domingo, 22 de julio de 2012

Escuela Biblica Dominical: Proverbios


Proverbios Capitulo 5

Dividimos este capítulo en dos secciones: 1-14. Los males del libertinaje, y 15-23. Remedios contra el libertinaje (El final miserable del impío).
Después de un llamado inicial a prestar el máximo de atención (vv.1-2) el maestro describe a la “mujer extraña” y sus seducciones (vv.3-6), ordena evitarla (vv.7-8), exhorta a regocijarse con un amor puro (vv.15-19), y recuerda que Dios vigila constantemente (vv.20-23).
1-14. Salomón advierte a todos los jóvenes, como si fueran sus hijos, que se abstengan de la lujuria carnal. A menudo este ha sido y, aún lo es, el método de Satanás de alejar a los hombres de la adoración de Dios. Considérese cuán fatales son sus consecuencias, ¡cuán amargo es el fruto! Elimínelo porque hiere, conduce a los tormentos del infierno.
 La tendencia directa de este pecado es la destrucción del cuerpo y del alma.  Debemos evitar cuidadosamente todo lo que signifique dar un paso en esa dirección. Si nos metemos en la tentación, nos burlamos de Dios cuando oramos.
 ¡Cuántos males acompañan a este pecado! Destruye la reputación; desperdicia el tiempo; arruina el patrimonio, es nocivo para la salud; llena la mente de miedo. Aunque en el momento uno sea feliz, tarde o temprano traerá dolor. Por los actos frecuentes de este pecado, los hábitos se confirman y se arraigan en una persona. Por un acto de misericordia, el arrepentimiento verdadero puede  evitar las desastrosas consecuencias de este pecado, pero esto no es frecuente; son muchos más los que mueren como han vivido, ¡Perdidamente!
15-23. Después de estas advertencias sobre las perniciosas consecuencias del pecado, el maestro pasa a describir los aspectos positivos de la enseñanza y se explaya sobre el gozo, el carácter sagrado de la pureza de la vida conyugal.
El matrimonio legal es un medio que Dios ha designado para resguardarnos de estos vicios destructores, pero no estamos adecuadamente unidos si no atendemos a la Palabra de Dios, buscando su dirección y bendición, y actuando con amor. Acordaos siempre que  aunque los pecados secretos pueden escapar a los ojos de nuestros cónyuges, no obstante los caminos del hombre están ante los ojos del Señor que no solamente los ve, sino pondera y castiga.
Los que son tan necios que escogen el camino del pecado, son justamente dejados por Dios a sí mismos para que sigan adelante por el camino que lleva a la destrucción. El rebelde se transforma rápidamente en víctima de sus propias  rebeliones. La razón es que no ha tomado en cuenta la divina disciplina. Sus vidas van cuesta abajo, minada su fuerza corporal, perdido sus bienes materiales, y vegetando sus últimos años como esclavo en la casa de otro. Mucho más terrible es su remordimiento de conciencia que llega demasiado tarde.
¡Cuán afortunados son los que prestan oído a estas solemnes advertencias! Libran sus vidas de penas y tristezas y sus almas de desasosiego y muerte. El camino de la sabiduría es vida; el camino de la necedad es muerte. ¿Cuál escogeréis?

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