domingo, 29 de julio de 2012

Escuela Biblica Dominical: Proverbios


PROVERBIOS Capítulo 6.


Nuevamente vamos a dividir este capítulo para un mejor desarrollo. Versículos 1-5. Advertencia contra el apresuramiento para salir de garante. 6-10. Un reproche a la pereza. 12-19. Siete cosas que aborrece el Señor. 20-35. Exhortaciones para andar conforme al mandamiento de Dios.
Vv. 1-5. Si vivimos conforme a la Palabra de Dios, encontraremos que es provechosa en cualquier momento y situación. Somos mayordomos de todo lo que el Señor ha puesto bajo nuestras manos, incluyendo lo material, y tenemos que responder a Dios por la manera en que disponemos de ella. Es malo desperdiciarla actuando precipitadamente o en planes que nos enreden  en dificultades y tentaciones. El hombre nunca debe avalar por más de lo que es capaz y esté dispuesto a pagar; debe considerar cada suma de dinero por la cual esté comprometido como si fuera deuda propia y jamás debe tomar compromisos que dañen la economía de su familia. El salir de garante a otra persona pone a uno con la soga al cuello y si es esa nuestra situación actual, debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para salir de esa situación.
Vv. 6-11. La diligencia en los negocios es ya un resultado de la sabiduría y es el deber de todo hombre; no tanto para obtener riquezas, sino para no ser una carga para los demás. En la naturaleza encontramos muchos ejemplos que nos ilustran acerca de la manera de comportarnos. Por ejemplo, las hormigas son muy diligentes y dan cátedras a los que son perezosos. Podemos aprender sabiduría de los animales más viles y ser avergonzados por ellos. Los hábitos de la indolencia y la pereza crecen en las gentes; así la vida se precipita al desperdicio y la pobreza. Esta (la pobreza), se acerca paulatinamente; primero está lejos y cuando llega, es como un hombre armado, demasiado fuerte para ser resistido.
Vv. 12-19. Si los perezosos han de ser condenados por no hacer nada, mucho más los que hacen todo el mal que pueden. Obsérvese como se describe a ese tipo de persona. Dice y hace todo con astucia y con mala intención. Es perverso, mentiroso, fraguando planes malignos, vicioso, que caerá abatido en cualquier momento como resultado de su pecado. Aquí hay una lista de cosas que Dios abomina. Son pecados esencialmente provocadores para Dios y que son dañinos para el bienestar de la vida humana. No sólo debemos odiarla en los demás, sino mucho más en nosotros y evitarlas con marcada desaprobación dichas prácticas. Son marcas que señalan a los depravados. Peca con sus ojos (vv.13,17), con sus manos (vv.13,17), con el corazón (vv.14,18), con los pies (vv.13,18),  es chismoso y enredador (vv.14-19).
Vv. 20-35. La Palabra de Dios tiene mucho que decirnos sobre cada aspecto de nuestra vida, de nuestros hábitos y de nuestra conducta; su fiel reprensión nunca debe incomodarnos. Cuando consideramos el adulterio, cuán odioso es, y cuán ciertamente destruye la vida espiritual en el alma humana, no debe asombrarnos que las advertencias en su contra sean repetidas tan a menudo. Daña en lo más profundo la relación matrimonial y genera un sinfín de resentimientos que no será fácil superar. El adúltero se destruye a sí mismo y no le resta más que esperar el castigo divino y el reproche de sus íntimos; además de generar una enemistad insuperable con el marido engañado y a diferencia del ladrón, no podrá restituir de ninguna manera lo robado; o sea la virtud de la mujer ajena y la honra propia. Vigilemos muy de cerca cada sentido por el cual puede entrar este tipo de veneno que afecta nuestras mentes y nuestros afectos. -

No hay comentarios:

Publicar un comentario