LOS
PROFETAS MENORES
AMÓS
Capítulo 5
Vv. 1-3. El profeta llama la atención de sus
oyentes con un canto fúnebre sobre la nación empleando una metáfora; la de una
virgen que murió siendo jovencita. Las personas lo escuchaban atentamente para
saber quien había muerto en su ciudad. ¡Enorme sorpresa se llevaron cuando Amós dijo que era la nación entera! !Israel ni
siquiera había cumplido 200 años de
vida nacional, y según Amós, su suerte ya había sido determinado¡.
Algo de consuelo le queda al profeta el saber que un remanente va a sobrevivir
el juicio divino sobre Israel. Aunque muchos habrán muerto, el diez
por ciento perdurará para llevar la misión eterna de la nación.
Vv. 4-5. Amós le da un significado más profundo a la
palabra “Buscar”. La idea es conocer personalmente a Dios,
no solamente buscar sus favores materiales. Dios deseaba que lo buscasen
como su Padre
Celestial, y no solamente como el que concede favores y bendiciones
especiales a sus hijos; en este contexto, “Vida” no significa “Existencia”
sino la posesión de plena vitalidad, salud, buen nombre y prosperidad (Ver Deuteronomio
8:1)
Vv. 8-9. Este es un himno que resalta el poder
de Dios, tanto en la creación y en el mantenimiento
del universo, como también ejercer este poder
para castigar a los pueblos que no lo reconocen como tal. El es
el Creador
de las estrellas y las grandes constelaciones y Administrador del horario del
día y la noche (Ver Job 9:9; 38:31). ¡Jehová es su Nombre!
Vv. 10-15. Amós ataca duramente a los
jueces que se dejaban comprar y que abusaban de su posición en la
administración de la justicia. Estos jueces rechazaban la credibilidad de los
testigos y de todos los que decían la
verdad. El noveno mandamiento dice:”No darás falso testimonio contra tu prójimo”
(Éxodo 20:16)
y su cumplimiento era esencial en la administración de la justicia, pero en Samaria
era todo lo contrario: El juez más propenso al soborno era el más estimado. Según
Deuteronomio
23:19 cobrar tributo sobre el trigo no era permitido. A pesar de
esta ley los ricos se aprovechaban de los pobres cobrando tributo del grano que
tenían para dar de comer a sus familias. Con su ganancia ilícita los nuevos
ricos construyeron sus casas lujosas. El recibir soborno estaba prohibido por
la Palabra
de Dios, pero los jueces estaban siempre listos para esta práctica
recibiéndola de cualquiera; estaban siempre dispuestos a que los pobres
perdieran siempre su causa en los tribunales. El Señor vio estos actos tan
inhumanos y los llamó pecados y rebeliones prometiendo pasar en medio del
pueblo para castigar conductas tan contrarias a su Palabra. El profeta introduce nuevamente el tema del Día de Jehová, pues, muchos anhelaban que llegue ese día porque
desconocían su real significado. Amós les da una breve pero precisa aclaración
y les orienta a que deseen mejor que “…corra el
juicio derecho como agua y la justicia como arroyo permanente”, es
decir, que penetre a todos los niveles
de la sociedad y a cada institución del estado.
El pecado, tanto individual como colectivo, ha servido para como una represa
maligna que impide el libre movimiento de la justicia en medio de la sociedad. Israel
era una nación religiosa, pero “SU”
religión le empujaba hacia los ídolos y producía en ellos insensibilidad hacia
el prójimo. Olvidaban por tanto o más esencial: que las ceremonias religiosas
carecen de valor si los que las realizan olvidan la justicia y la honradez en
su trato con sus semejantes.
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