LA IMPECABILIDAD DE CRISTO
El Hijo de Dios se hizo hombre (Juan 1:14). ÉL fue tan humano como nosotros, con una importante diferencia: ÉL era un Hombre perfecto, mientras que
nosotros somos hombres pecadores. ÉL era
perfectamente justo, santo y sin pecado. ÉL
fue la única excepción de Romanos 3:10 (ninguno de nosotros es justo, pero Él lo fue). ÉL fue la única excepción de Romanos 3:12 (ninguno de nosotros es bueno, pero ÉL lo fue). ÉL fue la única excepción de Romanos 3:23 (ninguno de nosotros es sin pecado,
pero ÉL lo era).
Es muy difícil para nosotros entender que haya un hombre sin
pecado. ¿Has conocido a alguien así? ______ Comemos con gente pecadora, vivimos
con gente pecadora, vamos al colegio con gente pecadora, y conversamos con
gente pecadora. Es muy difícil imaginar cómo es un hombre sin pecado – alguien
que nunca tiene un mal pensamiento, alguien que nunca se enoja indebidamente, alguien
que nunca miente, alguien que nunca es egoísta, y alguien que nunca piensa,
dice o hace algo malo. Jamás hemos visto a alguien así, y sin embargo, hubo un
hombre perfecto que una vez caminó sobre la tierra –el hombre Jesucristo.
¿Cómo sabemos que Jesucristo era un hombre sin pecado? ¿Cómo
sabemos que Él jamás cometió un acto
pecaminoso en toda Su vida? ¿Cómo sabemos que ÉL no hizo ningún mal, no dijo nada malo y nunca pensó mal? ¿Cómo
sabemos que ÉL fue perfecto, santo y
justo?
El Testimonio De Sus Amigos
¿Fue Jesús realmente sin pecado? Preguntemos a quienes lo
conocieron mejor.
Tomemos a Pedro. Él fue uno de los doce discípulos. Estuvo
con el Señor por varios años. El vivió con Jesús, habló con Jesús, viajó con
Jesús, y comió con Jesús. Si alguien conoció a Jesús, ese fue Pedro. El tenía
toda la oportunidad para observar al Señor, observar cómo vivía, y escuchar las
cosas que ÉL decía. Si alguna vez Jesús hubiese estado de mal humor o se
hubiese enojado, Pedro lo habría sabido. Si Jesús hubiese tenido defectos como
los otros hombres, Pedro lo hubiese notado. ¿No es verdad que los miembros de
nuestra familia y aquellos que mejor nos conocen son los que están más
conscientes de nuestras faltas y fracasos? Si hubo alguien que supo cómo vivió
Jesús, ese fue Pedro.
¿Qué dijo Pedro de Jesús? ¿Acaso dijo, “Jesús fue un gran Hombre de
Dios, pero ÉL tenía algunas pequeñas fallas. ÉL fue el mejor Hombre que jamás
vivió, pero ÉL no era perfecto”?
Pedro es quien escribió el libro de 1 Pedro. En 1 Pedro 2:22 Pedro dice que Jesús “no hizo
_______________ ni se halló engaño en Su _________.” ¡Qué
declaración tan sorprendente! Pedro jamás vio al Señor cometer un pecado y
nunca escuchó que el Señor dijera algo equivocado. Podemos estar seguros que
Pedro vio al Señor hacer muchas cosas y escuchó al Señor decir muchas cosas,
pero Pedro pudo decir, “ÉL NO PECÓ”.
En 1 Pedro 1:19, Cristo es descrito como “un Cordero sin
__________ y sin ________________.” ¡Jesucristo es el perfecto
Cordero de Dios! En los tiempos del Antiguo
Testamento, cuando los hijos de Israel presentaban un animal en sacrificio,
éste tenía que ser SIN DEFECTO (ver Levítico 1:3,10;
Éxodo 12:5). La impecabilidad era importante, porque estos animales
estaban representando la perfección del Hijo del Hombre que se ofrecería a Sí Mismo como el sacrificio perfecto (Hebreos 9:14).
¡ÉL era el Salvador sin pecado que murió para salvar a hombres pecadores!
Pedro tiene más que decir. En 1 Pedro 3:18, leemos que Cristo
sufrió una vez por los pecados, el JUSTO
(Jesús)
por los INJUSTOS (nosotros),
para que ÉL (el Justo) pudiera
llevarnos a nosotros (los injustos) a Dios. Cristo, el JUSTO, murió por los hombres INJUSTOS (pecadores). AQUEL que es sin pecado, murió por
aquellos que tienen pecado. ¡Aleluya! ¡Qué Salvador!
En Hechos 3:14, Pedro está predicando a un grupo de
judíos. Notemos cómo describe a Jesús:”Mas vosotros negasteis al ____________ y al
___________.” De acuerdo con Pedro, Jesús era SANTO (completamente apartado y separado de todo lo que fuera
pecado) y JUSTO.
Por lo tanto, de acuerdo con un hombre que conoció muy bien
al Señor, Jesús no pecó; ÉL nunca
pecó con Sus labios, ÉL era justo y
santo y era el Cordero de Dios perfecto, sin mancha y sin contaminación.
Juan fue otro de los discípulos del Señor. De muchas
maneras, él estuvo aún más cerca del Señor que Pedro. El fue el discípulo que
se reclinó en el regazo de Jesús (ver Juan 13:23). Si hubo alguien que realmente conoció
al Señor, ese fue Juan.
¿Qué dijo Juan acerca de Jesús? En 1 Juan 3:5 leemos, “Y sabéis que ÉL
apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en ÉL”. ¡NO HAY PECADO en ÉL! En ÉL no hay ni
un solo pecado. ¿Quién dijo eso? Un hombre que conoció muy bien a Jesús.
El Testimonio De Sus Enemigos
Alguien podría decir, “No es justo preguntar a los amigos de Jesús
sobre la clase de vida que ÉL llevó. Pueden haber dicho cosas buenas e ÉL para
proteger Su reputación, o quizás ellos quisieron decir cosas que le hicieran
aparecer como justo, aunque sabían que en realidad no lo era.” Bien,
para estar seguros sobre esta materia, preguntemos a algunas personas que no
eran Sus amigos.
Tomemos a Judas, el hombre que traicionó a Jesús. En Mateo 27:4
Judas dijo, “He
entregado sangre _______________”. Judas sabía que él era culpable
(“he pecado”), pero que Jesús era
inocente (ÉL nunca pecó).
Consideremos a Poncio Pilatos, que fue el juez ante quien
estuvo Jesús. ¿Cuál fue el VEREDICTO de
Pilatos en cuanto a Jesús? ¿Decidió que Jesús era una PERSONA CULPABLE o que era una PERSONA
JUSTA (Mateo
27:24)? ______________________ Cuando Pilatos examinó a Jesús,
¿encontró alguna falta en este Hombre (Juan 19:4)? _____ También la esposa de Pilatos
supo algo de Jesús por un sueño que tuvo. ¿Qué clase de Hombre pensó ella que
era Jesús (Mateo
27:19)? ________
Consideremos al criminal que murió junto a Jesús. Éste
hombre se había burlado de Jesús (Mateo 27:44), pero mientras observaba a Jesús
muriendo, algo le sucedió que le hizo cambiar de parecer. A veces puedes
aprender mucho acerca de una persona observándola morir. Este criminal observó
a Jesús en las últimas horas de Su vida. ¿Qué pensó este hombre de Jesús (Lucas 23:41)?
El dijo, “este
hombre ______________ mal hizo”. En otras palabras, él estaba
diciendo, “yo estoy recibiendo lo que merezco porque soy un criminal culpable que
merece morir, pero este hombre no merece morir, porque ÉL no ha cometido ningún
crimen y no ha hecho nada malo.” Había otro hombre observando morir a
Jesús. ¿Qué pensó él de Jesús (Mateo 27:54)?
_____________________________
______________________________
¡Hasta los demonios saben qué clase de persona era Jesús! En
Lucas 4:33-34,
un demonio inmundo e impío gritó y dijo, “Yo te conozco quién eres, el __________ de ________.”
Los enemigos del Señor habrían estado felices de encontrar
algún pecado en Su vida. Siempre estaban tratando de encontrar algo de lo cual
culparlo, pero no podían encontrar nada. ¡ÉL era impecable! Era como si alguien
quisiera golpear a su enemigo en la cabeza con una sartén, pero al tratar de
hacerlo, se encontrara con que la sartén no tiene mango para asirla. Jesús no
daba un mango a sus enemigos. No había pecado o falta en Su vida que ellos
pudieran haber usado en Su contra.
Un día Jesús desafió a Sus enemigos. ÉL dijo, “¿Quién de
vosotros me redarguye de pecado?” (Juan 8:46). “¿Quién de vosotros puede
encontrarme culpable de pecado?” ¡Ninguno dijo una palabra! Comparar Juan 8:7-11.
Más adelante, cuando Jesús fue arrestado y llevado a juicio, Sus enemigos
tuvieron gran dificultad para encontrar personas que testificaran en Su contra
(ver Mateo
26:59-60). Nadie quería hablar de los crímenes que había cometido,
puesto que ¡ÉL no había cometido NINGUNO!
El Testimonio De Jesús Mismo
A menudo yo puedo ocultar mis faltas ante a los demás, pero
no puedo ocultarlos ante mí mismo. Otros pueden no saber que estoy pensando
cosas malas, pero yo sí lo sé. Otros pueden no ver lo que hago en la privacidad
de mi alcoba, pero yo conozco todos mis pecados. Otros pueden pensar que
estamos viviendo correctamente y bien, pero nosotros sabemos la verdad acerca
de nosotros. ¿Qué dijo Jesús de SÍ MISMO?
¿Acaso dijo, “Todos creen que no tengo pecados, pero si sólo pudieran conocerme
mejor, se darían cuenta que yo también tengo problemas con el pecado”?
No, Jesús nunca dijo algo como eso. En realidad, dijo todo lo contrario.
En Juan 8:29, Jesús hizo una sorprendente declaración.
ÉL dijo, “Yo
_____________ hago lo que le (al Padre) _________________”.
¿Cuántos de nosotros podríamos decir eso? Quizás podríamos decir, “A VECES hago las cosas que Le agradan”,
pero Jesús dijo “SIEMPRE”. Jamás
hubo un momento en que Jesús no haya complacido a Dios el Padre.
El Testimonio de Dios El Padre
Jesús dijo que ÉL siempre
hacía aquellas cosas que agradaban al Padre. ¿Estaba de acuerdo el Padre con
esta declaración? En Mateo 3:17, en el bautismo de Jesús, el Padre
habló desde el cielo y dijo, “Este es mi Hijo amado, en quien tengo
______________________.”
Jesús tenía como 30 años cuando fueron dichas estas
palabras. Dios nos dice muy poco en la Biblia acerca de esos primeros 30 años.
¿Cómo fue la infancia de Jesús? ¿Cómo fue Su adolescencia? ¿Qué de Su juventud?
Se dice muy poco. Jesús enfrentó muchas tentaciones creciendo en esa corrupta
ciudad de Nazaret. ¿Pecó alguna vez? ÉL creció en compañía de hermanos y
hermanas pecadores. ¿Alguna vez discutió o peleó con ellos? ¿Cuál fue el veredicto
del Dios santo cuando se completaron esos primeros 30 años? Cuando el Padre
pasó revista a los primeros 30 años de la vida de Jesús, ¡ÉL ESTABA COMPLACIDO! Como niño, como adolescente, como joven,
Jesús hizo siempre hizo solamente las cosas que agradaban al Padre.
El Testimonio De Dios El Espíritu Santo
El Espíritu Santo es el verdadero Autor de la Biblia. ÉL es
Aquel que movió de tal manera a los escritores de la Biblia para que
escribiesen sólo lo que Dios quería que escribieran (ver 2 Pedro 1:21). Veamos a lo que el
Espíritu Santo guió a los escritores de la Biblia a decir sobre la
impecabilidad de Cristo:
1. Isaías 53:9. Este versículo nos dice
que Jesús (el Mesías) actuó bien (SIN
M______________) y habló bien (SIN E_________________).
2. 2 Corintios 5:21. Jesús n__ conoció
p_______________. ¡Qué diferente es Jesús de nosotros! Nosotros
conocemos el pecado (y lo hemos practicado personalmente) demasiado bien, pero
nuestro bendito Señor no tuvo absolutamente ninguna relación personal con el
pecado.
3. Hebreos 4:15. Jesús fue s____
p_______________. ÉL fue realmente tentado, pero ÉL siempre venció la tentación.
4. Hebreos 7:26. Nuestro Gran Sumo
Sacerdote es descrito como S________, inocente, sin mancha, apartado de los
__________________. Nosotros estamos manchados con el pecado, pero
nuestro impecable Señor no. Jesús estuvo con pecadores, comió con pecadores y
aún tocó a pecadores, pero ÉL era
completamente APARTADO DE LOS PECADORES.
ÉL estaba con ellos, pero ÉL no era como ellos.
5. Lucas 1:35. El niño que nacería de
María es descrito aquí por el Espíritu Santo como “el ___________ Ser. Jesús fue
el único hombre que no nació con una naturaleza pecaminosa. La naturaleza
pecaminosa es transferida de padre a hijo, y Jesús fue el único hombre que no
tuvo un padre pecador, de modo que no heredó la naturaleza pecaminosa de Adán. ÉL fue el Santo de Dios.
Jesús Fue Todo Lo Que Un Hombre Debiera Ser
Cuando Dios creó al hombre, ¿qué propósito tenía Dios para
el hombre? Dios creó a Adán, pero Adán fue arruinado por el pecado y nunca
llegó a ser todo lo que Dios quería que fuese. Aún el hombre más grande y
piadoso que haya vivido ha fallado en ser todo lo que Dios quería que fuese.
Noé se embriagó, Moisés tuvo sus fallas, David tuvo sus altos y bajos y aún
cometió adulterio. De algún modo nos desilusionamos de las vidas de los más
grandes hombres.
¿Cómo es el hombre ideal? El hombre Jesucristo es y fue todo
lo que un hombre debiera ser. Podemos aprender de Moisés y Josué y Daniel y
Pedro y Pablo, pero de algún modo nos desilusionaremos de sus faltas e
imperfecciones. Si miramos al hombre Jesucristo, ¡jamás nos desilusionaremos! ¡ÉL es todo lo que un hombre debiera
ser! ¡ÉL es el ejemplo perfecto de
hombre!
Tal Como ÉL Anduvo, Así Deberíamos Andar
Nosotros
En 1 Juan 2:6, encontramos algo sorprendente. La
Biblia dice que la persona que permanece en Cristo, debe andar como ÉL
_______________. ¿Cómo anduvo Jesucristo? ÉL anduvo en santidad. ÉL
anduvo por la senda de la rectitud y no por la senda del pecado. Hemos de andar
como ÉL anduvo. Hemos de vivir como ÉL vivió. ÉL es nuestro ejemplo
perfecto.
¿Cómo puede un pecador vivir y caminar como el impecable
Cristo? Esto es imposible. Ningún hombre puede hacerlo. Sin embargo, mientras
confiamos en Dios, ÉL puede hacer
posible lo imposible. El Señor Jesús quiere vivir Su vida perfecta en nosotros.
ÉL nos ha dado el Espíritu Santo para hacerlo posible.
Cuando Jesús caminó en esta tierra, ÉL nos mostró cómo debía caminar el hombre. Jesús estaba siempre
lleno del Espíritu Santo. Jesús siempre anduvo en completa dependencia de Dios.
Nosotros también deberíamos andar de esta manera. Por cuanto Jesús, como
hombre, pudo y logró triunfar sobre cada tentación que cruzó Su camino, también
lo podemos nosotros. Porque Jesús tuvo victoria sobre el pecado, también
podemos nosotros. Porque Él fue un
triunfador, también podemos serlo nosotros.
“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no
_______________” (1 Juan 2:1). Jesús
no pecó. Dios nos ha dado Su preciosa Palabra para que no pequemos, y si
hubiéremos pecado, sabemos que tenemos un Salvador fiel en el cielo que sabe lo
que es ser tentado (Hebreos 4:15) y que conoce lo que es la tentación
y el pecado. En el próximo capítulo buscaremos entender mejor lo que es
realmente el pecado.
Culpables, viles y sin esperanza somos,
Cordero de Dios sin mancha fue ÉL;
¡Completa expiación! ¿Puede eso ser?
¡Aleluya! ¡Qué Salvador!
LA
IMPECABILIDAD DE CRISTO
APÉNDICE
Definiciones:
Impecabilidad
= incapaz de pecar, era imposible que Cristo pecara.
Pecabilidad
= capaz de pecar, Cristo podría haber pecado (aunque
no lo hizo). Existía la posibilidad de que Cristo pecara.
Pregunta clave:
¿PODRÍA
HABER PECADO JESÚS?
Los que creen en la impecabilidad dirían que NO. Jesús NO PODRÍA HABER PECADO.
Los que no creen en la impecabilidad dicen que JESÚS PODRÍA HABER PECADO (aunque
reconocen enfáticamente que Cristo no pecó).
En cuanto a la doctrina de la impecabilidad de Cristo, ambos
grupos estarían de acuerdo. Jesucristo fue absolutamente INMACULADO.
Estamos completamente convencidos que el Señor Jesucristo,
el santo Dios-Hombre, no podía
pecar. ÉL era absolutamente
impecable. Pensemos en este importante enunciado.
¿Por qué algunas personas piensan que Cristo podría haber
pecado? Considere Hebreos 4:15. Nuestro benevolente gran Sumo
Sacerdote “fue
TENTADO en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.” ¿Fue
Cristo tentado realmente? ¿Su tentación fue una farsa o fue real? La Biblia
deja muy claro en este y en otros pasajes que Cristo fue tentado realmente. Ver
también Hebreos
2:18 y Mateo capítulo 4:1-11 (la tentación de Cristo por
el diablo).
Los que enseñan que Cristo podría haber pecado están
convencidos que la tentación de Cristo fue real (tal como lo enseña la Biblia).
Ellos creen que como hombre Jesús fue tentado en todo tal como nosotros, pero
sin pecado. Ellos creen que VERDADERA
TENTACIÓN implica la posibilidad de pecar. Si fuera imposible pecar,
razonan ellos, ¿entonces cómo alguien podría ser realmente tentado?
Ellos pueden usar una ilustración como la siguiente: si
estacionas un automóvil muy valioso enfrente de tu casa, guardas las llaves y
dices a un joven que no lo mueva, él no podría estar tentado a hacerlo. El no
podría hacerlo, aunque quisiera. No está enfrentando una real tentación.
Los que creen en la impecabilidad (que Cristo no podía
pecar) responden con su propia ilustración.
Consideremos lo
siguiente:
¿Puede un bote a remos conquistar un buque de guerra?
Probablemente estaríamos todos de acuerdo en que esto es imposible. Sin
embargo, ¿puede un bote a remos atacar a un buque de guerra? SÍ. No tendría mucho sentido, pero se
podría hacer. En otras palabras, Cristo puede ser atacado, ÉL puede ser realmente tentado, aunque es imposible que ÉL sea vencido.
Supongamos que un fuerte ha sido construido y fortificado de
tal manera que no pudiera ser derribado. ¿Puede la gente tratar de atacarlo de
todos modos? ¿Es correcto decir que puesto que un ejército no puede ser
derrotado, no puede ser atacado? Cuando los hijos de Israel andaban bien con
Dios, ellos eran invencibles y no podían ser derrotados, pero ellos podían ser
atacados, de hecho lo fueron, y siempre ganaron todas las batallas cuando
andaban bien con Dios.
Consideremos ahora dos de los argumentos más comunes que se
usan para la impecabilidad:
1) Argumento
#1—JESÚS
ES DIOS Y DIOS NO PUEDE PECAR, POR LO TANTO, JESÚS NO PODÍA PECAR
Decir que Dios, Aquel
que es el MÁS SANTO DE TODOS, podría
pecar es impensable. Si Dios pudiera pecar, dejaría de ser santo (y la SANTIDAD es uno de Sus atributos
fundamentales), sí, dejaría de ser Dios. Decir que Dios podría pecar es tan
blasfemo como decir que Dios podría mentir o que Dios podría quebrantar Su
promesa o que Dios podría negarse a Sí
Mismo o que Dios podría ser infiel o que Dios podría fallar. ¡Perezca ese
pensamiento!
Los que argumentan que Cristo podría haber pecado, pueden
usar el siguiente razonamiento: Jesús era Dios y Dios no puede pecar; por lo
tanto, Jesús no podría haber pecado. Pero considere lo siguiente: Jesús era
Dios y Dios nunca se adormecerá ni dormirá (Salmo 121:4), por lo tanto, Jesús no
podía adormecerse ni dormir. Pero, como hombre, Jesús sí durmió. Jesús era Dios
y Dios nunca se cansa; por lo tanto, Jesús nunca se cansó (Isaías 40:28). Pero, Jesús estuvo
cansado (Juan
4:6). Jesús era Dios y Dios no puede ser tentado (Santiago 1:13),
por lo tanto, Jesús no podía ser tentado. Pero la Biblia dice que el Hombre
Cristo Jesús fue tentado (Hebreos 4:15). Jesús es Dios y Dios no puede morir
(ÉL es el Único Inmortal, Aquel que vive siempre); por lo tanto, Jesús no
podía morir. Pero Jesús murió (Juan 19:33). ES
UN HECHO QUE JESÚS, AL HACERSE HOMBRE, HIZO CIERTAS COSAS QUE DIOS NO PUEDE
HACER.
Debemos observar que dormir o estar cansado es muy diferente
que pecar (transgredir los mandamientos de Dios). Es cierto que la encarnación
hizo posible que Dios muriera para procurar salvación para nuestra raza
pecaminosa, pero no hizo posible que ÉL
pecara. Es cierto que hay ciertas cosas que el Dios-Hombre pudo hacer (debido a su naturaleza humana) que Dios no
puede hacer, pero pecar no es una de ellas.
2) Argumento
#2—JESÚS NO TENÍA UNA NATURALEZA
PECAMINOSA, POR LO TANTO ÉL NO PODÍA PECAR
Los que enseñan que Cristo podría haber pecado, podrían
aludir al hecho que Adán no tenía una naturaleza pecaminosa, pero Adán podía
pecar y lo hizo. Esta enseñanza refleja una falta de comprensión de que la
humanidad de Adán no era una humanidad santa, como la de nuestro Señor, sino
simplemente inocente; y que Adán no tomó, como el Hijo de Dios, santa humanidad
en unión con Su divina Persona. El inocente Adán estaba en peligro de pecar y
pasando el tiempo, el pecó, pero el santo Hijo de Dios nunca estuvo en peligro
de pecar.
Los que niegan la impecabilidad de Cristo también pueden
aludir a Satanás y a la tentación de Cristo (ver Mateo 4:1-11). Satanás no pierde el
tiempo tratando de tentar a Dios el Padre o a Dios el Espíritu Santo, pero
cuando Dios se hizo hombre, ÉL fue
tentado por el diablo. Satanás trató de hacer que Cristo pecara. Si Cristo
hubiese hecho lo que Satanás quería que ÉL
hiciera, ÉL habría pecado. Por
ejemplo, si Cristo se hubiese inclinado y hubiese adorado al diablo (ni lo
pensemos), eso habría sido pecado. Lo mismo es cierto para las otras dos
tentaciones. Así es que, al menos en cierto sentido, parece que Satanás creía
en la pecabilidad de Cristo—al menos esperaba que Cristo pudiera pecar, quería
que ÉL pecara, e hizo todo lo
posible por hacerlo pecar. Si Cristo hubiese seguido las sugerencias de
Satanás, ÉL habría pecado.
Si Satanás creyó o no en la impecabilidad de Cristo, no es
importante. El orgullo del corazón de Satanás lo engañó (compare con Abdías 3)
y nuestra teología no debe basarse en el pensamiento nebuloso de este ser
caído. Como ha señalado James Ventilado, “Muchos de los engañadores de Satanás,
anticristos, incautos (2 Juan 7,11) están cegados al exponer tan vil doctrina
concerniente a la Persona de Cristo. En cuanto a la serpiente antigua, el
diablo mismo, ¿importa realmente lo que creyera al respecto – si acaso creyó que el Santo de Dios podía pecar o si
simplemente trató de hacer lo imposible?”
Es difícil para nosotros entender la tentación de Cristo.
Cuando nosotros somos tentados a pecar, no sólo somos tentados desde afuera
(por Satanás, por el mundo), sino también somos tentados desde adentro debido a
nuestra naturaleza pecadora, vil, corrupta, podrida que hemos heredado de Adán.
Hay una parte en nosotros que se deleita en hacer mal y se regocija en actuar
independientemente de Dios. El corazón creyente anhela ese día futuro, el día
de nuestra redención final, cuando seamos libres de la corrupción interna del
pecado que mora en nosotros. ¡Cuán diferente fue la experiencia de Cristo! “Como
en Cristo había una total ausencia de ego y como ÉL odiaba en todo aspecto el
mal y lo rechazaba, sólo hubo para ÉL sufrimiento. El efecto de la tentación en
la humanidad caída no es sufrimiento, sino placer, si es que podemos llamar
placer lo que es gratificante para nuestra naturaleza pecaminosa. Cristo nada
supo de esto, ni en Su Persona ni en Su experiencia. ÉL no tenía problemas con
la carne ni inclinaciones internas al pecado: ÉL no conoció pecado”.
Conclusión:
Cristo no pecó (1 Pedro 2:22)
Cristo no conoció pecado (2 Corintios 5:21)
Cristo era totalmente sin pecado (Hebreos 4:15)
Y el santo Hijo de
Dios no podía pecar.
Esa posibilidad no
existió.
Un Asunto Práctico
¿Cómo venció Cristo a Satanás? ¿Ganó la victoria por Sus
poderes sobrenaturales como el Hijo de Dios? ¿Confió en Su divina omnipotencia
para hacer huir al diablo? ¿Usó de Sus poderes divinos para derrotar al diablo?
Esto no es lo que la Biblia enseña. El
Señor enfrentó a Satanás como Hombre. La tentación de Cristo fue una
maravillosa demostración de que el hombre, andando en el Espíritu, y usando y
confiando en la Palabra de Dios, es más que un rival para Satanás. Esta
demostración da gran consuelo al corazón del creyente a medida que estudiamos y
meditamos en los métodos que nuestro Señor usó para derrotar a Satanás.
Consideremos
nuevamente algunos de los argumentos expuestos anteriormente:
1. CRISTO
ERA DIOS, Y POR LO TANTO, NO PODÍA PECAR
“Pero si la razón de ser victorioso sobre el pecado se debía a que era
Dios, esto no es de ayuda para mí. Ciertamente, yo no soy Dios.”
2. CRISTO
NO TENÍA UNA NATURALEZA PECAMINOSA, Y POR ESO NO PODÍA PECAR
“Pero yo tengo una naturaleza corrupta, vil y pecaminosa. Si ÉL fue
victorioso porque no tenía una naturaleza pecaminosa, ¿qué esperanza hay para
mí? ¿Significa que estoy destinado a la derrota porque estoy apestado por el
pecado que mora en mí?”
Si Cristo, como Hombre perfecto, pudo ganar la victoria, esto
debe animar a todo creyente. Nosotros también podemos ser victoriosos al seguir
Su ejemplo.
Sí; bendito sea su nombre, y allí estaba para el hombre;
allí estaba para enseñar al hombre cómo debía hacer frente al enemigo en todas
sus variadas tentaciones; allí estaba para mostrar al hombre cómo debe vivir.
Ni por un momento podemos suponer que nuestro adorable Señor se opuso al
adversario como siendo Dios sobre todas las cosas. En verdad, era Dios, pero si
hubiese afrontado el conflicto sólo como tal, no hubiese podido proporcionar un
ejemplo para nosotros. Además, hubiese sido innecesario demostrarnos que Dios
podía vencer y ahuyentar a una criatura que sus manos habían formado. Pero ver
a Aquél que en todos conceptos era
hombre, y con todas las circunstancias de la humanidad, exceptuando el pecado;
verle allí en debilidad, hambriento, en medio de las consecuencias de la caída
del hombre, y hallarle triunfando completamente sobre el terrible enemigo, es esto
lo que nos llena de ánimo, de consuelo, de fuerza y valor.
¿Y cómo triunfó? Esta es una cuestión grande e sobremanera
importante para nosotros, cuestión que exige la más profunda atención de todo
miembro de la iglesia de Dios; una cuestión cuya magnitud e importancia sería
completamente imposible exagerar. ¿De qué modo, pues, venció a Satanás, en el
desierto, el Hombre Cristo Jesús? Simplemente por la Palabra de Dios. Lo venció
obrando no como Dios Omnipotente; sino como Hombre humilde, dependiente y
obediente. Tenemos ante nosotros el magnífico espectáculo de un hombre que se
mantiene firme en presencia del diablo, confundiéndole completamente con
ninguna arma fuera de la Palabra de Dios. No fue por el despliegue de poder
divino, ya que ello no hubiese podido ser un ejemplo para nosotros; fue
sencillamente con la Palabra de Dios en su corazón y en sus labios que el
segundo Hombre confundió al terrible enemigo de Dios y del hombre.
Y nótese bien que nuestro bendito Señor no discute con
Satanás. No recurre a la exposición de hechos relacionados con Sí mismo, hechos que el enemigo conocía
bien. ÉL no le dice por ejemplo: “Yo
sé que soy el Hijo de Dios; los cielos que se abrieron, el Espíritu que
descendió, la voz del Padre, todo ha dado testimonio al hecho de ser yo el Hijo
de Dios.” No; esto no hubiese servido; no hubiera ni podría haber sido
ejemplo. El único punto especial a que nos conviene atender y aprender es que
nuestro Gran Modelo, enfrente de
todas las tentaciones del enemigo, usó tan sólo el arma que también está a
nuestro alcance, esto es: la sencilla, preciosa Palabra escrita de Dios.
Olvidando por el momento las consideraciones relativas a la
deidad y a la naturaleza divina de Cristo, es de ayuda reflexionar sobre el
hecho de que aún como hombre Cristo no podía pecar. ¿Por qué no? ¿Cuál era el secreto de su invencibilidad?
1. Como Hombre, Cristo siempre estaba lleno del Espíritu (ver Lucas 4:1). ÉL
siempre anduvo en completa dependencia de Su Padre celestial. Y la Biblia
enseña que cuando un hombre anda en el Espíritu,
nunca (doble negación en griego)
satisfará los deseos de la carne (Gálatas 5.16). Cristo lleno del Espíritu no podía pecar. El creyente
lleno del Espíritu también es
invencible.
2. Como Hombre, Cristo siempre estuvo firme sobre la Palabra de Dios.
Siempre decía: “ESCRITO ESTÁ”. El
diablo tiene que alejarse de aquellos que están asentados firmes sobre la Palabra.
Si el “postrer Adán” hubiese estado
en el lugar del “primer Adán”
podemos casi predecir cómo hubiera ÉL
respondido cuando Eva le ofreció el fruto: “Vete Satanás. Porque escrito está…” Los que aplican constante y correctamente la
Palabra de Dios en cada situación, son invencibles.
3. Como Hombre, Cristo
siempre tuvo puesta toda Su armadura (Efesios 6:10-18). No había ninguna posibilidad de
que el enemigo lo pudiera agarrar. Esta misma armadura está a nuestra
disposición.
4. Como Hombre, Cristo siempre estaba alerta ante las tentaciones. ÉL siempre puso en práctica Marcos 14:38
(aunque el santo Hijo de Dios no era débil en la carne como nosotros). Siempre
se “sometió”
y “resistió”
(ver Santiago
4:7). Satanás siempre deseaba atraparlo, pero el Señor nunca le dio
ocasión u oportunidad. Es nuestro gozo y privilegio someternos y resistir de
igual manera.
5. Si Israel, cuando
estaba bien con Dios, nunca perdía una batalla, cuánto más invencible sería
Cristo que siempre estaba bien con Dios. En Cristo tenemos toda provisión para
vencer en cada batalla que enfrentamos. “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo
en Cristo Jesús” (2 Corintios
2:14).
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