martes, 4 de junio de 2013

ESCUELA DOMINICAL


                                                                 LIBRO DE DANIEL   XIII.
La interpretación de la cuarta bestia es, sin duda,  crucial para la comprensión de todo el capítulo siete del libro de Daniel. El profeta vio en su visión una cuarta bestia muy diferente de las tres anteriores que le resulta imposible darle un nombre específico. No hay animal o combinaciones que puedan describirla, no tiene nombre por ser tan terrible, espantosa y fuerte. Se emplean tres términos para describir las actividades de la bestia: Devoraba, Desmenuzaba y Pisoteaba <<v. 7>>. Todas esas expresiones sugieren fiereza e insensibilidad hacia sus víctimas.
Esta cuarta bestia es identificada por la historia como El Imperio Romano. El ascenso del Imperio Romano a la supremacía del poder fue algo sorprendente. En el año 241 a.C., los romanos derrotaron a los cartaginenses y ocuparon la isla de Sicilia. A raíz de las llamadas guerras púnicas, en el año 218 a.C., las legiones romanas hicieron su entrada en España. En el año 202 a.C., Aníbal fue derrotado en la batalla de Zama y los romanos conquistaron Cartago. Pero aún faltaba controlar el Mediterráneo Oriental. A esa tarea se dieron los romanos cuando en el año 146 a. C., destruyeron las ciudades de Corinto y Cartago. En el año 63 a.C., Pompeyo ocupó Israel y en el año 30 a.C., Marco Antonio incorporó Egipto al territorio romano. De modo que antes del nacimiento de Cristo los romanos tenían prácticamente el control total del mundo conocido. A partir de allí el gran Imperio Romano del pasado experimentó dos siglos de gloria y esplendor. La bestia tenía diez cuernos <<v.7>>, cinco veces más de lo normal, lo que simboliza su fuerza y poder como también diez reyes sucesivos, aunque no simultáneos.
``Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas´´<<7:8>>. El cuerno pequeño es, indudablemente, una persona<<El anticristo>>. La expresión ``ojos como de hombre´´ y también ``tenía una boca que hablaba grandes cosas´´, sugiere la idea de inteligencia, intuición, capacidad mental. Sin dudas, hablará grandes cosas en contra de Dios <<Ver Daniel 11:36 y Apocalipsis 13:5-6>>.
Daniel 7:9-12. Hasta ahora el profeta estaba sólo observando las bestias. De pronto la escena  cambia y Daniel ve tronos que fueron colocados en forma tal que constituyen una especie de tribunal preparado para le celebración de un juicio. La palabra ``tronos´´ está en plural, pero sólo se sienta alguien identificado como un Anciano de días.  Debe notarse que los tronos de juicio aparecen simultáneamente con la aparición del cuerno pequeño. El cuerno pequeño <<El anticristo>> aparecerá en el escenario mundial en el tiempo determinado por Dios y el juicio divino estará ya preparado para cuando este personaje aparezca. La expresión ``Anciano de días´´ es una referencia a Dios el Padre visto en su carácter de Juez Eterno con énfasis en la dignidad de su persona. La descripción de su vestido ``blanco como la nieve´´ y la de su cabello ``como lana limpia´´ sugieren la idea de pureza, verdad y santidad. Esas son precisamente las bases sobre las que el Juez ejecuta su juicio. También Daniel nos dice que ``su trono era llama de fuego y las ruedas del mismo, fuego ardiente´´. El trono de fuego es símbolo del juicio de Dios y las ruedas se refieren al carácter universal de dicho juicio <<La rueda de la creación, Santiago 3:6>>.  El fuego no sólo describe el juicio de Dios, sino que también representa su gloria y su justicia. El rio de fuego es descrito como fluyendo y brotando  de la misma presencia de Dios <<Porque nuestro Dios es fuego consumidor>> Hebreos 12:29.-


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