Proverbios Capitulo 5
Dividimos este capítulo en dos secciones: 1-14. Los males del libertinaje, y 15-23. Remedios contra el libertinaje
(El final miserable del impío).
Después de un llamado inicial a prestar el máximo de
atención (vv.1-2) el maestro
describe a la “mujer extraña” y sus
seducciones (vv.3-6), ordena
evitarla (vv.7-8), exhorta a
regocijarse con un amor puro (vv.15-19),
y recuerda que Dios vigila constantemente (vv.20-23).
1-14. Salomón
advierte a todos los jóvenes, como si fueran sus hijos, que se abstengan de la
lujuria carnal. A menudo este ha sido y, aún lo es, el método de Satanás de
alejar a los hombres de la adoración de Dios. Considérese cuán fatales son sus
consecuencias, ¡cuán amargo es el fruto! Elimínelo porque hiere, conduce a los
tormentos del infierno.
La tendencia directa
de este pecado es la destrucción del cuerpo y del alma. Debemos evitar cuidadosamente todo lo que
signifique dar un paso en esa dirección. Si nos metemos en la tentación, nos
burlamos de Dios cuando oramos.
¡Cuántos males
acompañan a este pecado! Destruye la reputación; desperdicia el tiempo; arruina
el patrimonio, es nocivo para la salud; llena la mente de miedo. Aunque en el
momento uno sea feliz, tarde o temprano traerá dolor. Por los actos frecuentes
de este pecado, los hábitos se confirman y se arraigan en una persona. Por un
acto de misericordia, el arrepentimiento verdadero puede evitar las desastrosas consecuencias de este
pecado, pero esto no es frecuente; son muchos más los que mueren como han
vivido, ¡Perdidamente!
15-23. Después de
estas advertencias sobre las perniciosas consecuencias del pecado, el maestro
pasa a describir los aspectos positivos de la enseñanza y se explaya sobre el
gozo, el carácter sagrado de la pureza de la vida conyugal.
El matrimonio legal es un medio que Dios ha designado para
resguardarnos de estos vicios destructores, pero no estamos adecuadamente
unidos si no atendemos a la Palabra de Dios, buscando su dirección y bendición,
y actuando con amor. Acordaos siempre que
aunque los pecados secretos pueden escapar a los ojos de nuestros
cónyuges, no obstante los caminos del hombre están ante los ojos del Señor que
no solamente los ve, sino pondera y castiga.
Los que son tan necios que escogen el camino del pecado, son
justamente dejados por Dios a sí mismos para que sigan adelante por el camino
que lleva a la destrucción. El rebelde se transforma rápidamente en víctima de
sus propias rebeliones. La razón es que
no ha tomado en cuenta la divina disciplina. Sus vidas van cuesta abajo, minada
su fuerza corporal, perdido sus bienes materiales, y vegetando sus últimos años
como esclavo en la casa de otro. Mucho más terrible es su remordimiento de
conciencia que llega demasiado tarde.
¡Cuán afortunados son los que prestan oído a estas
solemnes advertencias! Libran sus vidas de penas y tristezas y sus almas de
desasosiego y muerte. El camino de la sabiduría es vida; el camino de la
necedad es muerte. ¿Cuál escogeréis?
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