pero hay también un
acto exterior, la imposición de las manos. Evidentemente, Pablo se esté
refiriendo a esta ceremonia cuando habla de la imposición de las manos a
Timoteo (2
Timoteo 1.6). Es probable que tengamos aquí otra referencia a la
misma ordenación en las palabras acerca de “las profecías que se hicieron antes en
cuanto a ti” (1 Timoteo 1.18).
La ordenación es siempre
un asunto solemne, las palabras “no impongas con ligereza las manos a ninguno”
(1 Timoteo
5.22) tienen el sentido de destacar este hecho..
La imposición de las manos es opcional: No hay que tomarlo como una ceremonia
imprescindible, ya que no es una ordenanza, sino una ceremonia de
reconocimiento. Aunque es importante reconocer públicamente a los nuevos
ministros por medio de una ceremonia de ordenación,
hay que entender que la imposición de manos no es un requisito imprescindible.
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