lunes, 10 de febrero de 2014

ESCUELA DOMINICAL

                                                 LOS PROFETAS MENORES
                                                        AMÓS       
                                                     Capítulo 7  
Vv. 1-6. Esta clase de plaga eran de los peores en el Medio Oriente (Ver Éxodo 10:12-15; y Joel 2:1-11). Es más, esta plaga atacó el cultivo después que el pueblo había entregado la primera siega, o sea, lo mejor, para el impuesto al rey para alimentar los caballos de la caballería real.  Amós intercede por el pueblo, no en base a sus méritos, sino debido a su debilidad como nación pequeña y sin recursos. Amós sabía que Dios los había rescatado de la esclavitud (Deuteronomio 7:7) y tenía mucha compasión por las viudas, los huérfanos y los pobres (Éxodo 22:21-27). El término “Arrepintió” de los versículos 3 y 6 (Najam), significa “Desistir, tener compasión, lamentar, cambiar de opinión”. En otras palabras, Dios desiste de aplicar a los israelitas el castigo bien merecido por su compasión como Padre.
Vv. 7-9. La idea es que Dios utiliza una plomada para medir la rectitud del edificio moral y religioso de la nación.; como resultado halló a la sociedad entera inclinada hacia la maldad. El edificio nacional va a caer debido a su inclinación al pecado en todos los niveles de la sociedad. Ante esa realidad el profeta ya no pudo seguir intercediendo; tuvo que resignarse a la sentencia divina: “¡No lo soportaré más!” Dios no pudo pasar por alto un pecado tan grave. Los santuarios y lugares del culto pagano iban a ser destruidos y y terminaría la dinastía de Jeroboam II.

Vv. 10-17. El sumo sacerdote Amasias de Bet-El, envía un emisario al rey para mal informar sobre Amós; Amasias creía que el profeta era una amenaza para el bien público Quizás haya sido por celos o por envidia hacia Amós para haber dicho: “La tierra no puede sufrir sus palabras” Es más, el sacerdote comunica al rey sobre una supuesta conspiración para derrocarlo; además, falsea la información al poner en boca del profeta que haya dicho que el rey moriría por la espada. Lo cierto es que Jeroboam II murió de causas naturales según 2 Reyes 14:29. Amasias se toma ciertas atribuciones, le dice a Amós que vuelva a su tierra y gane su dinero de sus compatriotas de Judá y que ya no profetice en Bet-El porque es “El santuario del rey y capital de su reino”. Como una persona enérgica e independiente como era, Amós le dijo a Amasias que él no era y nunca había sido “un profeta profesional” (1 Samuel 9:6-10; Miqueas 3:5-8, 11), ni tampoco miembro de un gremio  o sindicato de profetas (2 Reyes 2:3;  1 Samuel 10:5; 1 Reyes 22:6). El profeta enfatiza el punto de que él no era pobre; tenía propiedades, cultivos, ganados y otras ocupaciones y no necesitaba lucrar con su ministerio profético. Fue Dios mismo quien lo llamó a profetizar a la nación de Israel y él obedeció. El dialogo entre Amasias y el profeta Amós termina con una descripción del sufrimiento que le esperaba a la familia del sacerdote y una afirmación de la próxima invasión de parte del imperio asirio y el cautiverio de su población, cosa que se cumplió al pie de la letra en menos de 40 años (2 Reyes 17:23; 25:21).-

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