LOS SERES ANGELICALES(2).
Para la
creación de los ángeles no hay citas bíblicas que nos respaldan, pues Génesis 1
solamente habla de días y la creación del mundo material, más no habla de la
creación de los ángeles. Pero sí hay citas bíblicas, que nos ayudan en este
punto como Job
38:4-7; Colosenses 1:15-17. La jerarquía
angelical está compuesta de muchos cuerpos espirituales.
Tronos:
Los tronos son
los que están más pegados en la presencia de Dios. La palabra “Trono” literalmente es una silla en que
alguien está sentado con una autoridad.
Querubín:
En el Antiguo Testamento esta palabra representa seres simbólicos y
celestiales. En el libro de Génesis
se les encomendó guardar el árbol de la vida en el Edén (Génesis 3:24). También encontramos una función
simbólica de Querubines de oro que se colocaron a cada lado del
propiciatorio, que cubría el arca del pacto (Éxodo 25:18–22; Hebreos 9:5) porque
se consideraba que protegían los objetos sagrados contenidos en el arca, y que
ofrecían con sus alas extendidas, un pedestal visible para el trono invisible
de Dios (1 Samuel 4:4; 2
Samuel 6:2; 2 Reyes 19:15; Salmo 80:1, 99.1.). En Ezequiel 10 el
trono de Dios
es sostenido por Querubines.
También se bordaban
representaciones de estas criaturas aladas, en las cortinas en el velo del
tabernáculo, y en las paredes del templo (Éxodo 26:31; 2 Crónicas 3.7). Figuras de
querubines formaban parte de las lujosas decoraciones del templo de Salomón
(1 Reyes 6:26).
Dos de ellas, talladas en madera de olivo y recubiertas con oro.
También se tallaron querubines en
molduras alrededor de las paredes del templo de Salomón, donde aparecían junto
con representaciones de animales, en paneles decorativos que formaban parte de
la base del enorme recipiente que contenía el agua para las purificaciones
rituales.
En los libros poéticos,
representaban simbólicamente las tormentas de viento celestiales; así en 2 Samuel 22:11
y Salmo 18:10;
se representa a
Dios “cabalgando sobre un Querubín” (expresión que tiene una
cláusula paralela, “voló sobre las alas del viento”).
El Antiguo Testamento nos describe claramente el aspecto y la
naturaleza general de los Querubines.
Generalmente se los representaba como criaturas con alas, con pies y manos. En
la visión que tuvo Ezequiel de la Jerusalén restaurada los seres
tallados que semejaban Querubines
tenían dos caras, una de hombre y otra de león (Ezequiel 41:18).
Mientras que los que ve en su
visión de la gloria divina, tenían cada uno cuatro caras y cuatro alas (Ezequiel 10:21).
Invariablemente se los relacionaba estrechamente con Dios, y disfrutaban de una
posición elevada. El ejemplo más resaltante de un Querubín fue Lucifer
o Satanás
que lo encontramos en Ezequiel 28:12-19.
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