lunes, 10 de febrero de 2014

ESCUELA DOMINICAL

                                       LOS PROFETAS MENORES
                                                                                  AMÓS
                                                             Capítulo 5
Vv. 1-3. El profeta llama la atención de sus oyentes con un canto fúnebre sobre la nación empleando una metáfora; la de una virgen que murió siendo jovencita. Las personas  lo escuchaban atentamente para saber quien había muerto en su ciudad. ¡Enorme sorpresa se llevaron cuando Amós dijo que era la nación entera! !Israel ni siquiera había cumplido 200 años de vida nacional, y según Amós, su suerte ya había sido determinado¡. Algo de consuelo le queda al profeta el saber que un remanente va a sobrevivir el juicio divino sobre Israel. Aunque muchos habrán muerto, el diez por ciento perdurará para llevar la misión eterna de la nación.
Vv. 4-5. Amós le da un significado más profundo a la palabra “Buscar”. La idea es conocer personalmente a Dios, no solamente buscar sus favores materiales. Dios deseaba que lo buscasen como su Padre Celestial, y no solamente como el que concede favores y bendiciones especiales a sus hijos; en este contexto, “Vida” no significa “Existencia” sino la posesión de plena vitalidad, salud, buen nombre y prosperidad (Ver Deuteronomio 8:1)
Vv. 8-9. Este es un himno que resalta el poder de Dios,  tanto en la creación y en el mantenimiento del universo, como también ejercer este poder  para castigar a los pueblos que no lo reconocen como tal. El es el Creador de las estrellas y las grandes constelaciones y Administrador del horario del día y la noche (Ver Job 9:9; 38:31). ¡Jehová es su Nombre!
Vv. 10-15. Amós ataca duramente a los jueces que se dejaban comprar y que abusaban de su posición en la administración de la justicia. Estos jueces rechazaban la credibilidad de los testigos  y de todos los que decían la verdad. El noveno mandamiento dice:”No darás falso testimonio contra tu prójimo” (Éxodo 20:16) y su cumplimiento era esencial en la administración de la justicia, pero en Samaria era todo lo contrario: El juez más propenso al soborno era el más estimado. Según Deuteronomio 23:19 cobrar tributo sobre el trigo no era permitido. A pesar de esta ley los ricos se aprovechaban de los pobres cobrando tributo del grano que tenían para dar de comer a sus familias. Con su ganancia ilícita los nuevos ricos construyeron sus casas lujosas. El recibir soborno estaba prohibido por la Palabra de Dios, pero los jueces estaban siempre listos para esta práctica recibiéndola de cualquiera; estaban siempre dispuestos a que los pobres perdieran siempre su causa en los tribunales. El Señor vio estos actos tan inhumanos y los llamó pecados y rebeliones prometiendo pasar en medio del pueblo para castigar conductas tan contrarias a su Palabra.  El profeta introduce nuevamente el tema del Día de Jehová, pues, muchos anhelaban que llegue ese día porque desconocían su real significado. Amós les da una breve pero precisa aclaración y les orienta  a que deseen mejor que “…corra el juicio derecho como agua y la justicia como arroyo permanente”, es decir, que penetre  a todos los niveles de la sociedad  y a cada institución del estado. El pecado, tanto individual como colectivo, ha servido para como una represa maligna que impide el libre movimiento de la justicia en medio de la sociedad. Israel era una nación religiosa, pero “SU” religión le empujaba hacia los ídolos y producía en ellos insensibilidad hacia el prójimo. Olvidaban por tanto o más esencial: que las ceremonias religiosas carecen de valor si los que las realizan olvidan la justicia y la honradez en su trato con sus semejantes.











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